En cada uno de los momentos de la vida es de suma importancia contar con Dios. Tanto en situaciones de alegría, felicidad y abundancia, como en las de precariedad o preocupación, la compañía del Señor no se debe dejar nunca de lado, ya que, además de proporcionar todos los medios para que una persona goce de buena salud, estabilidad económica y tranquilidad, también presenta pruebas para medir la fe de los creyentes.

Uno de los episodios en donde las personas más se acercan a Dios, es cuando están padeciendo alguna enfermedad, por lo que, además de los medicamentos que se deben consumir para que no se propague el mal por el cuerpo, la medicina del alma también es importante, por lo que los religiosos recomiendan, tanto al afectado, como a sus familiares, hablar con Dios, a través de la oración, para que una persona pueda recuperarse rápidamente.

Gracias a la sabiduría de Dios y al conocimiento médico, las cirugías suelen ser exitosas. | Foto: Getty Images / Prapat Aowsakorn

Sin embargo, existen ocasiones en donde es necesaria una intervención quirúrgica para poder sanar a la persona, por lo que el paciente debe dar su autorización, conociendo los riesgos, para que los médicos puedan proceder. Allí, los fieles suelen buscar a Dios, elevando una súplica para que todo salga bien, sin embargo, a veces no saben cómo orar al Señor buscando escucha, protección y éxito en una cirugía.

Ciencia y fe de la mano

Aunque es común escuchar que la ciencia y la religión son enemigas, muchas personas son testigo de que ambos conocimientos pueden convivir dentro de un mismo cuerpo y sanar, a su manera, cada mal que presenta el organismo.

Es por ello que varios portales católicos y centros asistenciales, como Aleteia y el Massachusetts General Hospital, han divulgado tres oraciones muy poderosas para recitar antes y después de una cirugía, con el fin de que Dios guíe a los médicos que están realizando la operación y, consecuentemente, para que la recuperación del procedimiento sea la indicada, además de esperar a que los resultados se evidencien en el cuerpo.

Los médicos suelen cargar con la más alta responsabilidad cuando un paciente ingresa al quirófano. | Foto: SEMANA

Los sacerdotes recuerdan que estas oraciones deben efectuarse con fe, disposición, esperanza y mucha paciencia, ya que algunas intervenciones quirúrgicas son muy complejas, y asimismo suele ser demorada su recuperación.

  • Oración antes de la intervención quirúrgica

“Fortaléceme, ¡oh, Dios!, para que pueda hacer lo que me toque hacer, y soportar lo que me toque soportar; esto así, aceptando tus dones de sanación a través de la pericia de los cirujanos y enfermeros y de las demás personas que me atiendan. Sea restaurada mi salud, para que sea yo útil en tu mundo con un corazón agradecido; esto ruego. Amén”.

  • Oración después de la intervención quirúrgica

“¡Oh, Dios!, tu compasión nunca decae y tus misericordias son nuevas cada mañana: Te doy gracias por el alivio a mi dolor y por la esperanza de la salud renovada. Continúa, te ruego, la buena obra que has comenzado en mí; sea que, aumentando a diario la fortaleza de mi cuerpo y regocijándome en tu bondad, pueda de tal manera ordenar mi vida y conducta, que siempre piense y haga lo que te agrada; por la misericordia de tu amor te ruego. Amén”.

Algunas cirugías son muy complejas, por lo que la oración es un empuje para que todo salga bien. | Foto: Getty
  • Oración por los cirujanos

“Señor, muchos médicos, amantes de su profesión, están a nuestro servicio. Te doy gracias por el don de la sabiduría que les has concedido. Hoy en día, muchas vidas se salvan en casos que en el pasado no hubieran podido recibir ningún remedio o cura.

Señor, Tú continúas siendo el dueño de la vida y de la muerte. El resultado final está solo en tus manos divinas. Señor, ilumina la mente y el corazón de aquellos que en este momento se ocupan de sanar mi cuerpo enfermo y guía sus manos con tu poder divino. Gracias por tu inmensa bondad. Amén”.