Cuando un ser querido parte, numerosos creyentes buscan refugio en la Biblia; pues, mediante la oración, esperan que quien partió alcance el descanso ‘eterno’ y haya dejado en lo terrenal cualquier rastro de dolor y preocupaciones. En la religión católica, por ejemplo, es usual ofrecer el novenario en el cual se pide a Dios por misericordia.
En tiempos de luto son numerosos los devotos que esperan también alcanzar un poco de consuelo en las Sagradas Escrituras, independientemente de si la pérdida fue o no ‘repentina’. Cada religión tiene sus tradiciones cuando alguien parte y en algunas buscan rendirle tributo por sus acciones en vida y el legado que deja.
En el salmo 62 se alude a una esperanza en el Ser Supremo sobre quien reposa el alma y de quien se aguarda por la salvación. Un fragmento de esa plegaria es difundido por Biblia Católica Online. “Solo él es mi roca y mi salvador, si es mi fortaleza, no he de vacilar”. Otras oraciones, como la siguiente, son replicadas por plataformas como Desde la Fe.
Oración por un ser querido que falleció
Señor mío Jesucristo, que no viniste a perder sino a librar las almas de los hombres,
de quienes te constituiste remedio y libertad dando tu vida por su rescate;
humildemente imploramos tu clemencia y misericordia inefables, para que te apiades
de todas las almas de los fieles difuntos que son atormentados en las penas del purgatorio,
a fin de que las que justamente son por sus pecados afligidas, sean por tu benignidad perdonadas,
pues las has redimido con tu preciosa sangre, consigan por los mérito se intercesión de la
Santísima Virgen María y de todos tus Santos, que las liberes de las penas que sufren y las lleves a la
gloria, donde te alaben y gocen por los siglos de los siglos. Amén.