Título original: Ah-ga-ssi Año: 2016 País: Corea del Sur Director: Park Chan-wook Guion: Jeong Seo-kyeong inspirado en una novela de Sarah Waters Actores: Kim Tae-ri, Ha Jung-woo y Kim Min-hee Duración: 144 min El coreano Park Chan-wook es uno de los maestros contemporáneos de los escenarios abigarrados, con todo lo que eso tiene de anonadante y complicado: el exceso de textura –de un papel tapiz, de un bonsái, de un dibujo centenario– en ocasiones termina dando la sensación de que la pantalla está a punto de colapsar; hay tantos elementos y tan exquisitos que no se sabe bien a qué ponerle atención. Pero aun cuando no resulta del todo exitosa, es una estética que justifica el viaje a un teatro de cine: la sala oscura y una proyección generosa permiten sumergirse mejor en estos banquetes visuales. A diferencia de Wes Anderson, otro gran fetichista contemporáneo de los escenarios abrumadores, el cine de Park tiene una corriente subterránea de crueldad metódica que, en películas como Oldboy y Simpatía por lady Venganza, termina en baños de sangre con el carmín más intenso. Le puede interesar: Sin mover los labios En su nuevo filme –que quedó de séptimo en la encuesta anual de lo mejor del cine en 2016, realizada por el sitio web Indiewire entre críticos especializados–, la cuenta de glóbulos rojos es bastante menor (aunque también hay) mientras que el énfasis está puesto en una historia que se cuenta dos veces desde perspectivas distintas. Todo tiene lugar cuando los japoneses ocupaban Corea –la invasión duró entre 1910 y 1945–, y un tema secundario es la tensión entre ambos países, entre los coreanos que viven al mismo tiempo oprimidos y aspirando a ser parte de la cultura nipona. La doncella protagonista es Sook-Hee (Kim Tae-ri), la hija de una legendaria ladrona que hace parte de un clan delincuencial que roba, extorsiona y vende bebés abandonados a familias japonesas. “Si no los hubiéramos recibido, habrían muerto de hambre”, explica, para mostrar cómo bondad y rentabilidad no tienen por qué estar reñidas. Le recomendamos leer: Hambre de poder Gracias a las maquinaciones de un compañero de la banda que se hace pasar por conde nipón (Ha Jung-woo), esta muchacha llega a una mansión de un bibliófilo para trabajar como doncella de Hideko (Kim Min-hee), su sobrina y dueña de una gran fortuna. El plan es que la doncella le ayude al conde a seducir a la heredera, escaparse con ella a Japón, robarle todo e internarla en un manicomio. Esta es la historia que se cuenta dos veces, la primera desde la perspectiva de la doncella recién llegada y la segunda desde la dama mentalmente inestable. El contraste entre las dos sirve para subrayar que cualquier narrativa es una especie de acto de prestidigitación, un ejercicio encantador, pero poco confiable: los eventos tienen un significado distinto dependiendo de quién lo cuente y lo que busque con su historia. También le sugerimos: ¡Huye! Se trata de una película paciente y elegante, que mezcla erotismo y crueldad a medida que va explorando las relaciones entre todos los involucrados. ¿La doncella respeta a su dama o la menosprecia? ¿La dama está perdiendo la cabeza o lo tiene todo bajo control? Entre esta media docena de personajes, Park teje historias de inocencia y credulidad, con estafadores y estafados, y personas que quieren y que son queridas, dejando para el final la sorpresa de quién es quién. _____________________________________________________________________________________________________________________________ CARTELERA La Mujer Maravilla ***La heroína de DC Comics sale de su isla paradisiaca para enfrentar a los nazis en esta película efectiva de superhéroes. Z: la ciudad perdida ***½ Película de aventuras, basada en los viajes de un explorador inglés a comienzos del siglo XX al Amazonas. Dirigida por James Grey (La inmigrante). La leyenda *** Reconstrucción del ascenso y caída del rudo boxeador que inspiró la película Rocky. Si no despierto **½ Una adolescente se levanta siempre en el mismo día, en esta mezcla de drama juvenil con Día de la marmota.