Muchas veces, cuando los hijos van a salir de casa, normalmente a una fiesta o a reunirse con amigos lejos del hogar, los padres de familia sacan a relucir una famosa frase que representa su sentimiento frente a la angustia que muchas veces se siente cuando se teme que en la calle, y a altas horas de la noche, los jóvenes puedan correr riesgo; “no me duermo hasta que usted no llegue”.
Si bien muchas veces la frase se puede tomar cómo ‘burla’ por parte de los jóvenes, en tanto cuando regresan a casa los padres ya están dormidos, poco se logra reflexionar en la angustia que estos realmente siente cuando perciben situaciones riesgosas para sus hijos.
En esos contextos, los padres de familia pueden encontrar paz entregando a sus hijos en manos de Dios, y encomendando su regreso ‘sanos y salvos’ al hogar.
Para hacerlo, además de ejercicios de oración en la que los padres pueden abrir su corazón a Dios para hacer las peticiones puntuales, también pueden hacerlo acompañados o guiados de algunos textos bíblicos entre los que se destaca el Salmo 91.
No obstante, que los jóvenes tomen las debidas precauciones ‘dentro de las posibilidades humanas’, no está de más para preservar su seguridad, mientras que en su casas, los padres pueden proclamar el siguiente salmo para abogar por su ‘seguridad’.
Salmo 91
Los que viven al amparo del Altísimo
encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso.
Declaro lo siguiente acerca del Señor:
Solo él es mi refugio, mi lugar seguro;
él es mi Dios y en él confío.
Te rescatará de toda trampay te protegerá de enfermedades mortales.
Con sus plumas te cubriráy con sus alas te dará refugio.
Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección.
No tengas miedo de los terrores de la noche
ni de la flecha que se lanza en el día.
No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad,
ni a la catástrofe que estalla al mediodía.
Aunque caigan mil a tu lado,
aunque mueran diez mil a tu alrededor,
esos males no te tocarán.
Simplemente abre tus ojos
y mira cómo los perversos reciben su merecido.
Si haces al Señor tu refugio
y al Altísimo tu resguardo,ningún mal te conquistará;
ninguna plaga se acercará a tu hogar.
Pues él ordenará a sus ángeles
que te protejan por donde vayas.
Te sostendrán con sus manos
para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra.
Pisotearás leones y cobras;¡
aplastarás feroces leones y serpientes bajo tus pies!
El Señor dice:
“Rescataré a los que me aman;protegeré a los que confían en mi nombre.
Cuando me llamen, yo les responderé;
estaré con ellos en medio de las dificultades.
Los rescataré y los honraré.
Los recompensaré con una larga vida y les daré mi salvación”.
Amén.