Colombianos 1. Amor y Deudas, Puerto Candelaria
Una producción ferviente, grabada en vivo con músicos invitados, recursos escénicos y la complicidad de un público que ya no se limita solo a su Medellín natal. Puerto Candelaria se pasea por el chucuchucu, el porro y el jazz, terminando de crear ese mundo propio que se adivinaba desde el primer disco. 2. This is Gozar, Herencia de Timbiquí
Desde sus primeras presentaciones en el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez hasta este nuevo documento, el salto que ha dado este grupo es enorme. Puede escucharse como una renovación del currulao o simplemente como música del mundo, con calidad y sin etiquetas 3. Todo reverdece, Jimena Ángel
Una carrera en el rock y una voz impresionante de pronto se ven enriquecidas por la influencia de ritmos colombianos como la cumbia. Este es el disco que nadie esperaba de Jimena Ángel, y a la vez una de sus mejores apuestas: rico en texturas y contagioso en ese positivismo que lo inunda 4. Que venga la vida, Mónica Giraldo
Diez canciones sencillas y sinceras que parecieran estar hechas simplemente para celebrar el milagro de los instrumentos acústicos y las pocas palabras. Mónica ha venido creciendo como cantautora y ahora encuentra la medida perfecta de sus canciones en una producción impecable. Ojo a la presencia de Totó la Momposina como invitada. 5. Oí Na Ma, Melissa Pinto
Una chica recién graduada del conservatorio decide grabar sus composiciones y nos deja abrumados por su lenguaje y su destreza. De paso saludamos la llegada de un nuevo sello disquero: Locus. Internacionales 1. Pink Floyd, The Endless River
Cuando creíamos que el grupo había culminado sus obras completas, aparece esta especie de sinfonía en cuatro partes. Son grabaciones de hace 20 años, pero enriquecidas con superposiciones recientes. Música expansiva y a la vez precisa como un reloj. Nada de lo que se hace hoy día suena así. 2. Bailar en la cueva, Jorge Drexler
Más de la mitad de los músicos que participaron en este disco son colombianos. Pero más allá, hay un acople perfecto entre nuestros instrumentos (hay acordeón y guacharaca, por ejemplo) y las letras antropológicas y cósmicas del mejor cantautor que tiene Uruguay. 3. Camino, Gustavo Santaolalla
Un disco instrumental donde relucen especialmente las cuerdas: guitarras, cuatros y el infaltable ronroco (un charango con afinación más grave) que es el sello de este músico argentino. La música evoca a veces el folclor de los Andes, otras veces las bandas sonoras que ha diseñado Santaolalla, y que le han valido dos premios Oscar. 4. Turn Blue, The Black Keys
Los Black Keys surgieron a comienzos de este siglo con un sonido crudo, fuertemente influenciado por el blues. Mucho ha pasado desde entonces, a juzgar por estas canciones más cercanas al rock progresivo. Sin duda se han vuelto exploradores sonoros, pero no pierden ese espíritu salvaje inicial. 5. Ghost Stories, Coldplay
En estos tiempos es difícil pensar que un disco dedicado a la nostalgia y la contemplación pueda obtener algún favoritismo. Coldplay ya puede hacer lo que le venga en gana: canciones lentas y atmosféricas. Y, sobre todo, es un disco cuidadoso del detalle y la forma.