Los ángeles son considerados una de las figuras religiosas más famosas y reconocidas de la fe, ya que se encargan de la protección, el refugio, la prosperidad y la salud de quienes acuden a ellos para depositar sus intenciones. Cada uno tiene una función dentro de la fe, por lo que hay que identificarlos y conocerlos al momento de pedirles.
Estos seres celestiales han sido venerados por millones de personas, quienes los ven como sinónimo de bendiciones y buenas energías. Son identificados como ayudantes y mensajes de Dios, ejerciendo el papel de respaldo sobre aquellos que los buscan y creen en ellos.
El portal Aleteia apunta que los ángeles pueden ayudar en la vida con su presencia y sus vibras sagradas, acompañando y respaldo a quienes depositan su fervor en ellos.
Para cada uno hay una oración y depende mucho de las intenciones que se tengan, por lo que es importante conservar la confianza y comunicación en las palabras usadas.
De hecho, Aleteia publicó una oración enfocada en traer los sagrados ángeles a la casa, pidiéndoles y suplicándoles por protección y abundancia.
Oración a los santos ángeles
¡Dios Uno y Trino, Omnipotente y Eterno! Antes de recurrir a tus siervos, a los santos ángeles, nos postramos ante tu presencia y te adoramos: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Bendito y alabado seas por toda la eternidad.
Dios santo, Dios fuerte, Dios inmortal: que todos los ángeles y hombres, que Tú creaste, te adoren y amen y permanezcan a tu servicio.
Y tú, María, reina de todos los ángeles, acepta benignamente las súplicas que te dirigimos; preséntalas ante el Altísimo, tú que eres la mediadora de todas las gracias y la omnipotencia suplicante para que obtengamos la gracia, la salvación y el auxilio. Amén.
¡Ayúdennos! Poderosos santos ángeles, que por Dios nos fueron concedidos para nuestra protección y auxilio, en nombre de la Santísima Trinidad les suplicamos:
¡Vengan de prisa, ayúdennos! Les suplicamos en nombre de la preciosa sangre de nuestro Señor Jesucristo: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por el poderoso nombre de Jesús: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por todas las llagas de nuestro Señor Jesucristo: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por todos los martirios de nuestro Señor Jesucristo: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por la palabra santa de Dios: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por el Corazón de nuestro Señor Jesucristo: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos en nombre del amor que tiene Dios por nosotros los pobres: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos en nombre de la fidelidad de Dios por nosotros los pobres: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos en nombre de la misericordia de Dios por nosotros los pobres: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos en nombre de María, Madre de Dios y nuestra madre: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos en nombre de María, Reina del Cielo y de la Tierra: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos en nombre de María, su Reina y Señora: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por su bienaventuranza: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por su fidelidad: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos por su lucha en defensa del Reino de Dios: ¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Les suplicamos: ¡Protéjannos con su escudo!
Les suplicamos: ¡Defiéndannos con su espada!
Les suplicamos ¡Ilumínennos con su luz!
Les suplicamos: ¡Sálvennos bajo el manto protector de María!
Les suplicamos: ¡Guárdennos en el Corazón de María!
¡Confíennos a las manos de María!
Muéstrennos el camino que conduce a la puerta de la vida: ¡el Corazón abierto de nuestro Señor!
Les suplicamos: ¡Guíennos con seguridad a la casa del Padre celestial!
Todos ustedes, nueve coros de los espíritus bienaventurados:
¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Compañeros especiales y enviados por Dios:
¡Vengan de prisa, ayúdennos!
Insistentemente les suplicamos:
¡Vengan de prisa, ayúdennos!
La preciosa sangre de nuestro Señor y Rey fue derramada por nosotros los pobres. Insistentemente les suplicamos: ¡vengan de prisa, ayúdennos! El Corazón de nuestro Señor y Rey late por amor a nosotros los pobres.
Insistentemente les suplicamos: ¡vengan de prisa, ayúdennos!
El Corazón Inmaculado de María, Virgen purísima y Reina de ustedes late por amor a nosotros los pobres. Insistentemente les suplicamos: ¡vengan de prisa, ayúdennos!