El libro de los Salmos comprende 150 oraciones que han servido de inspiración, ayuda y gozo para millones de creyentes del mundo.
Uno de los más conocidos es el 23, una oración en la que el salmista resalta la guía de Dios, asegura que es su pastor y destaca que cubre sus necesidades. “El Señor es mi pastor, nada me falta”, dice en su parte inicial.
Posteriormente, la oración continúa de esta manera: “En prados de hierba fresca me hace descansar, junto a tranquilas aguas me conduce”. Con esta frase, el autor manifiesta que la presencia de Dios es un lugar de descanso y satisfacción espiritual.
Más adelante en el salmo se mencionan estas dos expresiones: “Me infunde nuevas fuerzas y , “me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre”. Con estas frases, en la oración se resalta la forma en que Dios renueva la fuerza de las personas, restaurándolas para enfrentar cada desafío y subraya que él guía a las personas por el camino de rectitud y justicia.
“Aunque camine por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden valor”. El salmista aquí reitera la importancia de la protección de Dios, sobre todo en momentos difíciles.
“La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y habitaré en la casa del Señor por años sin término”. El salmo 23 concluye con una afirmación de la fidelidad y el amor eterno de Dios.
El salmo 23 completo
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre.
Palabras de fortaleza
Entre los salmos hay varios en los que se puede encontrar fortaleza en medio de momentos difíciles. Uno de ellos es el 46, en él se afirma que Dios da socorro frente a graves tribulaciones.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”, señala su parte inicial.
El salmo 91 también tiene palabras de fortaleza: “El que habita al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus salas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad”. señala.