Crecimiento económico o globalización son palabras que se asocian rápidamente al K-Pop. Sin embargo, a nadie le suena la palabra sinsedae, nombre de la generación nacida en la década de 1970 en Corea del Sur, que formó la audiencia de los artistas considerados hoy predecesores directos del género. O pocos conocen la importancia que la llegada del hiphop y el canal musical estadounidense MTV a Corea tuvieron a la hora de definir la industria musical en la que nacería el K-Pop. Sin embargo, fueron hechos cruciales para su surgimiento.

Los 90 en Corea del Sur

En los 90, el país acaba de atravesar una dura década de levantamientos populares en favor de la democracia y, finalmente, consigue su objetivo. Tras años reconstruyendo el país, el florecimiento económico surcoreano está en su apogeo. Los jóvenes celebran un estilo de vida que poco se parece al de sus padres. Se les presentan grandes oportunidades a nivel nacional e internacional, y una joven democracia se abre a sus pies.

Pero los 90 también son una década de tensiones. Hay tensiones entre padres e hijos, porque sus vivencias son completamente distintas en un país que ha cambiado mucho en muy poco tiempo. Hay tensiones entre profesores y alumnos, que viven en un sistema educativo altamente competitivo que agota a los estudiantes sin que sus maestros hagan nada por evitarlo. Hay tensiones, o eso creen ellos, también entre los jóvenes y toda la sociedad. La gente no les entiende, invalida su sufrimiento y les exigen llegar más alto, más rápido. En este momento el hip hop llega a Corea del Sur para dar voz a la generación que necesitaba una vía para expresar su realidad.

Fotografía de la mesa de un estudiante coreano a principios de los 2000 cursando el último año de instituto, con un tercio de los libros que tiene que estudiar sobre la mesa. | Foto: Jens-Olaf Walter / Flickr, CC BY-SA

El hip hop se introdujo como una cultura extranjera en Corea del Sur a finales de los 80, principios de los 90. Sin embargo, pronto surgirían artistas locales que la adaptarían a su propia realidad cotidiana. Este proceso dio lugar a la era del “rap-dance”, un estilo musical que empleaba el rap y la estética visual del hip hop como recursos artísticos. Así, coreografías, rap y melodías empezarían a ir de la mano en la música mainstream que escuchaba la juventud. Esta combinación tendría mucho éxito en un mercado influido por la llegada de la MTV y la valoración del aspecto visual de la música.

Tres artistas destacan dentro de este estilo de “rap-dance”: Hyun Jin-young, el dúo Deux y el grupo Seo Taiji and Boys. De los tres, el último es el único considerado “padre” del K-Pop en la industria surcoreana.

Seo Taiji and Boys

Jeong Hyun-cheol, más conocido como Seo Taiji, formaba parte de la sinsedae, y, por lo tanto, sus aspiraciones en la vida chocaban con el sistema social coreano. Lo que le diferenció del resto fue que decidió poner fin al silencio de toda una generación exigiendo cambios sociales inmediatos a través de su música. Así fue como, en 1992, con veinte años, se unió a Yi Chu-no y Yang Hyun-seok para crear Seo Taiji and Boys.

En Corea del Sur, el grupo fue un auténtico fenómeno aunque se tuvo que enfrentar a la oposición de los adultos, de la industria musical, e incluso del propio Gobierno, quiénes veían en las letras de sus canciones ataques a los pilares morales de la sociedad surcoreana que no estaban dispuestos a tolerar.

Las canciones «Classroom Ideology» (en coreano «Kyosil Idea», cuya letra criticaba duramente el sistema educativo coreano), «Regret of the Times» (en coreano «Sidae Yugam», un crudo canto a la necesidad de una reforma social en Corea del Sur) o «Come Back Home» (canción que denuncia las tensiones generacionales entre padres e hijos), sufrieron la censura que todavía existía en esa década debido a sus reivindicaciones. Sin embargo, el intento de represión fue un fracaso; la sinsedae ya no aceptaba semejante control gubernamental, y forzó al Gobierno a abandonar la censura en 1996.

¿Es el K-Pop de verdad tan inocuo como parece?

Parece increíble que un grupo como Seo Taiji and Boys sea considerado precedente del K-Pop, un género conocido por sus letras alejadas de temas controvertidos. Pero, en parte, es cierto; Seo Taiji and Boys modelaron lo que después sería el género. La combinación de rap y melodía, la utilización de coreografías en sus performances en directo y la propia estructura de la industria del K-Pop son influencias directas de este grupo. Incluso uno de los integrantes, Yang Hyun-seok, fue el fundador de una de las compañías más importantes de este género, YG Entertainment.

Además ¿hasta que punto es cierto que el K-Pop abandonó por completo la protesta social? En la mayor parte de los casos, así fue.

Sin embargo, hay excepciones a esta regla. La más conocida es, sin duda, BTS. Desde su debut en 2013, el grupo apostó por letras que criticaban el sistema social surcoreano («No More Dream», «N.O»), la aceptación de la desigualdad social y la corrupción política («Am I Wrong»), o la propia industria musical (en su reciente «Run BTS»).

BTS ha llegado incluso a realizar una cover de «Come Back Home», interpretándola en directo con el propio Seo Taiji durante el concierto conmemorativo de los 25 años de carrera del veterano cantante, junto con otras de sus canciones insignia, como «Classroom Ideology». Una actuación que reflejó no sólo la larga historia del K-Pop (desde los 90 hasta la actualidad), sino que rescató del olvido su origen como una expresión de rebeldía.

*Doctoranda en Musicología, Universidad de Oviedo

This article is republished from The Conversation under a Creative Commons license. Read the original article.