Existe la oración del Justo Juez a la que acuden millones de personas en el mundo que tienen casos difíciles.
Se trata de un rezo que reconoce a Dios como el Justo Juez. En el portal Revista Católica resaltan que dicha denominación refleja la creencia de que Jesús es justo y supremo en su juicio.
Por lo tanto, en el portal nombrado anteriormente citan la oración del Justo Juez que dice:
Oh Justo Juez, hijo de la Virgen María, que en vuestra vida fuisteis siempre piadoso con los pecadores, escuchad mi súplica. Sois el defensor de los oprimidos, el auxilio de los necesitados, el consuelo de los afligidos y el amparo de los perseguidos.
En vos confío, oh mi Justo Juez, para que me protejáis de todo mal, tanto visible como invisible. Dadme fuerza para resistir las tentaciones del demonio y proteged mi cuerpo y mi alma de todo peligro. Os pido, oh Justo Juez, que no me abandonéis en el momento de mi muerte, sino que me concedáis la gracia de alcanzar la vida eterna.
Amén.
Por otra parte, hay una poderosa oración a Dios para pedir liberación, protección y sellamiento. Se trata de la plegaria de la Sangre de Cristo, muy conocida entre los católicos en el mundo.
A continuación, la oración a la Sangre de Cristo:
Señor Jesús, en tu nombre, y con el poder de tu sangre preciosa, sellamos toda persona, hecho o acontecimiento a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el poder de la sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos moveremos hoy.
Con el poder de la sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno. Te pedimos que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen María acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el poder de la sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan (nombrar a cada uno de ellos), las personas que el Señor enviará a ella, así como los alimentos y los bienes que Él generosamente nos envía para nuestro sustento.
Con el poder de la sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos, el aire que respiramos y en fe, colocamos un círculo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia.
Con el poder de la sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar en este día y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar.
Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de nuestra familia, y los vehículos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.
Con tu sangre preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de nuestra patria a fin de que tu paz y tu corazón al fin reinen en ella. Te agradecemos, Señor por Tu Sangre y por tu vida, ya que gracias a ellas hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo.
Amén.