Para hablar de la pereza hay que recordar que este es conocido como uno de los siete pecados capitales y se destaca como la negligencia o la actitud que impide realizar las cosas que se tienen pendientes por hacer. Asimismo, es considerada como la madre de todos los vicios, pues si no se corrige siempre estará en aumento.
En este sentido, aunque no es un pecado que está dentro de los citados por los 10 mandamientos, la Biblia dedica ciertos pasajes en donde destaca algunas advertencias sobre la pereza, iniciando porque el trabajo es un llamado de Dios.
“Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio”, citando a Proverbios 6:6.
Ahora bien, en competencia al trabajo y a no tener pereza para ello, la Biblia dice que las buenas obras y actos serán recompensados por Dios, sobre todo, destaca que la diligencia es un uno de los comportamientos que deben persistir.
“No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”, cita Gálatas 6:9-10.
Más citas de la Biblia sobre la pereza.
- “La pereza viola un propósito de Dios – las buenas obras. El Señor, sin embargo, da poder a los cristianos para vencer la propensión de la carne a la pereza, al darnos una nueva naturaleza”. (2 Corintios 5:17)
- “Los cristianos no son salvos por obras, sino que muestran su fe mediante sus obras”; “yo te mostraré mi fe por mis obras”; “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. (Santiago 2:18, 26)
- En Proverbios hay varios apartes: “La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria” (12:24); “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará” (20:4); “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada” (13:4).