"El marxismo y el futuro", Paul M. Sweezy. Editorial Crítica Grupo Editorial Grijalbo, Barcelona 1982 131 páginas.Los marxistas en Estados Unidos no difieren mucho de los marcianos, a juzgar por la forma en que son considerados en el centro de la llamada "Sociedad de consumo". Estos rebeldes padecen el aislamiento y el ostracismo, peor, en términos sociales, que el que padecen los revolucionarios del Tercer Mundo.Sweezy dejó de ser el niño mimado de la economía keynesiana norteamericana, y se dedicó a escribir libros para denunciar los monopolios, el imperialismo y el colonialismo, al tiempo que defendía la revolución latinoamericana o asiática, o africana. Desde cuando escribió "La teoría del desarrollo capitalista", un recuento de la economía marxista, sus libros son lectura obligada en las universidades; luego fundó la Monthly Review, que le dio amplias posibilidades de difundir el socialismo en ese país y en todo el mundo. Pero Sweezy dista mucho de ser un marxista ortodoxo o dogmático. Al contrario, sus ideas han causado más de un escándalo, por su independencia de criterio con respecto al "socialismo realmente existente", en lo que se refiere a algunos postulados de El Capital, como la tendencia decreciente de la tasa de beneficio, sobre la teoría leninista del partido, sobre el régimen cubano, etc.Las conferencias de Sweezy sirven para denotar la polémica que existe en el campo de los socialistas, que para unos demuestra su incongruencia, mientras para otros demuestra la gran riqueza que contiene."El nacimiento del Stalinismo", Editorial Crítica; Grupo Editorial Grijalbo. Barcelona 1982-292 página.Cómo logró imponerse un individuo cuyos métodos recuerdan los de Iván el Terrible, arropado por la ideología más racionalista que haya surgido en Occidente, es una pregunta que ha tenido diversos enfoques y respuestas.Reiman, un checo dedicado a estudiar el proceso complejo que dio lugar a la imposición de Stalin en la cúpula del bolchevismo, inaugura un nuevo ángulo en la interpretación del fenómeno. No se trata, como lo veía el mismo Trotsky, de un corte brutal entre lo que existía antes de la muerte de Lenin y el auge de Stalin. Más bien, lo que hubo se parece más a una carrera sinuosa de un individuo que era calificado como "la más eminente mediocridad del partido", y que va obteniendo triunfo tras triunfo, en apuestas sucesivas en las que arriesga el pellejo en forma total. En efecto, Stalin, según Reiman, estuvo a punto de pasar a Siberia, tal como millones de sus correligionarios tuvieron que sufrirlo, antes de llegar a la cumbre suprema del poder.El libro de Reiman es un estudio de historia política detallada, que da pie a muchas ideas sobre lo que puede ser la pugna entre una camarilla muy parecida a las del medioevo, en la que los cortesanos se reunían a jugar el papel de Macbeth, y competían por ocupar el primer lugar, mientras el rey se divertía descubriendo conspiraciones y torturando a sus opositores.