A pesar de las dificultades que atraviesa la cultura en estos tiempos de confinamiento, el mundo de los libros se ha mantenido muy activo. En Colombia llama la atención la gran cantidad de proyectos literarios a cargo de mujeres que le siguen apostando a la narrativa y a la poesía. SEMANA presenta seis de estas propuestas, muy distintas entre sí, que han aparecido en el último mes. El peso de la soledad
Para el primero de agosto está previsto el lanzamiento de La carretera será un final terrible, primera novela de Andrea Mejía. En ella cuenta la historia de una mujer encerrada, sola, en una casa en las montañas. Ella intenta escribir una novela en la que una los recuerdos de su pasado familiar con ese presente de soledad, rodeada por la naturaleza y ocasionales conversaciones con un vecino aficionado a la astronomía y la filosofía. A Mejía le costó trabajo decidirse a escribir cuentos y novelas. Estudió Literatura en la Universidad de los Andes, pero para no enfrentarse al oficio de escribir ficción se sumergió en la filosofía, disciplina en la que obtuvo un doctorado en la Universidad Nacional. Dedicó muchos años a la enseñanza, a escribir ensayos, hasta que en 2018 decidió lanzarse al agua y publicó La naturaleza seguía propagándose en la oscuridad, un libro en el que reunió diez cuentos. En ellos, al igual que en esta novela, la ficción es un complemento de la filosofía para acercarse a la verdad.
Vejez, justicia y reparación
Desde hace algunas semanas circula Cipriano, tercera novela de Marta Orrantia. Hizo su primera aproximación a las letras por medio del periodismo, oficio que ha ejercido desde muy joven. En esta obra explora la vida de un viejo que se ha quedado solo. Viudo, abandonado por su hija, cuando esta muere en un accidente aéreo se entera de que también tuvo otro hijo, del que no tenía noticia. En busca de su pasado se enfrenta no solo a la muerte que se ha llevado a su familia, sino también a un presente de soledad, carencias y ausencias, de orgullos y culpas que le impiden aferrarse a lo poco que le queda. Este es un llamado de la autora para que la sociedad aprenda a pedir perdón y deje atrás tantos odios, y asimismo para que deje de excluir a los ancianos, de tratarlos como muebles viejos en vez de aprovechar su sabiduría y experiencia. “Hay algo perverso en una sociedad que irrespeta, y condena, a sus dos mayores tesoros: su memoria y su futuro. Los viejos y los niños”, dice. Un grito de batalla
En julio también salió La guerra que aposté en mi contra, un libro de poesía escrito por Jarhat Pacheco. Esta autora, de 25 años de edad, nació en Aguachica, Cesar. Desde muy pequeña se interesó por la literatura, y a los 15 años comenzó a escribir poesía. En ese momento decidió que quería ser escritora. Su carrera no nació en una imprenta, sino en una cuenta de Facebook denominada ‘¿Y si el camino es volar?’, donde en 2014 empezó a publicar sus poemas anónimamente. Sus publicaciones en redes sociales tuvieron tanto éxito que decidió salir del anonimato. Su primer libro, que editó de su propio bolsillo después de tocar en vano muchas puertas en 2015 y 2016, se titula Te amo, y no es metáfora. En La guerra que aposté en mi contra, ilustrado por Carolina Rodríguez Fuenmayor, plantea la búsqueda de la paz con su vida y su propio cuerpo, así como un testimonio de las heridas que le han dejado el amor y su paso por un mundo que les exige a las mujeres no ser ellas mismas sino “mejores”.
La voluntaria
Una escritora muy particular en este grupo es Julianne Pachico, autora de la novela El Hormiguero. Nació en 1985 en Cambridge (Gran Bretaña) y cuando era niña sus padres se trasladaron a Cali por razones de trabajo. Allá creció y al cumplir 18 años de edad se fue a estudiar literatura comparada a Portland, Estados Unidos, la patria de su padre. En 2012 regresó a Gran Bretaña, donde ha continuado sus estudios y adelantado su carrera literaria. En 2017 publicó The Lucky Ones, una colección de cuentos traducida a varios idiomas, que el año pasado salió en castellano como Los afortunados. En 2015 la nominaron al premio de The Sunday Times, y ha publicado en Inglaterra, Francia, Holanda y Estados Unidos. Escribe en inglés y su pasaporte es británico, pero ella se considera colombiana y su literatura gira en torno a sus recuerdos de infancia en la Cali de los años noventa y la violencia armada que ha azotado al país. El Hormiguero, la novela de más de 300 páginas que acaba de publicar traducida al español, transcurre en un centro cultural de un barrio popular de Medellín, donde la protagonista llega a trabajar como voluntaria. Perversiones eróticas
La escritora caleña Pilar Quintana acaba de publicar el libro de cuentos Caperucita se come al lobo, una colección de muy breves relatos unidos por un hilo conductor: todos ellos giran alrededor de relaciones eróticas traumáticas, incompletas, que ante todo dejan un sabor de frustración, de derrota, incluso de tragedia. Seis de los ocho cuentos que lo componen ya habían salido en Chile en 2012. Pero se trata de una versión revisada y con dos cuentos adicionales, así que para el público colombiano es una novedad. Pilar Quintana se graduó de comunicadora social, trabajó como libretista de televisión y redactora en agencias de publicidad. Luego de viajar por el mundo se estableció en el Pacífico colombiano, donde vivió algunos años. Escribió varias novelas, entre ellas las premiadas Coleccionistas de polvos raros (premio La Mar de Letras, 2007) y La perra, Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana (2018). Un atlas del amor
La literatura llegó como un oficio tardío a la carrera de Cristina Valdés. Ella es una comunicadora social de gran trayectoria, especializada en periodismo de negocios en la Universidad de Boston. Fue editora económica de las revistas Cambio 16 y Gerente. Ahora dirige la editorial Una Tinta Medios, mediante la cual ha publicado un gran catálogo de libros y sus propias aventuras literarias. En 2015 publicó Emilia come astromelias, y dos años después, Cuentos vestidos. Hace un par de semanas presentó virtualmente su tercer trabajo literario, titulado Los novios de Lucía e ilustrado por Juliana Prieto. Se trata de un relato de ficción con tintes autobiográficos en el que la autora hace un recorrido a lo largo de su vida amorosa, que, como ella señala, no ha estado marcada por un gran amor de la vida sino por muchos episodios de diversa naturaleza. Los novios de Lucía es, como ella lo define, “su atlas del amor”; aquí están presentes los amores imposibles, los correspondidos y los prohibidos.