El regreso de la novela de Rafael Orozco, uno de los ídolos más grandes del vallenato y tal vez uno de los más queridos por los colombianos, trajo consigo varios interrogantes que quedaron de su muerte, entre ellos si el fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar mandó a vengar su muerte, una de las incógnitas que parecieran no tener respuesta pero que hay algunos detalles que muestran por dónde va ese camino dudoso.
A Orozco Maestre, intérprete de éxitos como Solo Para Ti, La Creciente, Dime Pajarito, Nostalgia o No Sé Pedir Perdón y además la voz del Binomio de Oro, una de las agrupaciones de música popular más escuchadas del país, lo mataron una noche de junio hace 28 años, en la puerta de su casa, con nueve impactos de bala. Su brutal asesinato, en la terraza de su casa en Barranquilla un 11 de junio de 1992, dejó muchos vacíos que nunca se pudieron esclarecer. Las invesigaciones indicaron que se trató de un crimen pasional ordenado por José Reinaldo Fiallo Jácome, alias ‘Nano’ Fiallo, quien pertenecía al cartel de la Costa Atlántica, organización al margen de la ley dedicada a producir y distribuir drogas en la región Caribe. Fue su escolta ‘Tato’ quien disparó el gatillo. De acuerdo con las investigaciones oficiales, el crimen fue motivado por la relación extramatrimonial que Rafael sostenía con Maria Angélica Navarro, que por esa época tenía una relación con Fiallo. Se decía que Rafael Orozco le había quitado la novia al narcotraficante y esto habría desatado su ira. Lo cual fue el motivo del crimen que estremeció al país. No obstante, con la novela que cuenta la historia de Orozco y sus canciones, las redes sociales revivieron una historia que vincula a Escobar con el cantante de vallenato, ya que habría sido él quien dio la orden de asesinar a los responsables de la muerte de “el ídolo”.
Por ahora, aunque se sabe que uno de los asesinos de Orozco perdió su vida a manos de Escobar, no se tiene certeza de si fue una venganza por la muerte del ídolo del vallenato o por problemas de control del narcotráfico. Sin embargo, en una publicación de 1993, SEMANA habló con un testimonio que entregó detalles sobre la muerte de Orozco. Esta pieza clave dijo en ese entonces que la muerte del intérprete no fue por un lío de faldas, sino que supuestamente el cantante “Rafael Orozco llevaba cuatro años trabajando con el cartel de la costa”. “Era uno de los mejores lavadores de dólares. […] Cada vez que salía del país, especialmente a Estados Unidos, se llevaba su colección de acordeones. Eran 12 en total. Allá los desarmaba y los rellenaba de dólares que luego entraba al país sin ningún misterio, pues era un ídolo y nadie lo molestaba”, agregó. Todo iba bien hasta que presuntamente, según el testigo, el artista pidió “que le aumentaran su participación en el negocio”, del 15 por ciento al 25 por ciento “por cada embarque”. Eso habría incomodado a la gente del cartel, que luego se molestó más porque en un viaje “tres de los 12 acordeones, que venían con 12 millones de dólares, se perdieron”; “Orozco se comprometió a recuperar la plata, pero nunca cumplió. […] Él se torció y se quedó con el billete”, explicó el testigo.