La confianza es una entrega que no tiene reservas ante la acción de la providencia divina, pues es un abandono de sí mismo para esperar únicamente en la bondad y sabiduría del sagrado corazón. Sin embargo, la confianza es más que un acto simple de fe, ya que esta es inmovible, firme, tanto que ni las mayores tormentas y huracanes podrían hacerla tambalear.
Confiar en Dios es uno de los productos de la fe que él concede, es de esta forma en la que se pone la seguridad en manos de él, creyendo en sus promesas y encomendándose sin importar las consecuencias.
Por lo general, este acto activa en Dios todas aquellas cosas que él ha hecho, pues se ha visto su bondad y su fidelidad ante las dificultades que se le presenta a las personas en la tierra. Según el texto de Isaías 26: 3-4 dice: “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna.”
No obstante, la comprensión y la experiencia de los seres humanos prohíben esa confianza porque se rompen promesas e intenciones que a menudo se hacen. Por tal razón, es importante pedir por aquella confianza en Dios y suplicar que nada en el mundo haga que las personas duden de él.
Oración vespertina de confianza en Dios: Salmo de David.
1 Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.
2 Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar;
3 Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
4 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia,
5 Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
6 Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí;
7 Jehová oirá cuando yo a él clamare.
8 Temblad, y no pequéis;
9 Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah
10 Ofreced sacrificios de justicia,
11 Y confiad en Jehová.
12 Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien?
13 Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
14 Tú diste alegría a mi corazón
15 Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
16 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
17 Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
De acuerdo con el texto bíblico, Romanos 8: 38-39: “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”.