Cientos de huelguistas marcharon con pancartas frente al edificio de Netflix, en el famoso Sunset Boulevard angelino, así como frente a las instalaciones de Disney, Warner, Amazon y Paramount, mientras automovilistas los apoyaron haciendo sonar sus bocinas.
“Es hora de que cerremos los contratos que van a servir a las generaciones futuras de actores. Igual que en 1960″, dijo en la huelga a la AFP Vera Cherny, de 44 años, quien ha tenido papeles en las series ‘The Americans’ y ‘For All Mankind’.
En Nueva York, Susan Sarandon y Jason Sudeikis fueron dos de los artistas de renombre que se dieron cita en las manifestaciones, provocadas por la negativa de los estudios a satisfacer las demandas de los actores de una mejor remuneración y estabilidad laboral.
Convocados por el Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG-AFTRA), los actores se unieron a guionistas y escritores que han estado en huelga desde hace semanas, en una pugna que ha provocado la peor parálisis de la industria desde 1960.
“Llevamos aquí unos 80 días. El hecho de que SAG-AFTRA se declarara en huelga trajo mucha energía, y hay una increíble solidaridad”, expuso la cocreadora de ‘Friends’, Marta Kauffman.
Los estudios “parecen el diablo”, dijo a la AFP en la protesta frente a la sede de Netflix.
Los actores se declararon oficialmente en huelga a la medianoche del jueves, luego de que las negociaciones para alcanzar un acuerdo con los estudios terminara sin éxito.
El sindicato demanda mejoras en los pagos, un ajuste de la retribución que reciben los artistas por las retransmisiones de sus producciones, así como definiciones sobre el uso de la inteligencia artificial en la industria, entre otros puntos.
Parálisis de la industria
Los manifestantes han salido con fuerza en ambas costas de Estados Unidos.
En Manhattan, la actriz Casey Killoran, de 36 años, dijo a la AFP que los actores “solo están tratando de obtener un salario mínimo, un salario vital para estar en la ciudad de Nueva York”.
“Queremos ser capaces de vivir en el lugar en el que trabajamos”, añadió.
Por ahora, esta “doble huelga” ha detenido prácticamente toda la producción audiovisual estadounidense, con limitadas excepciones como los programas de telerrealidad, concursos o entrevistas.
Las series dramáticas y otras producciones taquilleras enfrentarán retrasos. Las estrellas no podrán tampoco desfilar en las alfombras rojas ni estar en las promociones de sus películas.
Comic-Con, la cita mundial de la cultura pop que se celebra en San Diego la próxima semana, podría quedarse sin estrellas. El movimiento sindical también puede afectar la presencia de los actores de la industria estadounidense en grandes festivales internacionales, como el de Venecia.
La ceremonia de los Premios Emmy prevista para el 18 de septiembre podría posponerse para noviembre o incluso quedar relegada para el próximo año.
Una crisis existencial
Una de las grandes diferencias entre los sindicatos y los estudios son los llamados “residuales”, pagos hechos por cada vez que las plataformas transmiten una producción en la cual participaron.
Pero las plataformas como Netflix y Disney+ mantienen bajo llave las estadísticas de visualización, y ofrecen la misma tarifa por todo lo que transmiten en sus catálogos, independientemente de su popularidad.
Tanto actores como guionistas quieren, además, regular el uso futuro de la inteligencia artificial en la industria, que ven como una amenaza a su trabajo.
Esta doble huelga confirma una crisis existencial de la industria de Hollywood.
La Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a los estudios y a las plataformas de streaming, dijo en un comunicado que ofreció “aumentos históricos de salario y pagos residuales”, además de respuestas a otras demandas.
*Con información de la AFP.