María Auxiliadora es también conocida como María “Auxilio de los Cristianos” y es de una de las advocaciones marianas más populares y antiguas. El portal Salesianas asegura que desde hace siglos los cristianos la han invocado en momentos de gran dificultad.
A ella se le considera clave en muchas batallas, como la de Lepanto, o cuando en el siglo XVII los católicos del Sur de Alemania no fueron invadidos por los protestantes. Durante el siglo XIX, San Juan Bosco fue el encargado de popularizar el título de María Auxiliadora mediante sus múltiples obras.
Cada 24 de mayo se celebra su día y esto es porque el papa Pío VII fue apresado por Napoleón y gracias a la intervención de María, fue liberado. El sumo pontífice llegó a Roma en la mencionada fecha y entonces decidió que ese día sería la fiesta de María Auxiliadora.
Dado que las personas creyentes la invocan para pedir su ayuda y apoyo en los momentos difíciles, esta oración es especial para solicitar un milagro urgente, según el portal ‘Fieles a Dios’.
Oración a María Auxiliadora
Bendita Madre Auxiliadora
Princesa de los Cielos,
oh, Madre María siempre Virgen,
poderosa, grande y defensora de la Iglesia.
Singular Auxiliadora de los cristianos
que acuden a la batalla como tú lo has hecho.
Bendita eres entre todas las mujeres
por tu maravilloso ejemplo aquí en la tierra.
Sé de miles de milagros que Dios ha realizado
a través de tu gracia divina,
y es por eso, Madre Santa, hoy recurro ante ti
para que escuches mi llamado.
Socórreme, escúchame, atiéndeme,
ten piedad de mí, adorada Virgen María Auxiliadora.
En tus manos coloco mi cruz, cargada de angustias
y dolores que aquejan mi alma y mi existir.
Ayúdame con este peso
que interrumpe mi camino,
aligera mis cargas y elimina mis penas,
lléname de gracia y paz en estos momentos de adversidad.
Porque sé que he sido pecador,
que las tentaciones me han llevado
a lugares muy oscuros,
pero me arrepiento de ello y pido perdón.
Además, perdóname, adorada Madre,
no soy digno de tu atención, pero quiero que sepas
que mi alma te admira, que te sigo día a día
y que lucho por solventar los errores cometidos.
Igualmente, ten piedad de mi alma
que se siente en derrotada,
de mi cuerpo que está cansado de andar,
de mi corazón que esta desolado y sin consuelo.
Arrópame con tu gracia,
dame todo tu amor que lo necesito con ansias.
Concédeme la dicha de recibir tus bendiciones
y que me concedas el preciado milagro que mi vida necesita.
Poderosa y Gloriosa Madre,
lleva ante Dios mi humillante situación,
me arrodillo ante ustedes pidiendo piedad y socorro,
mi vida los necesita ahora más que nunca
y sé que nunca me abandonan ni me desamparan.
Finalmente, que tu amor hacia mí
te haga perdonarme, para que me concedas el favor
y que bajo la voluntad de Dios me sea otorgado el milagro
que te pido con todo mi corazón.
Sé que tu respuesta es rápida,
por eso acudo a ti, bendita María Auxiliadora.
En tus manos dejo mi vida y
te entrego toda mi confianza.
Amén.
Se dice que son muchos los milagros que Dios ha concedido bajo la mano de la Virgen María Auxiliadora, y por ello muchos católicos le profesan tanta fe, gracias a los favores recibidos.