Desde el 4 de octubre, Bogotá ha reunido en salas, parques y plaza a artistas de varias partes desde el mundo: cantantes danesas, cirqueros neozelandeses, acróbatas irlandeses, actrices brasileñas y zanqueros de Tumaco, sólo por mencionar algunos. Sucede gracias al FIAV Bogotá – Festival Internacional de Artes Vivas, un evento que ha hecho de la capital y del país un epicentro mundial del teatro, la danza, el performance y los títeres. La programación se compone por más de cien obras y que se extenderá hasta el 14 de octubre.
Este nuevo festival, además, representa una muestra de lo que puede lograr la unión de fuerzas. Esto pues nació gracias a una alianza entre la Presidencia de la República y la Alcaldía de Bogotá y es organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá y la Cámara de Comercio de Bogotá.
Entre sus propuestas, se destacan las 18 obras del Pacífico colombiano, que es la región nacional invitada de honor. Al respecto, hablamos con Gina Jaimes, secretaria privada de MinCulturas, quien habla del nacimiento del FIAV Bogotá y las claves de su sostenibilidad en el tiempo.
SEMANA: ¿Cómo se gesta este Festival de las Artes Vivas que se desarrolla estos días en Bogotá?
GINA JAIMES: El origen es la ausencia de un festival que permitiera un gran encuentro de las artes vivas, entre Colombia y el mundo. El sector y sus representantes lo expresaron en diferentes ocasiones al ministro de las Culturas, Juan David Correa, quien sin dudarlo respondió: “hagámoslo, pero solos como ministerio no podemos”. Primero, porque debe ser un festival del sector, no de una institución; y segundo, porque es importante que las organizaciones sean capaces de trabajar juntas en pro del bien común. Es así como se logra que la institucionalidad, tanto nacional como distrital, sector cultura y la Cámara de Comercio de Bogotá se unan en esta creación colectiva: El FIAV Bogotá. Que es un festival que le pertenece al teatro, la danza, la música, etcétera.
SEMANA: ¿Qué motivó al ministerio a impulsarlo este festival?
G.J.: Vivimos en un país de una diversidad absoluta y maravillosa, y dentro de esa diversidad contamos con una gran riqueza artística en cada rincón. El teatro, la danza, los zancos y la música están en los rincones más profundos de Colombia y necesitan ser conocidos y re-conocidos, pero, además, una parte del sector teatral, de gestores y creadores, venían insistiendo en la necesidad de recuperar este espacio. Colombia no solo es potencia mundial de la vida, día a día se fortalece como potencia turística y cultural. Y un festival pensado a gran escala le aporta considerablemente a este proceso. Sumando cada una de estas aristas, el único camino posible era impulsar la iniciativa de los cientos de creativos del país para que este festival fuera una realidad, soñando por supuesto que sea apropiado por estos corazones que desde las artes siempre nos han abrazado y nos han ayudado a tener almas más sensibles.
SEMANA: No es común ver una alianza de estas magnitudes, pero los resultados ya hablan. ¿Qué mensaje se da al organizar eventos de esta manera?
G.J.: Desde el Gobierno nacional estamos convencidos de que juntos y juntas somos más poderosos trabajando por el bien común, que juntos llegamos más lejos y juntos podemos ser más sostenibles en el tiempo. El mensaje que damos es un mensaje de juntanza por las artes. ¿Qué más oportuno que el mensaje de trabajo colectivo venga desde la creatividad?
SEMANA: El festival parte del concepto de las artes vivas. ¿Qué papel juegan estas en la sociedad colombiana?
G.J.: Se une con la pregunta anterior… la gran fortaleza de las artes vivas es el poder dialogar entre ellas, desde sus diferencias, en un solo escenario para el bien común. En el caso de las artes vivas, el bien común es la obra. El lenguaje audiovisual, la literatura (dramaturgia), el teatro, la danza, la música, todos juntos en un mismo escenario, con una perfección absoluta, logran cautivar con textos y sonidos cientos de corazones con diferentes temáticas. No solo se aporta a las diferentes discusiones que llevamos a nivel nacional, por ejemplo, NeoArctic nos mueve internamente y nos trae de una vez nuestro lugar con respecto al cambio climático. Y Pinocho, que se presentó en el Centro Nacional de las Artes, nos llevó a reflexiones profundas y muy importantes sobre la Comisión de la Verdad y sobre la importancia de esta verdad para quienes han vivido momentos que muchos no logramos imaginar.
En fin, las artes vivas le aportan a la sociedad reflexión para diferentes temas, alimentan la sensibilidad, acarician corazones, sugieren el encuentro, dan la posibilidad de contar de otras maneras, creativas y diversas, lo que muchas veces no queremos o no hemos logrado escuchar o ver en la realidad cotidiana.
SEMANA: ¿Colombia y Bogotá necesitaban tener un festival de estas características?
G.J.: Alguna vez una gran artista nos inyectó un festival en el corazón. Fanny (Mikey) nos inyectó un festival que tenía posibilidades de participación diversa, popular, un festival que llegaba a las plazas y a los parques. Este festival hacía falta, hace falta, y el sector lo reclamaba; nunca podremos ser como ella, y estoy segura que nadie quiere suplantarla, queremos lograr, uniendo diferentes voluntades, tener un festival que nos vuelva a convocar al encuentro entre colombianos y colombianas alrededor de un objetivo común: el disfrute y la circulación de las artes vivas, donde además se aporta al intercambio cultural y al fortalecimiento del turismo local.
Queremos lograr, uniendo diferentes voluntades, tener un festival que nos vuelva a convocar al encuentro entre colombianos y colombianas alrededor de un objetivo común: el disfrute
SEMANA: El Pacífico colombiano es la región nacional invitada de honor en esta primera edición. ¿Cómo definiría las artes vivas de esta región?
G.J.: Esto, creo, es lo más poderoso que tiene el Festival. El domingo tuve el honor de ver al grupo de teatro Calipso de Tumaco con la obra Zanqueros de fuego, y da mucha alegría y emoción que en Bogotá aplaudan de manera apoteósica el mensaje que viene del Pacífico, después de años en los que el único mensaje que nos dan de esta región es el de la guerra y el dolor, mensaje que ha hecho que sea estigmatizada. Chocó, Nariño, Valle y Cauca son departamentos con una riqueza creativa absoluta desde las artes y que tienen mucho que contarnos a las ciudades y al mundo de sus procesos creativos. Las artes vivas del Pacífico Colombiano están cargadas de creatividad, de colores y de mensajes poderosos que necesitamos escuchar y que nos corresponde promover. Las artes vivas del Pacífico colombiano son eso: vida, paz, diversidad, creatividad… Son alma pura.
Da mucha alegría y emoción que en Bogotá aplaudan de manera apoteósica el mensaje que viene del Pacífico, después de años en los que el único mensaje que nos dan de esta región es el de la guerra y el dolor
SEMANA: Además de la programación artística, el festival tiene agenda académica y mercado cultural. ¿Qué se busca con estas actividades?
G.J.: Es acá, en la agenda académica, donde el encuentro se hace posible. El intercambio de experiencias y testimonios de procesos creativos alimentan los diversos conocimientos y técnicas que tenemos como artistas creadores, nos conocemos con otros y, desde ahí, muchas veces nacen nuevos caminos creativos. Por otro lado, el mercado permite que tengamos la posibilidad de mostrar nuestra creación a otros festivales, que tal vez nos pueden programar y aumentar las oportunidades de circulación de nuestras creaciones nacionales. Por ejemplo, entre martes y miércoles estarán llegando a Bogotá programadores de festivales escénicos de 17 municipios de 7 departamentos del país que se encontrarán con más de 80 programadores de eventos escénicos del mundo, cuyo objetivo es ver los 65 grupos colombianos programados para aumentar la circulación escénica tanto nacional como internacionalmente.
Entre martes y miércoles estarán llegando a Bogotá programadores de festivales escénicos de 17 municipios de 7 departamentos del país que se encontrarán con más de 80 programadores de eventos escénicos del mundo
Que sea esta una oportunidad para contarles que están participando en los espacios académicos seis escuelas superiores de teatro con lecturas dramáticas, a propósito de la política del ministerio de potenciar la participación de las juventudes. Esto se complementa con los homenajes que estamos rindiendo a los maestros del teatro colombiano y del teatro internacional y, a la vez, la posibilidad de escuchar las voces contemporáneas de las nuevas estéticas escénicas.
SEMANA: ¿Qué balance hacen desde el ministerio del primer fin de semana de FIAV?
G.J.: Es positivo, siempre será positivo. Acaba de nacer un nuevo festival, había un público que añoraba que volviera algo así a Bogotá, otro que empieza a nacer y a formarse y que agradece esta posibilidad. Poco a poco vamos llenando los espíritus que habitan estos días a la Bogotá de teatro, de artes vivas. Ver las caras del público, sus ojos de sorpresa y emoción y escuchar sus aplausos en cada obra de sala o de calle, hace que todo valga la pena y hace que el balance sobre pase lo positivo.
SEMANA: Las artes vivas implican la participación del público. ¿Qué mensaje les daría a los espectadores y a la ciudadanía para que hagan parte de este Festival?
G.J.: Quiero invitarles a que se dejen sorprender por las maravillas que nos invitan a desconectar por minutos de la realidad diaria en la que vivimos. Hay programación para todos los gustos y edades, en plazoletas, calles y teatros, a lo largo y ancho de Bogotá. La magia y la posibilidad de jugar en medio de otras realidades se hacen posibles cuando vamos a teatro. Finalmente, actuar es jugar, así que les invito a que juguemos juntos para que la sensibilidad se apropie de nuestras almas.
Entre el viernes 4 y el martes más de 26 mil personas han asistido a las diferentes obras. Pero el mayor impacto es más que cifras, es inmaterial realmente … Nos volvimos a encontrar entre colegas, estamos sintiendo los aplausos
SEMANA: ¿Cuál será el impacto del FIAV Bogotá en la escena nacional?
G.J.: Para el tema del impacto las cifras son fundamentales. Entre el viernes 4 y el martes más de 26 mil personas han asistido a las diferentes obras. Pero el mayor impacto es más que cifras, es inmaterial realmente … Nos volvimos a encontrar entre colegas, estamos sintiendo los aplausos que nos alimentan, las obras están en boca y alma de los públicos, las artes vivas hacen parte de los temas de conversación de las esquinas. Ya está pasando y esperamos que ese espíritu permanezca para que las salas siempre estén llenas, aun sin festival, para que el próximo encuentro sea posible. Siempre es posible encontrar en una sala de teatro un bello refugio creativo.