Dentro de la religión y los creyentes en la fe católica existen una serie de oraciones de liberación que ayudan a las personas a salir de momentos de dificultad.

Estas oraciones de liberación tiene como fin liberar al propio espíritu de todas esas ataduras malignas que se tienen y que puede dificultar vivir en paz en el amor y la gracia de Dios.

Algunos creyentes prenden velas mientras oran. | Foto: Getty Images

Es por ello que, según el portal hozana.org, destaca la oración poderosa que hay que rezar para alejar a las personas de malos pasos, obras y pensamientos.

Oración para evitar los malos pasos

“Santo Padre, te alabo y te bendigo por tu bondad y tu amor.

Te pido en el Nombre de Jesús, tu amado Hijo, mi Señor y Salvador, que envíes tu Espíritu Santo sobre mí, con todos sus frutos y dones.

Santifica mi cuerpo y mi alma con tu presencia. Concédeme una fuerte fe en ti y en tu palabra.

Dame la gracia de amarte con todo mi corazón y ponerte en primer lugar en mi vida, renunciando a todos mis ídolos, vicios, pecados y defectos.

En tu infinita misericordia, ten compasión de mí que soy un pecador y perdona mis faltas.

También perdono con todo mi corazón a todos aquellos que me ofendieron durante mi vida.

Elevar las manos al momento de orar es un acto de agradecimiento a Dios. | Foto: Getty Images

Líbrame de todas las trampas y ataques del enemigo. Que él no tenga ningún dominio sobre mí.

Líbrame de las seducciones del mundo que me alejan de ti y de tu voluntad.

Líbrame de las debilidades de la carne que me empujan al pecado.

Cura mi cuerpo de todas las enfermedades y mi mente de toda ansiedad, tristeza o perturbación.

Sabes bien que muchas cosas que he experimentado desde el día en que fui concebido en el útero de mi madre me han marcado negativamente.

Los conocedores del tema religioso recalcan la necesidad de orar con fervor y honestidad. | Foto: Getty Images

Con la gracia del Espíritu Santo, sana ahora, santo Padre, en mi corazón todas las heridas que encuentres en él, especialmente aquellas que surgieron, porque me sentí rechazado/a, abandonado/a, no amado/a o entendido/a, víctima del odio, la envidia, la indiferencia y la maldad de los hombres.

Dame un corazón nuevo, como el corazón de Jesús: amable, humilde, lleno de alegría y paz y rebosante de amor.

Que pueda comenzar una nueva vida hoy, darle Gloria en todo lo que pienso, digo y hago, y en esta peregrinación sea acompañado/a y ayudado/a por ti, María, mi querida madre, y todos tus ángeles y santos.

Amén.”