Un pirsin (piercing, en inglés) se reconoce como una perforación que se realiza en alguna parte del cuerpo con una aguja u objeto punzante, permitiendo que se ubique una joya o pieza dentro del agujero que queda en la piel, según referencia el portal TeensHealth. Estas piezas se pueden llevar a cabo en zonas como las fosas nasales, el ombligo, las orejas, las cejas o la boca, dependiendo el gusto de la persona.

Esta práctica suele ser por gusto o interés de un individuo, el cual le encuentra un significado dentro de su apariencia. Algunos lo hacen por moda, mientras que otros acceden a este procedimiento por placer visual.

Lo importante de esto, en términos de salud, es que se cuide correctamente la perforación, evitando que se infecte o se golpee, causando daños significativos. Siempre debe haber buena higiene y atención, esperando a que sane para poder cambiar la joya y el estilo que se busca.

Piercing. | Foto: Getty Images

Sin embargo, estos accesorios en la piel no son bien vistos por todo el mundo, ya que son considerados como una mala práctica. Algunos creyentes religiosos contemplan estas decisiones como algo negativo y van en contra de quienes deciden perforar su cuerpo en ocasiones.

No obstante, es importante tener claro que los aretes y perforaciones se asocian a distintos temas en culturas de todo el mundo. Para algunos es un factor de estatus social, otros lo ven como parte de rituales ancestrales y varios lo toman como un factor estrictamente estético.

Los símbolos detrás de estos accesorios dependen del contexto, tal y como sucede en las religiones cristiana y católica, que lo tomaban como característica de personas con poder, mujeres que deseaban adornar su cuerpo y esclavos que trabajaban para altos mandos.

Las perforaciones son elección personal y pueden causar dolor en algunas zonas. | Foto: © Eugenio Marongiu

Esto dice la Biblia sobre las perforaciones y aretes

Hay textos que profundizan en aquella situación, especificando en qué casos se utilizaban las perforaciones o piercing, como se les llama en la actualidad.

Génesis 24:22

“Cuando el siervo Abraham conoció a Rebeca, quien se convertiría en esposa de Isaac, le regaló un arete de oro en la nariz para usar en su matrimonio”, apuntaron las escrituras acerca de las mujeres que llevaban estos accesorios como muestra de amor y compromiso.

Éxodo 21:6

“Su amo lo llevará ante los jueces o al quicio de la puerta. Le horadará la oreja y será su siervo para siempre y así demostrará su compromiso de por vida”, reseña, refiriéndose a los hebreos que se sometían a este procedimiento para demostrar lealtad a su amo.

De igual manera, la Biblia menciona que el cuerpo es el “templo” de cada ser humano y allí se toman decisiones personales. Allí se da a entender que no se ve bien “irrespetarlo” con esta clase de detalles (entre los que también estarían los tatuajes)

1 Corintios 6:19 -20

“Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, en el cuál tenéis que tener a Dios y es importante respetar y cuidar la morada, por eso hay que ver qué objetos entramos a nuestro cuerpo”, se lee en el texto, haciendo referencia a que estas piezas son más simbólicas que de “moda”.

Es importante enfatizar que los piercing y aretes son decisión de cada persona, lejos de la religión o las creencias. Hay quienes disfrutan aquella sensación, mientras que otros se mantienen al margen por miedo al dolor.

Lo que dice de los diezmos y las ofrendas en la Biblia. | Foto: Getty Images