Cuando a Francy Montalvo le llegó la hora de decidir qué estudiar, entre administración de empresas y música, recibió de su madre una sentencia, quizá atípica en Colombia, que revela mucho de su camino: “Si estudias música, tienes todo mi apoyo, sé que es lo que quieres. Si estudias administración, mira cómo te defiendes, porque así no se toman las decisiones”.
Por algo Francy, que entre muchas cosas es pianista, compositora, investigadora, líder de la agrupación Carrera Quinta (nominada al Grammy Latino por Big band, de 2016, primera mujer del país en lograr esa distinción), productora y también profesora, les transmite al mundo con su música y a sus estudiantes que esa voz interior algo importante dice y hay que escucharla.
Esa voz ha guiado a esta nacida en 1980 en muchas de sus exploraciones y caminos. De niña la llevó a abrazar la música como más que una actividad extracurricular. Fue en la orquesta de su colegio, en la que tocó flautas barrocas, xilófono, acordeón, cuando entró en contacto con la música a través de las composiciones populares. Y, cuando años después descartó la administración de empresas y tuvo que escoger un instrumento para hacer carrera, le resultó natural saltar de las teclas del acordeón a las del piano. Esa decisión algo tardía, influenciada por el impacto que le generaba el sonido de virtuosos como Rachmaninov y Jarrett (así como de Radiohead), le implicó sumergirse intensivamente en el instrumento que aún marca su vida.
Moldeada por la vida que vivía, la música que escuchaba y las inquietudes que esta le generaban, Francy escuchó su impulso y fluctuó del piano clásico al piano de jazz. Así, también abordó investigaciones sobre confluencias entre el jazz y la música de la región andina colombiana, de la que se enamoró profundamente y que acudió a maestros para entender. De esa unión de jazz, música andina colombiana y su propia vena roquera juvenil, nació su banda Carrera Quinta, bautizada en honor a esa arteria que cruza lo tradicional y lo moderno de Bogotá.
La banda es parte y producto de una inquietud más amplia de investigación, de la que también han nacido libros. Se llama Proyecto RAC (la sigla, por región andina colombiana). Antes de ese paso, sin embargo, Montalvo no olvida mencionar la huella de personas como el violinista Pedro Suárez (q. e. p. d.), quien la puso en contacto con la pianista Magdalena Pérez. Fue en casa de Pérez, quien le prestaba su piano de seis de la mañana a tres y media de la tarde, donde Francy adquirió una disciplina de hierro y sintió una fuerza creciente en su interpretación.
1 + 1 = 30
Francy y Javier Pérez Sandoval son compañeros desde el tercer semestre de música. Ella, pianista; él, guitarrista. Fueron compañeros, luego novios por diez años, y entonces se casaron. Llevan diez años de matrimonio energético y lideran Carrera Quinta, una agrupación que ha fluctuado entre el sexteto y el formato big band, al que regresan después de años.
La agrupación nació de las inquietudes compartidas de ambos, que, entre varias aventuras formadoras, tomaron lecciones con Germán Darío Pérez, un gran pianista de músicas colombianas de la región Andina (cada uno desde su visión propia). Pero la agrupación también se ha hecho fuerte en el tiempo de sus caminos por separado. Porque Javier cursó una maestría en Estados Unidos (donde John LaBarbera le recalcó que nadie sonaba en el mundo como Carrera Quinta) y Francy ganó experiencia tocando en múltiples sesiones, en espectáculos, incurriendo en investigaciones propias y más tareas. El de los dos “es un trabajo muy de camaradería, y de cada uno ir creciendo por su lado. Nos hemos nutrido de esa parte”, asegura Montalvo. Estar y trabajar juntos se les fue dando, pero para nadie es un secreto que trabajar con la pareja puede ser una bomba de tiempo. Lo bueno: estos dos son un caso de éxito si los hay.
En este nuevo trabajo que estrenan, Big Band, Vol.2, suenan mejor que nunca. Sobre las expectativas asociadas al disco, Francy asegura que no se atreve a dibujar los caminos que tomará, pero sí deja algo claro: “Es el mejor disco que hemos hecho. El de big band pasado fue muy bueno y tuvo una vida que ni siquiera nos imaginamos cuando lo concebimos, pero este disco tiene algo increíble. En este momento de la vida le dimos todo el corazón y lo hicimos lo mejor posible. Quisiéramos que la gente lo recibiera así y se conectara con la música como nosotros lo hicimos”.
Francy y Javier tomaron la decisión de realizar sus dos trabajos de big band de manera independiente (es decir, dos de sus cuatro trabajos discográficos a la fecha, que empezaron desde el regreso de Javier de Estados Unidos). Y ese no es tema menor. Esa primera nominación al Grammy Latino por Big band, la que los validó ante el mundo del jazz como una voz para tener en cuenta, nació de su valentía por sacar su trabajo con absoluta libertad creativa. Sobre la nominación, Francy cuenta: “Posicionó el proyecto en otro lugar. Ya no era solo la idea loca de estos dos. Hubo impacto y es bonito verlo en la gente joven que quiere ser músico profesional, ver cómo eso los mueve. Es mágico. Creo que por eso hacemos esto, porque señala cómo podemos encontrar nuestra propia voz a través de la música y cómo la podemos hacer visible al mundo. A veces tenemos conciencia de que todo lo de afuera es mejor, pero ¿por qué no crecer desde todas las cosas maravillosas que tenemos?, ¿por qué no mostrar esa cara de lo que podemos hacer desde acá?”.
Esto es arte puro. Es arte como nosotros vivimos, y cómo vivimos la música a través de ese encuentro entre las músicas colombianas y el jazz
Esta segunda apuesta por ese mismo formato, que por su factura exigente hay que saber dejar respirar, deja canciones impresionantes como “Traslaciones”, como “Off Nothing”, y fluye como un todo. Sin las presiones externas, en últimas, Carrera Quinta prueba de nuevo que la big band logra ser lo mejor que puede ser. “Si la dejas fluir libre, empieza todo a darse de una manera muy orgánica. Los dos proyectos de big band han sido muy bonitos porque todo sale fácil a pesar de lo difícil que es. Es decir, reunir a todos los músicos, el estudio... desde los refrigerios que tienes que darles. Cuadrar, cuadra y cuadrar”. Pero, antes que eso, está lo que en esencia impulsa este trabajo: “Esto es arte puro. Es arte como nosotros vivimos, y cómo vivimos la música a través de ese encuentro entre las músicas colombianas y el jazz”, asegura la artista.
La música de Carrera Quinta ni esconde sus influencias ni se hace esclava de ellas. Se deja ser una amalgama fluida que puede pacificar, tranquilizar, agitar, que en clave de jazz evoca fraseos andinos, que evoca bambucos y algo de rock. Unir esos universos les tomó años de cuestionamientos y exploración fructífera de la que se siguen viendo los resultados. Big band, vol. 2 lo prueba. Y en cuanto a la producción y la precisión logística que exige una producción así, con 20 músicos y 30 personas en estudio, Francy rememora sus días con Misi: “Verla producir espectáculo tras espectáculo, año tras año, me dejó mucho. Yo, desde el piano, verla ejecutar cada cosa, fue buenísimo”.
Ser una mujer líder en la música no deja de plantear retos en un mundo machista. Sin embargo, en su generación y en las que han venido percibe cambios. “Hablo mucho con mis pares hombres y siento que crecimos viendo unas formas de hacer las cosas, pero nuestra época nos ha llevado a cuestionarlas y ser diferentes”. Francy se planta al mundo desde una personalidad fuerte y sabe que se ha ganado todo a pulso, aunque esto no la hace inmune a los absurdos del sexismo. “Hace unos seis años era jefe de muchos hombres. Y en un par de ocasiones me dijeron que no se sentían cómodos bajo el mando de una mujer”.
Sabe que ha caminado y crecido de la mano de muchos hombres también. “En la big band todos son hombres. Pero yo digo derecha y vamos todos caminando a la derecha, digo izquierda e igual pasa. Mi formación vino de mujeres muy fuertes que me generaron eso desde pequeña. Estamos en un momento de quiebre y de cambio importante y tenemos que hacerlo. Tenemos que estar unidos, todos, no solo las mujeres, porque queremos una sociedad mejor”.