De acuerdo con la Real Academia Española (RAE) una pesadilla es una “opresión del corazón y dificultad de respirar durante el sueño”. Lo que quiere decir que una persona siente angustia mientras duerme por causa de lo que está percibiendo.
Sin embargo, las Sagradas Escrituras tienen diferentes versículos que exhortan al creyente a entregarle incluso sus noches a Dios para dormir en paz.
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”, se puede leer en el libro de los Salmos 4:8.
Asimismo, uno de los fragmentos bíblicos más conocidos en tiempos de ansiedad y angustia -como los son las pesadillas en las noches-, es el Salmo 91, que aguarda una esperanza en el poder, amor y protección de Dios:
“El que habita al abrigo del Altísimo descansará a la sombra del Todopoderoso. Yo digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». (...) No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la plaga que acecha en las sombras, ni la peste que destruye a mediodía”, dicen los versículos del 1 al 2; y 5 al 6 en la biblia Nueva Versión Internacional (NVI).
Oración para no tener pesadillas en las noches
La forma más práctica para no tener pesadillas en las noches es orando, es decir, entregarle a Dios el sueño profundo, confiando así, en su cuidado:
“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”, se puede leer en el Salmo 34: 4-7 de la RVR1960.
En este sentido, Oración Santa comparte una oración para combatir las pesadillas, teniendo en cuenta que toda preocupación se debe entregar al Señor, tal y como lo dice 1 de Pedro 5: 7: “depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”.
“Santo Espíritu de Dios, desciende esta noche sobre mí, que sea tu presencia paseándose por mi habitación. Que tu divina gloria inunde cada rincón de mi casa y de mis pensamientos.
Espíritu Santo te invito a entrar en mi corazón y en mi mente, para que seas tú desechando todo lo malo y todo lo que me está perturbando durante las noches. Aleja de mi todo mal pensamiento, y todo espíritu que pueda estar ministrando mis sueños y haciéndome tener pesadillas.
Sé tú Espíritu de Dios cuidando mis sueños, y trayendo paz a mi alma para que mis momentos de reposo, estén llenos de la paz y armonía de Dios. Amén”.