Hace tres décadas un científico llamado Carl Sagan tuvo una visión. Quería que la gente del común descubriera los más profundos secretos de la ciencia y entendiera mejor el origen del mundo y del universo. Para Sagan, entonces un respetado astrónomo, astrofísico y cosmólogo, las personas en general vivían en un estado de ignorancia absoluta frente a los enormes descubrimientos que, día a día, los expertos hacían en sus laboratorios aislados. En otras palabras, estaba convencido de la ausencia de una divulgación científica apropiada. Fue así como, junto a sus colegas Ann Druyan y Steven Soter, se puso en la tarea de escribir una serie de televisión que acercara a los televidentes a la ciencia. En 1980 el proyecto estuvo listo y se estrenó con el nombre de Cosmos: A Personal Voyage. La serie se convirtió en un fenómeno cultural y marcó un quiebre en la historia de la televisión. Solo se produjeron 13 capítulos que, durante los últimos 33 años, han rotado por las pantallas chicas de todo el planeta: han sido vistos por 750 millones de personas en más de 175 países desde entonces. Sagan y su equipo lograron explicar algunos de los fenómenos más complejos de la naturaleza y su evolución de una manera sencilla y con un lenguaje que cualquiera podía entender. Sagan convirtió la ciencia en una narración entretenida para el gran público. Este año, el canal National Geographic decidió revivir la mítica serie. La idea de los productores es volver a tener el mismo impacto que tuvo la producción de Sagan en su momento y para lograrlo decidieron no ahorrar recursos. Se trata de una de las series más caras y con mayor distribución en la historia de la pantalla chica. El primer reto, desde luego, era encontrar una figura que tuviera el peso de Sagan. La búsqueda era complicada pues debía ser un científico reconocido, pero con suficiente carisma para conquistar a la audiencia. Y no solo eso: tendría que seducir a los muchos fanáticos de la serie original y a los nuevos televidentes.Por todas estas razones, el candidato ideal fue el doctor Neil deGrasse Tyson. Además de ser un reconocido astrofísico, es un popular divulgador científico. Las investigaciones de DeGrasse incluyen la formación de estrellas, su explosión, las galaxias enanas y la estructura de la Vía Láctea. El astrofísico ha trabajado en California, Nuevo México, Arizona y los Andes chilenos y publicó diez libros sobre sus hallazgos. Ha recibido 19 doctorados honoris causa y la medalla de la NASA al Servicio Público Distinguido. En 2007, la revista Time lo eligió como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Actualmente es director del planetario Hayden, en el Museo Estadounidense de Historia Natural en Nueva York.Pero lo más curioso es que cuando era un adolescente y estudiaba en una escuela pública, DeGrasse conoció a Sagan. Por sus buenos resultados académicos fue invitado a pasar un día en el laboratorio del famoso científico en la Universidad de Cornell. “Fue un encuentro definitivo. Sagan no solo fue muy especial conmigo, sino que me abrió los ojos sobre mi futuro. Yo ya sabía qué tipo de científico quería ser. Pero ese día con Carl aprendí el tipo de hombre que quería ser”, le dijo DeGrasse a SEMANA durante el lanzamiento de Cosmos en Ciudad de México. Desde el primer capítulo –que se transmitirá el martes 11 de marzo a las diez de la noche y que llegará a 170 países en 48 idiomas– se ve que se trata de una producción de primer nivel. DeGrasse, junto a un equipo encabezado por los guionistas originales de la serie, hace un recorrido alucinante que comienza por el origen de la vida y lleva a los espectadores hasta las galaxias más lejanas que la humanidad alcanza a imaginar. Los guionistas decidieron retomar algunos de los elementos más recordados de la versión clásica como el Calendario Cósmico y la Nave Espacial Imaginación, en la que el conductor viaja hasta lugares sorprendentes. Pero a esto le sumaron elementos nuevos: efectos especiales de última tecnología –trabajaron con los expertos de cintas como Avatar y Star Trek– , elementos de novela gráfica y, por supuesto, locaciones espectaculares alrededor del mundo. También, con un lenguaje y ritmos propios de la televisión actual, explican algunos de los descubrimientos más recientes de la astrofísica. “Nuestra idea era combinar un discurso científico riguroso con un ritmo intenso, al que los televidentes están acostumbrados”, le dijo a SEMANA el productor Mitchell Cannold, “esto es entretenimiento puro y de la mejor calidad”. El experimentado productor se asoció con el popular Seth MacFarlane –creador de las series Family Guy y American Dad– para lograr el equilibrio perfecto entre entretenimiento y ciencia. MacFarlane ha participado activamente en el desarrollo de la serie, lo cual garantiza su éxito comercial. “El primer episodio da muchas pistas de lo que viene en el resto de la temporada. Hablaremos de astrofísica, biología, historia, religión, entre otras cosas. Haremos que nuestro público se cuestione sobre los grandes temas de la humanidad. Lo que me parece más importante es que no solo plantearemos respuestas: haremos que la gente se haga preguntas”, dice DeGrasse. Por ahora solo están previstos 13 episodios de una hora. “Nuestra idea es encender una llama de curiosidad en la gente. Y que esa llama luego se vuelva una hoguera de preguntas.”, dice el conductor. Sin duda, por las expectativas que ha generado esta nueva versión de Cosmos, esta llama permanecerá encendida por mucho tiempo.