Para los creyentes en la fe, seguidores del camino y la gracia divina de Dios, la oración es considerada uno de los actos más fuertes dentro de sus las creencias religiosas, pues esta tiene el potente fin de ser el canal con Dios y todos sus santos.
Hay personas que piensan que la acción de orar solamente consiste en repetir de memoria una serie de oraciones predeterminadas. Pero no, no se trata de repetir, sino de tener un propósito y un fin para establecer una comunicación con el todo poderoso.
En este mismo sentido, es fundamental destacar que en la oración se puede agradecer, expresar el amor por Dios y las bendiciones, así como también pedir por aquellas cosas que aquejan o que son necesarias y, lastimosamente no están cerca.
Orar con fe y con convicción es un acto que solo Dios, de corazón, sabe la necesidad de las plegarias elevadas por cada uno. Es por ello que en la religión se usa la comunicación con el creador para tener fortaleza y tranquilidad ante los momentos difíciles de la vida.
Y es que cuando las cosas están bien, se vive con plenitud y felicidad y es en estos momentos cuando hay que dar las gracias por lo que se tiene y por cada mañana. Sin embargo, cuando llegan los malos momentos, es cuando se pone a prueba la fuerza, resistencia y la sabiduría para poder afrontarlos.
Cuando el panorama oscurece es cuando más hay que aferrarse a la fe, pues es en estos casos en los que las personas se pueden desviar del camino, tomar malas decisiones e incluso pensar en rendirse ante las adversidades.
El temor, la incertidumbre o las tentaciones pueden ser agobiantes, debido a que no se sabe cómo lidiar con ellas. Es aquí cuando se debe hacer un alto en el camino, buscar a Dios, saber que nunca se está solo y que si lo buscan Él aparecerá para cuidar y salvar a quienes estén en peligro.
Para hablar con el Señor se puede hacer a través de un diálogo íntimo, de oraciones o de los textos bíblicos. En estos aparecen relatos que pueden hacer que las personas se identifiquen o encuentren ese aliento que necesitan para afrontar la compleja situación que están atravesando.
Versículos de la Biblia para leer en momentos difíciles
Salmo 119:25-26
“Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra. Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos”.
Salmo 55:16-18
“Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha. Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí”.
Isaías 40:26
“Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!”
Isaías 41:10
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”
Josué 1:8-9
“Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas”.