En la cultura religiosa, una de las prácticas que más se presentan es la oración. A través de esta acción, las personas buscan conectarse con un santo o el todopoderoso.
Por lo general, las oraciones se suelen hacer todos los días y no existe un recital exacto, puesto que se trata de hablar desde lo más profundo del corazón. Sin embargo, también hay palabras de acompañamiento que pueden repetirse para darle mayor poder a las peticiones que alguien tenga.
En ese sentido, existen oraciones para peticiones como la protección, el amor y el bienestar. Una de ellas está dirigida a San Patricio.
San Patricio, el santo de la suerte
De acuerdo con Aciprensa, San Patricio fue el obispo y misionero que comenzó a compartir el mensaje de Dios en Irlanda, razón por la que recibió el título de “Apóstol de Irlanda”. San Patricio fundó colegios con enfoque religioso y su misión fue la de expandir el cristianismo en esta parte de Europa.
En vista de ello, a San Patricio se le considera como el santo de la suerte. Teniendo en cuenta recopilaciones de La Noticia, dos de las peticiones que más se le hace a este ser es para solucionar problemas amorosos y dificultades para conseguir trabajo.
En la misma línea, la protección es otra de peticiones que más resuenan hacia este santo. Entonces, algunos le apuntan a rezar la novena dirigida hacia el que fue obispo y guiador en la tierra, mientras que otros le apuntan a la oración llamada Coraza, la cual es para pedir protección, amor y bienestar.
Coraza de San Patricio
Se dice que San Patricio obraba milagros, incluso ronda una historia en la que el santo, en pleno sábado santo, fue el encargado de prender el fuego pascual y hubo quienes intentaron apagar la llama con agua, pero por mucho que se intentó no se apagó.
Así las cosas, quienes desean la protección de San Patricio en sus vidas, hacen la oración de la Coraza, “oración que se atribuye al santo, quien la recitó durante su ministerio en las tierras irlandesas”.
Esta es la oración Coraza de San Patricio:
Me levanto hoy, por medio de poderosa fuerza de la invocación de la Trinidad, por medio de creer en sus tres personas, por medio de confesar la unidad del creador de la creación.
Me levanto hoy, por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, por medio de la fuerza de su crucifixión y su sepulcro, por medio de la fuerza de su resurrección y asunción, por medio de la fuerza de su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy, por medio de la fuerza del amor de querubines, en obediencia de Ángeles, en servicio de Arcángeles, en la esperanza que la resurrección encuentra recompensa. En oraciones de patriarcas, en palabras de profetas, en prédicas de apóstoles, en inocencia de santas vírgenes, en obras de hombres de bien.
Me levanto hoy, por medio del poder del cielo: luz del Sol, esplendor del fuego, rapidez del rayo, ligereza del viento, profundidad de los mares, estabilidad de la tierra, firmeza de la roca.
Me levanto hoy, por medio de la fuerza de Dios que me conduce: poder de Dios que me sostiene, sabiduría de Dios que me guía, mirada de Dios que me vigila, oído de Dios que me escucha, palabra de Dios que habla por mí, mano de Dios que me guarda, sendero de Dios tendido frente a mí, escudo de Dios que me protege, legiones de Dios para salvarme de trampas del demonio, de tentaciones de vicios, de cualquiera que me desee mal, lejanos y cercanos, solos o en multitud.
Yo invoco este día todos estos poderes entre mí y el malvado, contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, contra conjuros de falsos profetas, contra las negras leyes de los paganos, contra las falsas leyes de los herejes, contra obras y fetiches de idolatría, contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.
Cristo escúdame hoy, contra filtros y venenos, contra quemaduras, contra sofocación, contra heridas, de tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo, cristo frente a mí, cristo tras de mí, cristo en mí, cristo a mi diestra, cristo a mi siniestra, cristo al descansar, cristo al levantar, cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí, cristo en la boca de todos los que hablen de mí, cristo en cada ojo que me mira, cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy, por medio de poderosa fuerza de la invocación de la Trinidad, por medio de creer en sus tres personas, por medio de confesar la unidad del creador de la creación.