Cuando el lunes 4 de junio apareció publicado en la prensa un aviso de la compañía "Arte y Cultura", en el cual se anunciaba que por motivos de fuerza mayor el cantante australiano Andy Gibb no haría sus presentaciones en Colombia, un baldado de agua fría cayó sobre los cientos de fanáticos que habían agotado ya la boletería de las funciones proyectadas. Y no era para menos. Semanas antes un bombardeo publicitario adelantado por radio, prensa y televisión venía alimentando las expectativas en torno a esta prematuramente legendaria estrella de los Bee Gees, el grupo de música pop que en los años setenta logró colocar varios títulos en los primeros lugares del hit parade internacional.Gibb, que al igual que Michael Jackson, logró sobresalir sobre su grupo de hermanos cosechando individualmente sus propios éxitos, iba a comenzar en Colombia una gira por Latinoamérica para abrirle mercado a sus discos. Venia rodeado por la aureola que le habían ayudado a crear no sólo los rumores sobre su extraordinaria fortuna. sino también sus affaires con superestrellas de la farándula internacional como Olivia Newton John y Victoria Principal.Vuela la imaginación.La noticia de que las presentaciones de Andy Gibb no se llevarían a cabo sirvió de detonante para la difusión de toda suerte de rumores sobre las causas de la cancelación de la gira.La versión oficial del impasse dada por la compañía norteamericana "William Morris", que es una de las más importantes de los EE.UU. y la encargada de promocionar al artista, consistía en que los equipos de sonido no llenaban los requisitos necesarios para la realización de los conciertos. Otras versiones, un poco más exóticas y elaboradas, hablaban de que Gibb tal vez estaría recluído en una clínica como consecuencia de una "super-traba", o de que a última hora se le habría presentado un plan mejor que el de salir de gira por Suramérica, y que habría preferido irse a las Bahamas con una espectacular starlet. Algunos se atrevieron incluso a sugerir que la compañía "Arte y Cultura", la firma encargada en Colombia de organizar los conciertos de Gibb, había sufrido pérdidas millonarias con el incumplimiento del artista. Y hasta un periódico publicó la noticia de que cientos de fans del cantante, en señal de protesta, habían quemado camisetas impresas con la imagen del ídolo.Con el ánimo de establecer la verdadera razón de la ausencia de Gibb, SEMANA contactó a los socios de la compañía "Arte y Cultura". Evidentemente, Gibb está desaparecido. Fue lo que ellos pudieron establecer cuando decidieron "no tragar entero" la versión de los equipos de sonido dada por la "William Morris", agencia que en realidad terminó aceptando que habían perdido contacto con el artista, y que no se había podido establecer su paradero.Para desilusión de quienes pensaron en un comienzo que este incidente generaría una millonaria demanda de "Arte y Cultura" contra la agencia norteamericana, se trata apenas de un riesgo inherente al oficio de empresario. En este caso, al contrario de las versiones que señalaban que se había firmado un contrato millonario, existía entre las partes solamente un acuerdo, según el cual la agencia colombiana se encargaba de la promoción, alojamiento y organización de los conciertos de Gibb y luego, deducidos estos gastos, cobraría un porcentaje sobre las utilidades de taquilla. Como dato curioso, los gastos de alojamiento no sólo incluían los generados por el hotel y la alimentación del artista y su comitiva. sino también varias botellas de agua mineral y de "Khalva" (licor de café), que los empresarios norteamericanos habían sugerido cordialmente a los colombianos que eran las bebidas favoritas del cantante.En el epílogo de esta historia,entonces, no caben ni millonarias pérdidas, ni espectaculares demandas, ni quemas masivas de camisetas porque, como lo expresó uno de los socios de "Arte y Cultura", el chisme muy probablemente fue inflado a raíz de que una sardina, en un Burger king, sufrió un berrinche cuando supo que su cantante favorito no venía a Colombia.Para "Arte y Cultura" (con siete meses de funcionamiento, y habiéndose anotado durante este corto lapso éxitos como la presentación del Zimbo Trío y próximamente la de la Zarzuela que ya agotó boletería), como de la canción, "la vida sigue igual". Durante los próximos meses, como lo expresan sus socios, estarán dedicados a "germanmoralizar" cualquier actividad artística, nacional o internacional, que su olfato les indique que va a "pegar" entre el público colombiano. Y entre sus proyectos figura el de organizar una espectacular fiesta salsómana el 31 de diciembre, importando la mejor orquesta y los mejores cantantes de salsa del mundo. De toda esta historia, sin embargo, todavía queda un misterio por resolver ¿Dónde está Andy Gibb?--