"Estados Unidos tiene solo el 4 por ciento de la población mundial, ¿y usted cree que los norteamericanos somos 15 o 20 veces mejores para contar historias que otros países? Estamos al comienzo de una revolución global en la televisión, en la que las grandes historias pueden venir de cualquier lado y llegar a cualquier lado”, le dijo a SEMANA Erik Barmack, vicepresidente de Contenido Global de Netflix, el lunes en Bogotá. En efecto, en 2018 Netflix puso la lupa en el resto del mundo, pues en el primer trimestre ganó 7,4 millones de suscriptores, de los cuales solo el 26 por ciento vive en Estados Unidos. Por esa razón, sus directivos decidieron invertir 8.000 millones de dólares en producir contenidos en otros lugares y tienen a Latinoamérica en la mira: actualmente hay 70 proyectos andando, 6 de ellos en Colombia. Por eso, este gigante del entretenimiento produce a gran escala en el país y, lo mejor, con talento y equipos locales. Atrás quedaron los días en los que solo exhibía en su plataforma programas como Betty la fea, Café, Los comediantes de la noche y La niña, entre otros. Generan una cantidad significativa de empleos: Netflix ya ha contratado a más de 35.000 colombianos entre elenco, extras y equipo de producción. Pero no solo Netflix avanza en el país. HBO recién comenzó a producir series en Colombia, y Fox, que ya lo venía haciendo, no baja la guardia. A la hora de buscar las razones por las que llegan a Colombia, aparecen el español neutro, el costo de producción relativamente bajo, la calidad profesional, la diversidad de historias, las locaciones y los parajes –en donde en horas se puede pasar de un páramo a un desierto–. Le sugerimos: “La tecnología debe estar al servicio de las personas y no estas al servicio de la tecnología” Édgar Spielmann, cabeza de Fox en Latinoamérica, tiene un argumento más: descubrieron un valor muy alto en personalizar y localizar el entretenimiento con cosas que le pasa a la gente en cada país. Pero aun así no sacrifican las historias más regionales, a las que les va bien en esta zona por su temática universal y por tener elencos de varias nacionalidades. Netflix mostró el camino en 2015 con Narcos, que se convirtió, junto a House of Cards y Stranger Things, en una de sus series bandera. Pero ahora se apresta a lanzar seis nuevos contenidos originales hechos en el país: Distrito salvaje, un drama protagonizado por Juan Pablo Raba; Siempre bruja, serie fantástica para adolescentes grabada en Cartagena y producida por Dago García y Caracol Televisión; el thriller Frontera verde, producido por Dynamo (la coproductora de Narcos) y Ciro Guerra; la segunda entrega de la Historia de un crimen –basada en el caso de Luis Andrés Colmenares e inspirada en el libro Nadie mató a Colmenares, de José Monsalve–; y dos especiales de comedia con Liss Pereira y Ricardo Quevedo.
‘Distrito salvaje’ es la tercera serie original colombiana de Netflix. Cuenta la historia de un guerrillero (Juan Pablo Raba) que escapa de la selva luego del tratado de paz que el gobierno firma con el grupo armado al que pertenece y todo lo que tiene que vivir cuando llega a Bogotá para reinsertarse a la sociedad. En la misma línea, HBO decidió producir en el país. Ya en 2016 había dado algunas puntadas con Guerras ajenas, un documental sobre la fumigación de cultivos ilícitos y sus efectos. Pero a mediados de agosto de este año también se volcó a la ficción al rodar Mil colmillos, su primera serie original colombiana. Una producción con elenco 100 por ciento nacional que explora varios paisajes de la geografía del país como Cundinamarca, Caldas, Amazonas, Antioquia y Tolima (Armero). Sin embargo, la plataforma lleva 15 años produciendo en la región y ya generó 81 contenidos originales latinoamericanos. Como si fuera poco, en noviembre del año pasado trasladó su única oficina en la zona, de Venezuela a Colombia. Una buena señal para el país.
‘Mil colmillos’ es la primera producción original de HBO en Colombia y tiene un elenco 100 por ciento nacional. Narra la aventura de un comando élite del Ejército que se enfrenta a fuerzas desconocidas y peligrosas mientras busca al líder de una milicia. La produce Rhayuela Films y la dirigen Jaime Osorio y Pablo González. Otro grande como Fox, por su parte, desde hace 11 años produce en Colombia y ha presentado sus contenidos en toda América Latina. Vale recordar que esta multinacional compró el 51 por ciento de Telecolombia, una productora con la que hizo, entre otras, Tiempo final (2007), emitida exclusivamente para la región y cuyo rating, en el horario central, estuvo al nivel de series como 24. Desde entonces, esta productora realizó contenidos como Mental, Kdabra, Cumbia ninja, 2091 y Sitiados. Tiene en proyecto muy avanzado, un seriado sobre el general Óscar Naranjo, basado en el libro El general de las mil batallas, de Julio Sánchez Cristo. Lo protagonizará el peruano Christian Meier. Los ejecutivos de Fox, Netflix y HBO insisten en que en el país hay mucho talento no solo actoral, sino a nivel de producción, como demostró Dynamo con Narcos. Dago García, quien producirá para Netflix, lo atribuye a una razón: “Somos el único país de América Latina que surgió como televisión de Estado y luego tuvimos un sistema mixto que promovió la competencia entre muchas productoras pequeñas. Y eso generó un talento cualificado para hacer telenovelas de gran factura. Y al parecer, el mundo se dio cuenta”.
La próxima semana Fox Telecolombia comienza el rodaje de su reciente contenido original hecho en Colombia: ‘El General’, la biopic del general Óscar Naranjo. El peruano Christian Meier protagonizará y dentro del reparto están Carlos Manuel Vesga, Diana Hoyos, Juan Pablo Shuk, Juliana Galvis, Laura Ramos y Julián Román. A esto se sumó la profesionalización audiovisual que llegó con la Ley de Cine de 2003, que incentivó la industria y la formación de sus miembros. Por eso, como cuenta la productora Diana Bustamante, de Burning Blue, “los colombianos pueden competir perfectamente con un actor, director, técnico o productor extranjero”. Así mismo, como explica, rodar en Colombia resulta mucho más económico que en México o en Brasil, donde estas plataformas también producen contenidos originales. Y agrega que si bien ahora no es tan barato como hace 20 años por la profesionalización del sector, los costos nacionales nunca igualan a los de esos países. Además, la llegada de estos gigantes al país tiene un impacto positivo sobre la economía nacional: del presupuesto de un episodio, máximo el 30 por ciento corresponde a la productora. Y el resto se queda en bienes y servicios del país donde se graba (alimentación, transporte, alojamiento, locaciones, etcétera). Así mismo, se estima que un episodio de una serie de Netflix, como Narcos, cuesta un millón de dólares, lo mismo que hacer todo un largometraje nacional. También genera un número significativo de empleos: Netflix, por ejemplo, ya ha contratado a más de 35.000 colombianos entre elenco, extras y equipo de producción.
La historia sobre el controvertido caso judicial se estrenará el próximo año en Netflix. Tendrá ocho capítulos y hasta el momento se sabe que Julián Román y Enrique Carriazo serán los actores que personifiquen a Luis Andrés Colmenares y a su padre, respectivamente. Los canales de televisión nacional ven el fenómeno como un gran desafío. El propio Dago García, vicepresidente de Contenidos de Caracol, que coproducirá Siempre bruja, cree que todo cambió con la tecnología y que si bien hay que priorizar el canal, también hay que encontrar otras fuentes de ingresos como producir, paradójicamente, para la competencia, es decir, Netflix. Juan Pablo Raba, galán de varias telenovelas colombianas que protagoniza Distrito salvaje, dice que los canales tradicionales ya no tienen los ratings de antes. “Ahora esto no es de RCN contra Caracol y tal vez sirva para que todos simplemente mejoren sus productos”, dice. Por otro lado, la industria nacional nunca antes se había enfrentado al nivel de producción que han traído estos gigantes del entretenimiento. No solo en materia de exigencia para el talento local, sino también en inyección de capital para el país. Lo que resulta más loable si se tiene en cuenta que a estos contenidos no los cobija la Ley de Filmación de 2012, que otorga incentivos monetarios a las películas extranjeras rodadas en el país. Pero todo no para aquí: Amazon recién rodó en Colombia parte de una serie de gran envergadura y Sony también llegará muy pronto. La industria audiovisual colombiana tiene el reto de estar a la altura de semejante desafío.