Para los creyentes, encomendar su vida a Dios antes de dormir trae descanso a su alma y a su espíritu. Así se puede evidenciar en el Salmo 4: 8: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”.
En este sentido, hábitos espirituales como leer la Biblia y orar suelen ser inculcados en niños, recordando las palabras de Jesucristo en la tierra, estipuladas en el evangelio de Mateo 19: 13-15:
“Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí”, se puede leer en la versión Reina Valera de 1960.
De ahí que las oraciones para niños hagan parte de su relación con Dios y su vida espiritual.
Oraciones para rezar con niños antes de dormir
De acuerdo con la Guía Infantil de Google, en los primeros años de vida de un niño, recomienda llevar a cabo oraciones cortas que pueda memorizar, ya que alcanzados los seis años de edad, puede entender con más precisión las plegarias convencionales.
Por tal razón, sugiere que la siguiente oración sea aprendida para rezar antes de dormir:
“Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me acompañan. Dos por los pies, dos por la cabecera y la Virgen María, que está en el centro, por compañera. Y que me dice: Duerme y reposa. No tengas miedo de ninguna cosa. Amén”.
Otra oración para que un niño pueda repetir y entregar su sueño a su Creador son las siguientes sugeridas por Bibliaon:
“Gracias, Señor mi Dios, por este día que termina. Ha sido un lindo día y me he divertido mucho con mi familia y con mis amigos de la escuela. Por favor, dame un buen sueño en esta noche para que yo pueda descansar bien. Dame pensamientos bonitos y la seguridad de que tú estás conmigo. En el nombre de Jesús, amén”.
“Señor, mi Dios, muchas gracias por todas las cosas buenas que hay en mi vida. Te doy gracias por mi familia, por mis amigos, porque tenemos donde vivir y algo para comer cada día. Gracias por la paz en nuestro país y porque podemos leer la Biblia en cualquier lugar. Gracias porque me amas y me acompañas siempre. En el nombre de Jesús, amén.”.
Finalmente, en el libro de Proverbios 3: 24, el feligrés podrá encontrar una promesa divina: “Cuando te acuestes, no tendrás temor. Si no que te acostarás, y tu sueño será grato”.