En 2018 la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) rompió récord con más de medio millón de asistentes y no sorprende que, entre los más de 70 eventos relacionados con el libro celebrados en el país, confirme su puesto como el más importante. Ya está en marcha, hasta el próximo 6 de mayo, su edición 32, en la que participan 25 países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Holanda, México, Perú, y Suecia. También estará presente Abjasia, un territorio disputado por Georgia y Rusia que traerá sus letras a Bogotá más allá de la geopolítica. De puertas para adentro, la feria ofrece una amplitud notable en temáticas y en lugares, con más de 200 autores. En esta oportunidad el evento se expande más allá de los límites de Corferias, a espacios como el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, bibliotecas como la de El Tintal -Manuel Zapata Olivella, y colegios oficiales que una decena de autores internacionales visitarán para fomentar el amor por el libro y liberarlo de esa imagen de obligación que lo persigue en el ámbito escolar. También ganan lugar los espacios para hablar y vivir el cine, la música, y muchas otras artes.
Enrique González Villa, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro, describió en sus palabras de apertura el impacto del evento: “Cuando iniciamos la Filbo en 1988, el índice de lectura en Colombia era medio libro por habitante al año. Hoy, según la última Encuesta Nacional de Lectura, los colombianos leemos 2,7 libros por habitante al año. Hemos tenido un enorme progreso y la Filbo, sin lugar a dudas es uno de los escenarios más importantes para la promoción del libro y la lectura en el país”.
Plantear una disputa entre tipos de lectura resulta, en el fondo, un purismo anacrónico. Lectura es lectura, pero no deja de ser necesario transmitir al libro como el disfrute y la experiencia transformadora que es.
El hecho resulta interesante al tener en cuenta que hoy, más que nunca, la lectura compite con la gratificación inmediata de la televisión y las redes sociales. Pero al contrario de lo que se cree, la generación actual lee mucho más que la anterior. Las cifras que cita González Villa lo prueban, y lo ratifica el hecho de que, en esta era tecnológica, la lectura asume otros caminos como reportajes web, videos, historias, entre muchos más. Plantear una disputa entre tipos de lectura resulta, en el fondo, un purismo anacrónico. Lectura es lectura, pero no deja de ser necesario transmitir al libro como el disfrute y la experiencia transformadora que es.
Polémica, siempre
En el pasado reciente suscitó una gran polémica la inclusión de youtubers en la programación, así publicaran libros, por el colapso logístico que generó su público masivo en Corferias. En esta edición las críticas han venido por cuenta de la apuesta de la Cámara Colombiana del Libro. No invitó a otro país, escogió a Colombia como invitado y le dedicó el pabellón del Bicentenario. Esta decisión, no necesariamente mala ni equivocada, pone al frente del debate temas delicados como la influencia del Gobierno de turno en la curaduría del evento. Estos resultan válidos en un momento en el que todavía resulta polémico el enfoque que el gobierno le quiere dar a su propuesta cultural y su postura frente a un tema tan fundamental como la paz y la memoria.
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Fenómenos
El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), un espacio de cooperación multilateral impulsado por la Unesco, ha sumado su cuota al fenómeno de la lectura en Colombia y Latinoamérica. Su directora, Marianne Ponsford, destaca una labor que, desde 1971, ha sentado las bases para que, hoy, tengan lugar eventos como las ferias del libro. También lucha por las librerías, las bibliotecas públicas e incluso trabaja hoy en llevar a la región entera protocolos visionarios como el que armaron e implementaron en México durante eventos trágicos como los terremotos, que hacen a la cultura y al libro parte de la solución a las crisis.
En su recién publicado informe ‘El espacio iberoamericano del libro 2018’, producto de un esfuerzo por establecer en la región mecanismos de medición, Ponsford destaca el buen momento de las editoriales universitarias, que en Colombia viven un especial boom, y a editoriales como Frailejón Editores, que apuestan por textos y libros ya publicados.
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SEMANA recomienda lanzamientos editoriales de autores reconocidos de Colombia, Latinoamérica y el Mundo. También, reediciones que en Colombia se han esperado por décadas.
Memorias de un hijueputa, Fernando Vallejo. Alfaguara
En la nueva novela de Fernando Vallejo el narrador, un tirano retirado –que es y no es Vallejo–, narra sus memorias. Cuenta, por ejemplo, cómo mató uno a uno a los expresidentes de Colombia, con nombre propio. Mientras tanto, sostiene que la democracia es el sistema electoral de los corruptos con ansias de poder, que las patrias solo traen guerras, que las religiones han impedido surgir a la moral, y que patrias y religiones han creado un mundo atascado, cimentado sobre un arsenal nuclear. Un lector sensato rechazará todas estas ideas... ¿o no? Aunque este libro es un regreso de la poética y las posturas vallejianas ya conocidas, su escritura vuelve a recordar que Vallejo es quizás el mejor escritor colombiano vivo, y su publicación en estos momentos políticos no solo provoca, sino evoca.
Vallejo se presentará en la Filbo el sábado 27 de abril de 2019, en el Auditorio José Asunción Silva a las tres de la tarde y leerá en fragmento de su nueva novela en la Carpa del Mañana de Arcadia el domingo 28 de abril a las 10:30 a.m.
Kentukis, Samanta Schweblin. Literatura Random House
La argentina, escritora de lo extraño y torcido llega con su novela Kentukis. En ella construye la extrañeza que caracteriza sus cuentos y novelas desde la tecnología. En su nuevo universo, Schweblin presenta personas comunes y corrientes que compran kentukis o se proponen ser kentukis, unos peluches electrónicos con cámaras incorporadas que funcionan como mascotas para sus dueños, pero que alguien más controla –dedicándoles su vida– desde cualquier lugar del mundo. La novela presenta una nueva forma de voyerismo –distópica, y al mismo tiempo realista– no tan lejana del exhibicionismo de las redes sociales. La cercanía entre el mundo literario y el real le provocará al lector una incomodidad casi grotesca y lo llevará a mirarse a sí mismo y al mundo.
Schweblin estará en la Filbo el 5 de mayo en el Gran Salón Ecopetrol, Sala FILBo A, a las 5:00 de la tarde; y el sábado 4 de mayo en el Gran Salón Ecopetrol, Sala FILBo A, a las 3:00 de la tarde.
Serotonina, Michel Houellebecq. Anagrama
En esta nueva novela, Michel Houellebecq construye un narrador y personaje desarraigado, obsesivo, autodestructivo, que escarba en su propia vida y el mundo con humor negro y una crudeza muy propia de él. Serotonina demuestra, una vez más, que Houellebecq es un testigo despiadado y pesimista de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, y un escritor incómodo y rebelde. El personaje de este libro, Florent-Claude Labrouste, es un cuarentón que se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia, tres enfermedades del sujeto contemporáneo. Entre diversos episodios atravesados por la desesperanza, la catástrofe, los reencuentros y las relaciones fallidas, Florent-Claude Labrouste, aprende a manejar un fusil. El resto es la historia.
El rastro, Margo Glantz. Laguna Libros
Nora García está en el funeral de su exmarido. Entre recuerdos e ideas, evoca su historia con el hombre al que una vez amó y que acaba de morir de un infarto. El corazón queda así en el centro del relato: un corazón que se contempla desde la medicina, la música y la poesía. Margo Glantz demuestra un deslumbrante manejo del lenguaje y en El rastro, como en sus otros libros, da cuenta de una manera única de mirar el mundo. Esta novela, ganadora del premio Sor Juana Inés de la Cruz, no tiene punto final, pues –explica Glantz– así se deja abierto el libro, para otros amores y quizás otras muertes.
Aunque el libro proviene de 2002, su reedición para Colombia es una especie de homenaje a una novelista y figura central de la intelectualidad mexicana. Ha recibido las becas Guggenheim y Rockefeller, cinco doctorados Honoris Causa y múltiples premios literarios. Enseña en la Unam y ha sido profesora visitante en universidades como Harvard, Princeton y Yale.Margo Glantz se presentará en la Filbo el miércoles 1 de mayo en el Gran Salón Ecopetrol, Sala FILBo E, a las 3 p.m.
Un beso de Dick, Fernando Molano. Seix Barral
No es precisamente una novedad, pero sí un rescate editorial esperado por décadas. Lectores de otras épocas cuentan que tuvieron que hacer hasta lo imposible para conseguir este libro; la gente se lo pasaba en fotocopias usadas, manchadas de café. Ahora Planeta, bajo el sello Seix Barral, les hace un favor a los lectores al reeditar esta novela perdida del poeta y novelista bogotano fallecido en 1998. Como dijo Giuseppe Caputo, exdirector cultural de la Filbo, este es tal vez el acontecimiento literario del año en Colombia. La novela cuenta la historia de Felipe, un adolescente bogotano en los años ochenta que anhela ser futbolista, hacer películas de amor y tragedia, y, por encima de todas las cosas, ennoviarse con Leonardo, un compañero de clase y del equipo de fútbol. Guiado por su afecto y la ternura, Felipe busca, con mucha cautela, encontrarse con su primer amor, consciente de vivir en una sociedad a la que le cuesta dialogar con otras formas de amar y de ser amado.
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Tres eventos imperdibles
La Filbo ofrece su punto más emocionante en las charlas de autores, investigadores, críticos, académicos y apasionados por los libros, las humanidades y el arte. SEMANA destaca estos tres eventos, pero recomienda también adentrarse en la programación, pues hay mucho más por descubrir en una vasta oferta de temas.
Escribir en las zonas prohibidas. Sábado 4 de mayo. Pabellón 5A ¡Que viva la música!, 7:00 p.m.
Una de las autoras más interesantes que vendrá a la Filbo este año, Chris Kraus, conversará con María Fernanda Ampuero, Dulce María Cardoso y Carolina Sanín sobre “zonas prohibidas”, tanto del cuerpo como de lo literario. Los fluidos y deyecciones, la sangre, el semen, los olores y las imágenes bellas y a veces repulsivas que dan forma al deseo y las carencias de sus personajes. En palabras de la escritora colombiana Gloria Susana Esquivel: “La novelista, videoartista y crítica de arte estadounidense Chris Kraus (…) ha explorado la manera en la que las relaciones humanas y las pulsiones que las circundan no pueden escapar el contexto histórico, político y económico”. Desde sus inicios, Kraus ha hablado “desde los estudios de género y el activismo, pero siempre usando la sátira como lugar de enunciación”.
Novelista, crítica de arte, editora, la estadounidense Chris Kraus dejó una huella literaria desde Amo a Dick (1997)
La corrección política está acabando con la literatura. Sábado 27 de abrilGran Salón Ecopetrol, Sala FILBo D, 8:00 p.m.
Según la escritora Lionel Shriver –autora de la novela Tenemos que hablar de Kevin, luego adaptada al cine–, desde hace tiempo la corrección política y la defensa ideológica de las identidades diversas (género, etnia, clase social y religión) están acabando con la libertad creativa. Si un escritor blanco escribe desde la piel de una mujer negra, por ejemplo, lo llaman ladrón de identidades. Escribir ha sido siempre ponerse en la piel del otro y frente a esta nueva coyuntura, el arte corre peligro.
En este evento la escritora leerá su conferencia “Ficción e identidad política” y discutirá con el público con la moderación de Sara Malagón, editora de Arcadia.
La escritora estadounidense Lionel Shriver en 2014.
Para leer: "Uno transmite cómo observa el mundo. Esa es la huella que deja el escritor en el mundo. Carlos Yushimito"
La paradoja de la libertad. Domingo 28 de abrilAuditorio José Asunción Silva, 5:00 p.m.
Gilles Lipovetsky hablará con Camilo Jiménez, director de Arcadia, sobre la búsqueda de la libertad en el siglo XXI a partir de su más reciente ensayo, De la ligereza. En este, el sociólogo defiende la tesis de que la ligereza es, precisamente, la tendencia dominante en el espíritu de esta época y se manifiesta en todos los aspectos del mundo occidental. De las artes plásticas a la industria de la energía, de la informática a las prácticas consumistas, de la tecnología a la medicina, del diseño a las relaciones sexuales. El fantasma de la ligereza, la provisionalidad, la liberación de todas las ataduras, la frivolidad y la virtualidad recorre Occidente como expresión de deseos, aspiraciones, sueños, esperanzas y utopías. La ligereza es “un valor, un ideal, un imperativo” en la civilización de lo ligero.
Entre los analistas de la contemporaneidad, Gilles Lipovetsky es una estrella. Protagonizará charlas el 27, 28 y 29 de abril.
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