La Autoridad de Antigüedades israelí anunció el hallazgo en el norte de ese país, de una placa de 1.500 años de antigüedad con una inscripción en griego antiguo dedicada a Jesucristo, y que según los expertos era usada por los pobladores de la época para protegerse del ‘mal de ojo’.

En el hallazgo, durante una excavación arqueológica antes de la construcción de una carretera en la localidad de Et Taiyiba, en el valle de Jezreel, los arqueólogos encontraron una inscripción grabada en piedra en la entrada de lo que alguna vez fue una iglesia del período bizantino o islámico temprano, que tenía pavimentos de elaborados mosaicos con diseños geométricos.

“Cristo, nacido de María. Esta obra del más temeroso de Dios y piadoso obispo [Theodo]sius y el miserable Th[omas] fue construida desde los cimientos - -. Quien entre debe rezar por ellos”, dice el texto que lograron descifrar los expertos.

De acuerdo con Leah Di Segni, investigadora del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, las palabras “Cristo, nacido de María” tenían como objetivo proteger a los asistentes a la iglesia del mal de ojo y además las utilizaban comúnmente al comienzo de las inscripciones y documentos de la época.

“La inscripción saluda a los que entran y los bendice. Por lo tanto, está claro que el edificio es una iglesia y no un monasterio: las iglesias saludaban a los creyentes en su entrada, mientras que los monasterios tendían a no hacerlo”, explicó la investigadora.

Por otra parte, los investigadores establecieron que Theodosius, a quien el escrito se refiere al fundador del lugar, fue uno de los primeros obispos cristianos de la región.

“Esta es la primera evidencia de la existencia de la iglesia bizantina en el pueblo de Et Taiyiba y se suma a otros hallazgos que dan fe de las actividades de los cristianos que vivían en la región”, agregó el arqueólogo Walid Atrash.

A finales del año pasado, un grupo de arqueólogos halló en República Checa un clavo de seis pulgadas de largo en una caja con una cruz de oro y una sugestiva inscripción, el cual podría haber sido parte de la crucifixión de Jesucristo.

Los especialistas trabajaban en una cámara secreta de un monasterio de Milevsko, cuando entre las invaluables reliquias cristianas hallaron el clavo que estaba puntualmente dentro de una caja de madera, adornada con una cruz de oro de 21 quilates, construida entre el 260 y el 416 d. C.

Además, los arqueólogos aseguraron que la caja contenía la inscripción “IR”, que se traduce como “Jesús es Rey”. Todo parece indicar que la sala oculta del tesoro se utilizó para esconder elementos extraños de las incursiones de las tropas husitas a principios del siglo XV, dijeron los expertos.

No obstante, indicaron que aún no están en condiciones de afirmar si el clavo hallado provendría de la “cruz verdadera”, pero recalcan que este descubrimiento en República Checa podría ser incluso de mayor importancia que el relicario de San Mauro, según informó la Agencia de Noticias Checa (ČTK).

“Debido a que los husitas destruyeron el archivo, no había información de que tal cosa estuviera aquí”, reveló Jiří Šindelář, quien participó en el descubrimiento. También agregó que la autenticidad del clavo será verificada por otros expertos científicos en algún momento del próximo año.

El hallazgo en dicho monasterio se dio tras un trabajo de meses que llevaban adelantando los arqueólogos y, en medio de ese proceso, encontraron un pasaje secreto que conducía a la sala del tesoro.

Cuentan los historiadores del monasterio de Milevsko que este templo fue construido en 1187, aunque en 1420 fue tomado por husitas y asumido por la nobleza del grupo. Así mismo, en algunos libros se narra que antes de perder su lugar de culto construyeron una habitación secreta para ocultar todo tipo de piezas invaluables.