El notable Barry Jenkins, ganador del premio Óscar 2017 por el guion de la sensible y poderosa Moonlight (que también ganó merecidamente el premio a mejor película en una muy confusa entrega), creador de una de las miniseries de televisión más impactantes de las que se tenga memoria, The Underground Railroad, de 2021, en la que adaptó para Prime Video una obra literaria homónima ganadora del Pulitzer de Colson Whitehead (invitado al Hay Festival 2025 Colombia): ese es el improbable (palabra suya) director de Mufasa, una precuela que nadie pidió, pero que millones abrazarán con fervor, porque se lo merece. Es emocionalmente y cinematográficamente magistral, y se estrena esta semana en el país y el mundo.
En su calidad de director, Jenkins carga sobre sus hombros la responsabilidad de rendirle tributo a una película icónica como El rey león (que contó con la voz de James Earl Jones, a quien se dedica esta nueva película) y expandir su universo con una precuela sobre su más memorable personaje. Y tenía que hacerlo aplicando la reciente y polémica técnica de live action, que hasta ahora estaba lejos de convencer; hasta ahora, porque esta entrega es asombrosa. En la mezcla de live action con imágenes fotorrealistas trabajadas por computador, estallan en pantalla las texturas de agua, de nieve, de color, de vastos paisajes en increíbles secuencias, partiendo de detalles básicos pero esenciales, como el pelaje animal y el movimiento y expresiones de las bestias.
Lo imposible asumió Jenkins, en el papel: salir bien librado de esta misión encomendada por Disney, que descartó en principio y que solo aceptó luego de leer el poderoso guion tras la insistencia de su mujer, la cineasta independiente Lulu Wang. ¿Qué ganan los espectadores con Jenkins a la cabeza? Corazón, sensibilidad y potencia. Luego de leer Mufasa en la página, Jenkins aceptó y se llenó de lo que llama una “claridad de propósito y honestidad emocional”. Supo que la película ofrecería algo al niño, al anciano, a todos los adultos y adolescentes en el medio y aceptó entendiendo lo que quería honrar de la original. Y triunfa, porque su producción está a la altura de la gigante producción del 94 de la que se desprende, elevándola.
En entrevista exclusiva con SEMANA, en la D23 de Brasil, el aclamado director nos respondió sobre el reto de narrar orígenes de personajes tan conocidos como Mufasa y su antihéroe, Scar. “Hay muy pocas historias con tanta resonancia cultural como El rey león. Si yo elevo a un bebé con mis dos brazos al aire, la mayoría sabrá que hago referencia a Rafiki cargando a Simba”, dice. “Es una huella tan grande como la de Michael Jackson (en la música) o Michael Jordan (en el deporte). Sumergirse en Mufasa y Scar es mostrar cómo se forjó la relación entre ambos y lo que sucedió en el camino y cambió esa relación. Era una gran oportunidad de narrar”, comparte.
En efecto, como secunda el talentoso compositor Lin-Manuel Miranda, Mufasa habla de cómo nadie es bueno o malo per se, y son las experiencias y decisiones las que nos llevan a uno u otro lugar. “Es una conversación importante, y es bello cuando el arte la pone sobre la mesa”, anota el autor de las canciones que nutren esta nueva entrega.
¿Cómo lidiar con las expectativas? “Todo lo que se sume a esta historia provocará reacciones en la audiencia cargadas de contexto”, explica el director, nativo de Florida. Y añade que todas sus preconcepciones sobre cómo Mufasa había llegado a ser rey habían sido retadas por el guion y eso lo tocó a nivel personal. Barry Jenkins no debería estar haciendo cine, así como Mufasa no debía ser rey, pero en eso se convirtieron.
“En Colombia, como en Brasil, ustedes tienen favelas. Yo soy un hijo de esos barrios no favorecidos en Estados Unidos. Y cuando empiezas a hacer cine, es duro, porque necesitas maquinaria, apoyo. Es una ocupación casi diseñada para gente de dinero. Así que cuando me lancé me sentía haciendo lo imposible. Esta historia me devolvió a esos momentos en los que decidí hacer cine, cuando no sabía si alguien que venía de donde yo venía podría hacer películas. Me exigió diligencia, disciplina e imaginación, pero realizar Mufasa fue muy inspirador”, sentencia Jenkins.
Históricamente, a Disney se le acusa de contratar grandes directores para luego moldearlos a su maquinaria y borrar su impronta. En Mufasa emociona percibir que no es el caso. La huella emocional de Jenkins es central, y unida a las canciones de Lin-Manuel Miranda y a las grandes actuaciones de voz (del reparto original y de quienes lo doblan al castellano) entregan una rotunda experiencia cinematográfica a la audiencia de poco menos de dos horas.
Esta historia me devolvió a esos momentos en los que decidí hacer cine, cuando no sabía si alguien que venía de donde yo venía podría hacer películas. Me exigió diligencia, disciplina e imaginación, pero realizar Mufasa fue muy inspirador
Aun así, le preguntamos a Barry si la maquinaria trató de moldearlo, o en qué medida sucedió... “No viví esa experiencia que mencionas, pero cuando consideré integrar este proyecto mi pregunta fue esa, si podría tener mi impronta, si podría hacerla con mi equipo de colaboradores, mi cinematógrafo, mi editor, mi diseñador de producción. Porque si no podía hacer la película con ellos no valía la pena. En ese sentido, Disney fue muy abierto. Apostaron por mí, y eso sorprende porque no soy la persona que esperas para liderar una película así. Lo hicieron para que trajera mi voz, y me alegra que en la película se sienta que la misma gente que hizo Moonlight hizo Mufasa”.
En su alta complejidad, el mundo de El rey león ofrece una historia de fraternidades, paternidades y legados, de liderazgos increíbles, pero también de envidias, traiciones, pérdidas y duelo, que sabe alivianar con personajes y giros cómicos (gracias a Timón y Pumba). Por esta mezcla de temas duros y momentos de comicidad (que Barry considera “un truco de magia”), la película fue y es aún venerada por múltiples generaciones, que la abrazan como un hito en sus vidas.
¿Es Mufasa tan shakespeariana como su antecesora? “Si El rey león se basa en Hamlet, ¿sería esta una precuela de Hamlet? Es una manera interesante de mirarlo. Para mí, el ADN de estos personajes es el mismo de los personajes de la original. Y como es innegable que en El rey león tienen lugar sucesos shakespearianos, y compartimos mucho, Mufasa también lo es”, responde Jenkins.
Por último, le indagamos sobre el proceso de liderar tantos talentos reunidos. “Fue genial”, comparte. “Lo primero que hicimos fueron las canciones, y grabar todas las voces. Porque ni el storyboard ni las animaciones se pueden hacer bien sin la energía del reparto principal, y trabajar con ellos fue emocionante. Blue Ivy Carter, la hija de Beyoncé, interpreta a Kiara, la hija de Nala y de Simba en esta cinta. Y verla a ella trabajar con Beyoncé, en esa dinámica madre-hija, me conmovió muchísimo, porque Beyoncé es una mujer más grande que la vida misma y este proceso le implicó no ser eso para darle paso a su hija. Y hubo muchos detalles así, como trabajar con Seth Rogen y Billy Eichner, quienes interpretan a Timón y Pumba, pues me implicó verlos energizarse para meterse en esa piel. Fue muy especial”.
A la vida expandida de esa película de 1994, enmarcada en el impresionante paisaje de África y protagonizada por su reino animal, que contó con el impulso de una de las bandas sonoras originales más famosas de la historia (con piezas como “The Circle of Life”, “Hakuna Matata” y “Can You Feel the Love Tonight”), se suman un arrollador musical de Broadway, ganador de seis premios Tony, que aún hoy se presenta, y la versión en live action de 2019, dirigida por Jon Favreau.
Ahora se ve claramente que esa, que no tenía cómo superar la original, servía para establecer estos nuevos capítulos, que hacen de El rey león una saga, que seguramente continuará con las historias de Simba, Nala y de su pequeña Kiara. Dicha saga empezó 30 años atrás, pero se consolida ahora con Mufasa por el poder de su hechura, de sus imágenes y de lo central: una historia llena de corazón y complejidades capaz de conmover, cautivar y poner conversaciones difíciles sobre la mesa.
En la voz de los actores
A su reparto, que incluye voces en inglés como las de Aaron Pierre, en el rol de Mufasa, se unen actores de vena cómica como los mencionados Seth Rogen y Billy Eichner, retomando los roles de Timón y Pumba que ya habían asumido en la versión de 2019. A ellos dos, que grabaron juntos sus voces para mantener fresca su dinámica, les preguntamos sobre trabajar con Jenkins.
Rogen fue amplio en asegurar lo divertido que fue, pues Jenkins los impulsó a la experimentación, mucha de la cual incluyó en el corte final. En este punto, Rogen resalta lo planeado que Barry hace lucir todo ese resultado, lo fluido que todo parece, porque no es así de claro mientras se va armando la película. “Nos tocó como a una orquesta. Es un director de cine magistral, que además sabe reírse de todo”, destaca el canadiense.
Sobre encarnar al inolvidable Mufasa, Aaron Pierre cuenta que, más allá del líder imponente pero honorable que ya conocíamos, es valioso revelar el camino que lo llevó a ese punto. Porque es una travesía dura, que lo ve “separado de sus padres, aislado, excluido, segregado, descartado, para, a pesar de todo eso y de los retos de la supervivencia, elevarse a sí mismo y convertirse en rey”. Pierre también subraya el impacto de, no solo la voz, la carrera entera de James Earl Jones en su propia vida y el orgullo de sumarse con él a dar vida a tan importante personaje del que, no sobra decirlo, muchos de nuestros líderes algo deberían aprender...