Este viernes se dieron a conocer los libros finalistas al II Premio Biblioteca Narrativa Colombiana —organizado por la Universidad Eafit con el apoyo de Caracol Televisión y Grupo Familia—: ¿A dónde vas?, de Tim Keppel; El año del verano que nunca llegó, de William Ospina; Corea: apuntes desde la cuerda floja, de Andrés Felipe Solano; y La forma de las ruinas, de Juan Gabriel Vásquez. Hace unas semanas, el jurado —con formado por Juan Villoro, Carmen Barvo, Juan Esteban Constaín (Ganador del Premio Biblioteca en 2014), Mario Jursich y Juan Diego Mejía— había dado a conocer los once libros nominados de los 99 que se presentaron al concurso y entre los que estaban La ruidosa marcha de los mudos, de Juan Álvarez; Ornamento, de Juan Cárdenas; La Casa de la Belleza, de Melba Escobar De Nogales; La rebelión de los oficios inútiles, de Daniel Ferreira; Razones para desconfiar de sus vecinos, de Luis Noriega; Adentro, una hiena, de José Libardo Porras (novela); ¿Nos vamos a ir como estamos pasando de bueno?, de Luis Miguel Rivas. El escritor Héctor Abad Faciolince, director de la Biblioteca Eafit y quien ha estado al frente del premio, habló con Semana.com de la mecánica de selección: “Yo tengo aquí un grupo de siete prelectores, todos me mandan un informe de lectura muy completo, con resumen, apuntes críticos y una puntuación; de los libros que sacan un nota muy alta se manda a hacer otro informe a otros lectores, si sale muy bueno, esos van para el jurado, que ya lee máximo 20 libros y de ahí sacamos a los nominados”. El año pasado se suscito una polémica porque Tríptico de la infamia, novela del escritor Pablo Montoya que ganó el prestigioso premio Rómulo Gallegos, no estuvo entre los finalistas del Biblioteca Narrativa Colombiana, sobre esto Abad Faciolince dijo a este portal: “El libro de Pablo Montoya fue muy bien calificado, por eso llegó a los jurados y estuvo nominado, estuvo aquí expuesto en la biblioteca todo el año, pero no fue escogido entre los finalistas, a los jurados de acá no les gustó tanto como a los de Venezuela. Yo confío en mis jurados como personas que deciden no basados en amistades o animadversiones. Se dice que ganan los libros de editoriales grandes, pero es una cuestión estadística: son las que más publican”. El premio Biblioteca Narrativa Colombiana arroja una luz sobre todo lo que se publica en Colombia, pues reúne novela, cuento, periodismo literario, diarios, testimonios, narraciones de viaje. Reseñas de los finalistas La forma de las ruinas es una novela histórica que aborda los magnicidios de Jorge Eliecer Gaitán y de Rafael Uribe Uribe a partir de la historia de cazadores de conspiraciones y desde un punto de vista narrativo en el que el autor -ganador del Premio Alfaguara de Novela 2011 por El ruido de las cosas al caer- participa con nombre propio. El escritor bogotano, sin embargo, considera que más que una novela histórica su obra es una investigación en el pasado. Su aclaración es porque para él -contrario a la novela histórica tradicional- el libro es parte del presente e incluso tiene origen en un episodio de su presente biográfico como Juan Gabriel Vásquez. “La novela trata de explicar, no lo que sucedió en esos episodios de nuestro pasado violento, sino la manera cómo eso cruza el tiempo, marca y consigue moldear a los que hemos nacido muchos años después. Cómo los crímenes que han marcado a nuestro país los heredamos los que venimos después y otros los seguirán heredando”. Corea: apuntes desde la cuerda floja, libro publicado por la Editorial Universidad Diego Portales (Chile) y editado por la periodista Leila Guerriero, narra las experiencias del auto durante un año vivido en ese país asiático. El texto va entre crónica y diario íntimo, un género híbrido. Sin embargo, Andrés Felipe Solano sostuvo que ni es un diario sobre su vida en Seúl que se apoya en lo confesional ni tampoco es una serie de crónicas. “Tiene de ambos y supongo que en esa mezcla los jurados descubrieron algo de valor. El libro también está atravesado por preguntas sobre esa cosa tan extraña que mueve a la gente a escribir, ese acto de desdoblamiento que, en mi caso, se acentuó por estar tan lejos de Colombia”. El año del verano que nunca llegó tiene punto partida en la erupción del volcán Tambora que, entre los estragos, convirtió a 1816 en un año “sin verano”, al propiciar un ambiente en el que nacieron las historia de Drácula y Frankenstein. Su autor —William Ospina— dijo: “Me alegra formar parte de una tendencia de literatura contemporánea en donde la preocupación no es tanto si es una novela en términos convencionales, sino que un libro tiene que recurrir a los lenguajes que se requieran para lograr su objetivo. No se trata de una labor clasificatoria, sino de lograr que un libro sea muy vivo y contemporáneo”. El último finalista, Tim Keppel, es un escritor estadounidense que tiene espacio en el certamen porque en las bases está previsto que pueden participar los extranjeros con más de cinco años de residencia en Colombia. El libro nominado es ¿A dónde vas?, el único de cuentos entre los finalistas, al repecto Keppel dijo: “Dicen que las colecciones de cuentos no se venden, pero como lector son lo que más leo. Con una novela hay que esperar hasta el final para disfrutar el clímax, mientras que con una colección de cuentos puede sentirlo diez o quince veces”. El ganador —que se llevará 40 millones de pesos— se dará a conocer el 26 de enero, en el desarrollo del encuentro.