Estrenada en todo el mundo en la edición número 80 del Festival Internacional de Cine de Venecia y en el BFI London Film Festival, Priscilla, protagonizada por Cailee Spaeny y Jacob Elordi, es una película compleja, sensible, dolorosa y cruda que muestra, desde la acertada visión de Sofia Coppola, la dicotomía de una mujer presa entre el turbulento amor con Elvis Presley, la mayor leyenda musical de Estados Unidos, y una generación marcada por el auge de movimientos sociales y contraculturales.
Llena de detalles, con una fotografía sobria y un guion conmovedor, Coppola logra retratar la historia de una niña de 14 años que se convierte en mujer y madre en medio de la fama, la manipulación y el desgarrador amor con un hombre lleno de facetas con luz y oscuridad. La cinta aterrizó en salas de cine desde el 4 de enero en Colombia y estará disponible en Mubi desde febrero.
SEMANA: Priscilla Presley aparece en los créditos finales como productora ejecutiva en la película. ¿De qué manera estuvo involucrada en el proceso?
Sofia Coppola: Estuvo muy involucrada desde el inicio, confió en mí y en mi trabajo. Siempre estuvo disponible para responder todas las preguntas. Nunca fue al set de grabación porque no quiso poner nerviosos a los actores, pero fue muy dulce y nos dio tiempo a todos. Solo se reunió con Cailee Spaeny, la actriz que la personifica, para que pudiera encarnarla y aprender algunas de sus características. Para nosotros y para ella fue muy importante que tuviéramos la oportunidad de hablar y así la historia fuera lo más real posible.
Semana: ¿Qué descubrió sobre usted misma en la historia de Priscilla? ¿Se sintió identificada con algo?
S.C.: Es difícil decirlo, todavía sigo absorbiendo todo. A ambas nos encanta la moda, ella es muy femenina y yo también. Ella es muy dulce y es madre, una madre que decidió qué era lo mejor para su hija. Hubo un momento en el que me contó que no quería criar a una niña en un hotel en Las Vegas y tomó muchas decisiones basadas en su rol como madre, y me siento identificada con eso. Siempre se trató de estar abierta a la experiencia sin juzgarla.
SEMANA: Sobre la vida de Elvis ha habido diversas versiones, ¿qué opinión tiene sobre que esta película sea específicamente desde la mirada femenina, tanto la de Priscilla como de la suya?
S.C.: Es muy importante contar siempre con diferentes perspectivas. Siento que la gente aún protege mucho la imagen de Elvis por haber sido una figura tan famosa. Sin embargo, es importante conocer este lado de la historia, sabemos mucho sobre él, pero nunca escuchamos la versión de ella, de Priscilla, una mujer famosa, pero de la que no se hablaba. Así que volverla un ser humano real en esta película fue muy interesante y, sobre todo, aprender de las experiencias de otras mujeres y especialmente de generaciones pasadas.
SEMANA: ¿Cuál fue el mayor reto durante la película?
S.C.: Sin duda, contar la historia de una persona que aún sigue viva. Por supuesto, fue maravilloso hacerle preguntas a Priscilla, pero implicó la responsabilidad de no pensar exclusivamente en lo que yo quería expresar, sino en cómo se estaba sintiendo ella y en que estuviera feliz. Se trató siempre de respetar su experiencia. Así que lograr ese balance fue muy retador: entre aquellos momentos de oscuridad y luz en la historia, aquellos de felicidad y romance y los muy oscuros. Nunca quise retratar a Elvis como un villano. Finalmente, la de Priscilla y él fue una relación muy complicada y debíamos encontrar el tono adecuado.
SEMANA: ¿Cómo fue retratar a Priscilla en otros tiempos en los que el concepto del matrimonio e independencia eran diferentes?
S.C.: Lo más importante fue mostrar su perspectiva, ponerme en sus zapatos y entender qué era lo que ella estaba experimentando en cada momento y vivir ese camino junto a ella. Las cosas son distintas, pero algunas no han cambiado: ella tuvo mucha presión encima para convertirse en esa mujer ideal, con el pelo y el maquillaje perfectos, y no podía expresar sus necesidades. Siempre es inspirador encontrar historias en las cuales alguien supera retos y encuentra su verdadero yo.
SEMANA: A diferencia de Priscilla, Lisa Marie Presley, fallecida hija de Elvis, fue crítica con la cinta e incluso le envió un par de e-mails quejándose sobre el enfoque.
S.C.: Sí, un par de semanas antes de empezar a grabar recibí un e-mail. Me sorprendió porque pensé que ellas habían hablado sobre la película. Fue complicado porque yo estaba enfocada en contar la historia de Priscilla y no hablé con otros miembros de la familia. El libro de Priscilla salió hace más de 20 años, así que pensé que su versión de la historia era conocida. La verdad no sabía mucho de la relación que tenían ellas dos, pero tampoco quise preguntar, pues mi enfoque siempre fue la historia de Priscilla. Traté su historia con mucha sensibilidad, entiendo las preocupaciones de Lisa Marie y me habría encantado que viera la película; lamento mucho que no fuera así.
SEMANA: ¿Luego de leer el libro de Priscilla cambió la imagen que tenía sobre Elvis Presley?
S.C.: Elvis fue una persona que tuvo muchos problemas. Lo entendí mejor como persona cuando hablé con Priscilla sobre sus frustraciones; por ejemplo, que era un artista que quería convertirse en un actor serio. Elvis tenía, sin duda, problemas, no lo quiero etiquetar, pero por supuesto tenía debilidades como cualquier ser humano y luchaba contra ellas.
SEMANA: La moda siempre ha sido pilar en sus películas. Hablemos sobre el reto de recrear varias décadas a través del vestuario.
M.D.: El vestuario es un gran elemento para mostrarle al mundo cómo se veía esa época, pero también para mostrar el desarrollo de Priscilla como personaje. A través del color mostramos, por ejemplo, cuando se hacía mayor e independiente. Empezamos con colores pasteles, luego a más llamativos y brillantes durante la época de Elvis, pero después a colores más naturales que se asemejaban más a su verdadero yo. El vestuario ayudó a situar a las personas en ese periodo y en este caso el rol de Stacey Battat como diseñadora de vestuario fue importante para que cada época se viera acorde con los años que iban pasando.
SEMANA: ¿Cuál fue el descubrimiento más impresionante sobre Elvis y Priscilla durante la investigación de la película?
S.C.: En general toda la historia es llamativa y llena de detalles. Pero si tuviera que escoger diría que descubrí que Priscilla se encrespó las pestañas justo antes de entrar a trabajo de parto, es un detalle que refleja mucho cómo era ella y cómo se vivía en esa época; es algo que jamás hubiera imaginado.
SEMANA: ¿Qué espera de la película?
M.D.: Fue fascinante y retador trabajar en esta historia. No sé qué esperar, es una pregunta que también me he hecho y la respuesta no es clara. Esta película me llevó a tener conversaciones con mi madre sobre esa generación, sobre algunas de sus experiencias en esa época y sigo aprendiendo sobre esa generación. Si miro en retrospectiva, esta película me sitúa entre mi madre y mis hijas.