País: Colombia Año: 2015 Director: Carlos Moreno Guion: Alberto Ferreras, Carlos Moreno y Alonso Torres Actores: Paulina Dávila, Alejandra Ávila y Nelson Camayo Duración: 101 min Obviamente es difícil adaptar una novela tan icónica. Pasar todas esas palabras que tanta gente ha leído, que ha dado forma al imaginario que una ciudad tiene de sí y que presenta hacia afuera es inevitablemente ingrato. Quizás por eso, para curarse en salud, esta película enfatiza en los créditos que está “inspirada” en la novela de Andrés Caicedo, asumiendo de pronto que inspirarse es menos comprometedor que decir abiertamente que es una adaptación o que está ‘basado en’ la novela de la que toma el título. Es una película extraña, con imágenes que quedan resonando más allá de la sala de cine, pero también sitiada por una superficialidad que nunca se supera. El hecho de que las imágenes estén acompañadas buena parte del tiempo por una voz en off sacada del libro de Caicedo (y son textos tomados tal cual de la novela, no ‘inspirados’ en ella) no alcanza para dar luces sobre las tensiones sociales y personales que la protagonista de película y libro hace estallar en su recorrido nocturo y rumbero por Cali. El personaje principal de ¡Que viva la música! es María del Carmen (Paulina Dávila), una muchacha bonita de una familia adinerada que quiere seguir el camino de una amiga que fue “la primera que lo probó todo”. María del Carmen será la segunda, como dice en uno de los numerosos apartes narrados en un desparpajado y encantador acento caleño. Pero el “todo” del que habla la narradora resulta no ser ni amplio ni imaginativo. Es un “todo” pobrecito y apocado, que se reduce a rumba, música, un poco de sexo, un poco de drogas y una pizca de crimen. Es como si hubiera un abismo que la película no logra superar entre la voz en off –aguda, valiente, despreocupada y con una curiosidad insaciable– con la persona que vemos en pantalla, que tiende a lo letárgico e inerte, como una adolescente que no ha descansado lo suficiente y que no puede disimular las ganas de irse a dormir. ¡Que viva la música! sigue el camino entre tres compañeros de cama de esta muchacha: el primero es un gringo que pone música electrónica, el segundo es un DJ de salsa clásica y el tercero es un malevo de rasgos indígenas rabioso con el mundo. Cada uno es un escalón más bajo en la escala socioeconómica, pero el recorrido es un misterio porque la muchacha y sus pretendientes no tienen ni una conversación. ¿Cómo funciona la intimidad no sexual entre dos seres muy diferentes? ¿Se hacen chistes? ¿Tienen silencios cómodos o incómodos? A pesar de esta superficialidad siempre presente, hay cosas que quedan. Está la mirada apenada de un novio que sabe que será abandonado, o el brillo del pelo rubio de la muchacha en un antro nocturno, o el gozo de alguien corriendo por calles desiertas aprovechando el silencio y la libertad que vienen con la noche, recordatorios del gozo y el peligro que van con la fiesta. En estos momentos es posible creer que el uso de la palabra ‘inspiración’ fue más que un contentillo para apaciguar a los fanáticos del libro, que esperaban con furia anticipada una traición cinematográfica. Cartelera **** Excelente ***½ Muy buena *** Buena **½ Aceptable ** Regular * Mala El regalo *** 1/2 Película de suspenso que examina cáustica y entretenidamente la adoración de ‘los ganadores’ en la cultura de Estados Unidos. El club *** 1/2 Impactante y tensionante cinta del chileno Pablo Larraín que tiene lugar en una casa para sacerdotes retirados de sus cargos. Pacto criminal *** En esta película de mafiosos basada en un caso real, Johnny Depp encarna a un tenebroso gánster de Boston. Enterrando a mi ex * 1/2 Película de terror chistoso en la que un muchacho debe lidiar con una novia insoportable que no descansa ni muerta.