Los fieles creyentes encuentran en la oración una línea directa de comunicación con Dios. Además, depositan su fe en cada palabra con la esperanza de recibir la iluminación divina en cada jornada.
En línea con la importancia que tiene la oración para los creyentes, hay quienes inician su día con un rezo especial dirigido al Señor. Por lo general, estos himnos agradecen a Dios por los dones recibidos, al mismo tiempo que abogan por el respaldo de los Santos, la orientación en el día a día, así como por la salud propia y de los seres queridos.
Oración milagrosa para agradecer a Dios
Amado Dios, la noche ya ha terminado, ha dado paso a un nuevo amanecer y como es costumbre, yo me acerco hasta Ti en esta mañana para darte gracias por tu bondad, por tu compañía, por todas las cosas que me rodean y las bendiciones que hay en mi vida, que son un signo de tu amor y de tu maravillosa generosidad.
Gracias por mi hogar, por la salud, por el bienestar que me concedes, por los alimentos que han llegado a mi mesa, por el pan de vida que nunca falta y por el agua de bendición y de renuevo para nuestro espíritu.
Gracias Señor porque en este nuevo día puedo sentir que el cielo se abre para mí y para mi familia, que tú estás a nuestro lado y que serás concediéndonos el valor y la sabiduría que necesitamos para salir adelante.
Te suplico que mires nuestros anhelos, nuestras motivaciones, nuestras necesidades y que seas tú tomando nuestra mano y ayudándonos a avanzar por el camino más conveniente a nuestros propósitos; por favor danos la fe y la fuerza para romper toda cadena de tristeza, de enfermedad, de ansiedad o de necesidad.
Te pido también por aquellas personas que reciben este nuevo día en medio de una aflicción o alguna angustia, especialmente por mis seres queridos. Por favor derrama tu luz y tu amor sobre el mundo y permite que siempre florezcan la ilusión, la justicia y la felicidad.
Amado Dios, gracias por escuchar mi oración y por obrar a mi favor. Tus planes son perfectos y tú conoces aquello que es más conveniente para mí, por eso hoy me entrego a ti con toda confianza y te pido que se haga tu voluntad en este y en todos los días de mi vida; porque solo bajo tu compañía podré vivir con alegría, bendición y prosperidad, Amén.