El salmo 23 es uno de los más famosos en la creencia católica, por lo que es recurrente que sea ampliamente citado en la Biblia. ¿Cuál es el mensaje que deja?
Esta oración solamente tiene seis versículos, por lo que es fácil de memorizar para rezarla con frecuencia. En la sangrada escritura, este salmo se destaca por ser uno de los que mejor conecta a las personas con sus creencias cuando se necesita paz en la vida.
A medida que se lee este salmo, se hace especial atención en el concepto ‘proveer’, debido a que es la acción realizada por Jesús en aras de darle la fuerza y conocimientos necesarios para afrontar las situaciones. El texto religioso apunta que la fe impide la carencia de aquello que se necesita con urgencia.
Cuando los católicos creen fielmente en Dios, tienen la posibilidad de recibir las enseñanzas para lograr la mejoría en aquello que afecta el panorama actual. En ese orden de ideas, la fe es el camino que provee paz y felicidad.
Una característica propia de los versículos es el sentido metafórico en sus enseñanzas. Para el caso del salmo 23, esta no es la excepción. El texto hace mención al pasto como la riqueza de los mensajes de Dios referenciados a la paz. Por lo cual, a medida que los creyentes se alimenten de la palabra, la guía será más notable.
Por otro lado, la oración ofrece restauración. Una de las causas para no tener paz radica en el desgaste de la mente, voluntad y emociones, por lo que restaurar el alma es un acto necesario para tener paz. Sobre ese punto, la escritura indica que es importante refrescar el alma para guiarla a un lugar mejor con nuevas experiencias.
La protección es fundamental en ese asunto, por lo que el salmo apunta que, incluso en el valle de la muerte, no se puede dejar de confiar en el camino de Dios. Uno de los miedos más grandes de la humanidad corresponde al deceso, por lo que ese temor puede ser cobijado por las enseñanzas religiosas. De la misma forma, se puede aplicar al resto de miedos existentes y que afectan a diario o de forma esporádica.
Salmo 23
“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.”