Uno de los santos más controversiales durante la historia fue Santo Tomás de Aquino, quien hoy en día es considerado uno de los filósofos más importantes en el cristianismo. De acuerdo con los feligreses, este se conoce como el patrón de los estudiantes y cada 28 de enero, tanto las universidades y escuelas católicas conmemoran esta fecha.
De acuerdo con información de RTVE, Tomás de Aquino dio clases en las principales ciudades de Europa y dedicó su vida a demostrarle a sus estudiantes que la religión y la filosofía eran completamente incompatible. Incluso, buscó probar la existencia de Dios a través de argumentos racionales, con el objetivo de conciliar la fe y la razón.
Así las cosas, los estudiantes creyentes acuden a este santo para su auxilio en el estudio, especialmente, para esperar pruebas difíciles en el ámbito académico. Por ello, el portal web Dominicos da a conocer una poderosa oración que compuso Tomás de Aquino para los estudiantes, donde se pide la luz divina para que los disipe de las tinieblas y los llene de inteligencia para enfrentar los retos académicos.
“Oh inefable Creador nuestro, altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría, dígnate infundir el rayo de tu claridad sobre las tinieblas de mi inteligencia, removiendo la doble oscuridad con la que nací: la del pecado y la ignorancia.
¡Tú, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños, instruye la mía, e infunde en mis labios la gracia de tu bendición! Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para atender, sutileza para interpretar y gracia abundante para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar¡Oh Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.
El portal en mención especifica que este santo pide por medio de esta oración que la luz logre disipar dos de los grandes obstáculos que oscurecen la vida: la ignorancia y el pecado. Del mismo modo, Tomás de Aquino pide luz para la inteligencia “porque la fe es un asunto de la inteligencia más que del corazón”.
Entre tanto, el estudiante que predica esta oración con fe y devoción está llamado a ser maestro, siempre y cuando haya aprendido que tiene que saber transmitir un mensaje con amor e inteligencia.