El no tener un trabajo estable suele generar grandes episodios de estrés en las personas que presentan este problema, pues esto acarrea distintas situaciones negativas en el día a día de los individuos, pues debido a la falta de recursos, no pueden costear o adquirir los productos y servicios necesarios para sus familias.
La búsqueda laboral es un tema complejo, ya que suelen llegar algunos ciclos en los que se siente un estancamiento y desaliento durante el proceso. Por esta razón, es importante tratar de manejar la situación con la mayor calma posible para así, analizar lo que no se está llevando a cabo de manera correcta, y determinar un camino a seguir para mejorar la situación.
Las personas creyentes en la religión suelen acudir a Dios en búsqueda de consuelo y ayuda ante los problemas que la vida le presenta, pues consideran que el Espíritu Santo y las divinidades que habitan en el reino de los cielos tienen la capacidad de cambiar su realidad y transformar sus vidas de manera positiva.
Es por esto que, expertos en las Sagradas Escrituras, han seleccionado un total de 7 salmos de la Biblia, los cuales serían los indicados a la hora de pedir por un trabajo y nuevas oportunidades en torno a lo laboral, las cuales generen beneficios económicos que logren suplir las necesidades de la persona que busca empleo y su círculo familiar.
Si desea realizar estos salmos y ser escuchado por nuestro Señor, se recomienda que se ubique en un lugar silencioso, el cual le genere paz y tranquilidad, con el objetivo de concentrarse en sus peticiones. Adicionalmente, puede encender una vela blanca, intencionándola con su deseo, y confiando en que sus palabras serán escuchadas y recibirá la ayuda que necesita.
Estos son los 7 salmos con los que puede pedirle a Dios por el éxito profesional:
Salmo 17:6
Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos.
Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.
Salmo 145: 18
Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.
Jehová guarda a todos los que le aman, más destruirá a todos los impíos.
La alabanza de Jehová proclamará mi boca; y todos bendigan su santo nombre eternamente y para siempre.
Salmo 27: 13, 14
Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová, en la tierra de los vivientes.
Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová.
Salmo 37: 23, 25
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.
Cuando el hombre cayere, no quedará postrado porque Jehová sostiene su mano.
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
Salmo 46: 8, 11
Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra.
Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra.
Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego.
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido, seré en la tierra.
Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Salmo 128
Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.
Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová.
Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos.
Paz sea sobre Israel.
Salmo 23
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.