¡Ya es una realidad!, la Ley del Viche fue sancionada este martes por el Gobierno Nacional, así lo dio a conocer el Representante a la Cámara Juan Fernando Reyes Kuri, en la que se reconoce al viche y sus derivados como el tumbacatre, pipilongo, arrechón, entre otros, como patrimonio colectivo de las comunidades negras del Pacífico.
“Este es un momento histórico para el Pacífico colombiano y sus comunidades. ¡Esta ley es producto del trabajo en equipo!”, comentó Reyes Kuri, autor de la Ley del Viche y quien trabajó para sacar adelante la iniciativa junto a las comunidades negras del Pacífico. Ahora el Viche y sus derivados tendrán un registro expedido por el Invima que le permitirá certificarse y lo más importante, es que no se va a sacrificar la manera artesanal en que se produce, que es algo muy tradicional para estas comunidades.
“El registro sanitario será gratuito y únicamente las comunidades negras podrán registrar sus marcas de Viche. Nadie, ningún tercero, podrá apropiarse de su producto.”, explicó el congresista Reyes Kuri, quien nació en Palmira y quien publicó en su cuenta de Twitter un emotivo mensaje tras sacar adelante esta Ley que ayudará a muchas familias en la región del Pacífico.
El viche es un licor tradicional del Pacífico colombiano destilado de la caña de azúcar, el cual se viene produciendo gracias a un conocimiento ancestral y tradicional en alambiques en modo casi que secreto, por lo que antes no existe regulación que legitime la bebida, pero con la sanción de la Ley cambiará ese panorama para las comunidades que buscan comercializar el producto.
La lucha de las comunidades del Pacífico es desde los tiempos de la colonia, cuando las prácticas de destilación para hacer viche fueron perseguidas y castigadas por considerarlas antihigiénicas. Entonces, cientos de afros, en grandes haciendas, fueron obligados en la clandestinidad a producir la bebida embriagante.
Abolida la esclavitud, las comunidades continuaron con lo que ya era una tradición. Ocuparon los bosques tropicales en el litoral Pacífico colombiano y continuaron sembrando caña y produciendo alcohol. Como la actividad continuó siendo mal vista, incluso perseguida hasta los años setenta, las comunidades destilaban en las veredas más alejadas o en los picos de las montañas y en medio de la noche.
Ahora el viche logró su aprobación y gracias a la Ley se beneficiarán los productores y comercializadores en Cauca, Valle, Chocó y Nariño. Además, con la promulgación, el Ministerio de Cultura se compromete a impulsar iniciativas locales de producción y protección de esta bebida frente a productoras multinacionales.
Por la ruta del viche, la tradicional bebida del Pacífico
SEMANA fue invitada por el Ministerio de Cultura a conocer la ruta de esta tradicional bebida, que no solo tiene la capacidad de embriagar, sino que resguarda toda la cultura, los saberes y las costumbres de un pueblo. El modo en que se produce es casi tan valioso como el producto en sí.
Lo primero que hay que decir es que esta bebida se hace a partir del jugo de caña de azúcar cortada antes de que esta madure. Posteriormente, se le agregan distintos ingredientes artesanales, jamás se usan químicos, algo que las comunidades enfatizan. Sigue la fermentación, dependiendo del tipo, puede llegar a tener hasta 35 grados de alcohol.
Dentro de los tipos de viche que se pueden encontrar está el ‘curado’, que es el más tradicional y popular, pero también hay variedad en este tipo de bebida. La ‘tomaseca’ es hecha a base de hierbas medicinales y se destacan sus propiedades en fertilidad y curación de dolores, mientras que el ‘pipilongo’ goza de gran fama al ser considerado un Viagra natural.
La diversidad que se puede encontrar en la fabricación de estas bebidas es grande, pero más grandes aún son los beneficios que puede tener para las comunidades del Pacífico colombiano. “Muy complacida de que tenemos una ley del viche, que es una bebida que ha estado desde la creación del Pacífico colombiano”, dice Rosmilda Quiñonez Fajardo, representante de la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico.
“Es ver al viche como un producto, como un instrumento que viene de la tierra y que es curativo porque se hacen remedios con él. Tenemos que mirar qué valor le damos al viche ahora con la aprobación de esta ley”, añade Rosmilda Quiñonez, que cuenta que esta bebida es útil en su labor de partera tradicional. A las mujeres a punto de dar a luz se les da un derivado del viche con 26 tipos de plantas que, según ella, eliminan los dolores del parto.
Yolanda Asprilla lleva 65 años en el mundo de la fabricación del viche. Todo inicia para ella desde que era niña, ya que su abuela hacía esta bebida ancestral también desde su infancia. Durante toda su vida se ha dedicado a la fabricación y venta de viche en el municipio de Triana. Pero a pesar de lo tradicional que es el viche, hay elementos que considera que se han transformado con el pasar de los años.
La ministra de Cultura, Angélica Mayolo, originaria de Buenaventura ha sido la gran impulsora de este proyecto desde el Gobierno, sin embargo, a pesar del gran apoyo que recibió en el Congreso y la aprobación de la Ley, aún hay mucho por lograr.
La meta es crear una industria alrededor de la producción del viche que no solo mejore las condiciones con las que se hace esta bebida, sino que el comercio sea dirigido directamente al apoyo de las comunidades y no a las compañías licoreras del país.