La pérdida de un ser querido es un hecho trascendental para cualquier persona. De hecho, el tiempo posterior resulta bastante difícil, pues el vacío que queda deriva en un profundo dolor. Lo que hace que muchas personas necesiten de la oración para poder sobreponerse a tan difícil momento que inevitablemente deben vivir todos los seres humanos.
Según la religión católica, cuando una persona fallece se deben hacer ciertos rituales destinados a que el alma del difunto descanse en paz y pueda llegar sin inconvenientes al reino de los cielos. Por lo que la oración, las misas y otros ritos son muy comunes tanto en Colombia como en el mundo.
Se considera que esta práctica permite que los individuos que lo realizan reciban la misericordia divina por parte de Dios y las divinidades del mundo espiritual. Por lo que es muy común que una vez una persona fallece, tanto familiares como amigos, pidan a Dios por la salvación del alma del ser querido que ha muerto.
Los más devotos suelen refugiarse en la oración para no solo afrontar el tiempo de luto, sino también pedir por la luz y salvación de aquellos que se han ido. Por lo anterior, la religión católica ha incluido numerosos versículos de la biblia en este tipo de oraciones.
El argumento detrás de estas prácticas acude al consuelo divino y cómo las palabras de Dios pueden servir para afrontar momentos de tal magnitud. Por lo que La Biblia, el libro más sagrado de la cultura cristiana, se vuelve en la herramienta de lectura ideal para las personas que buscan pedir por la salvación de los seres queridos fallecidos. Los siguientes son los versículos que deben leerse para pedir por la paz eterna de los difuntos.
Eclesiastés 3:1-4
“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto...”
Apocalipsis 21:4-5a
“Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte ni llanto ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir. El que estaba sentado en el trono dijo: ‘¡Yo hago nuevas todas las cosas!’”
2 Corintios 1:3-4
“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren”.
Isaías 49:13
“Ustedes los cielos, ¡griten de alegría! Tierra, ¡regocíjate! Montañas, ¡prorrumpan en canciones! Porque el Señor consuela a su pueblo y tiene compasión de sus pobres”.
1 Corintios 15:55-57
“‘¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?’ El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
Romanos 8:38-39
“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”.