A propósito de la partida este sábado de Mercedes Barcha, quien acompañó como esposa y confidente a Gabriel García Márquez durante más de cinco décadas, vale recordar algunas de las reflexiones sobre el amor que el nobel colombiano hizo en cartas y libros. Ese sentimiento que lo unió durante 56 años al "Cocodrilo Sagrado", uno de los tantos apodos que le tenía y la desconcertante manera como se refirió a Barcha en la primera página del libro "Los funerales de la mamá grande" (1962), en una escueta dedicatoria por el apoyo incondicional que le prestó siempre.
Rescatada por el periodista Juan Gossaín el pasado febrero, en una carta que Gabo escribió a su amigo Francisco Padilla a principios de los años 50, el entonces joven periodista y aspirante a escritor hacía una confesión amorosa. En ese documento, con la tipografía característica de las máquinas de escribir que en aquella época resonaban en salas de redacción, Gabo se refería a Mercedes y su futuro matrimonio, que finalmente se consumó en 1958 en Barranquilla tras mucha espera, pues se lo había propuesto desde los trece años. La espera, en efecto, se le hacía eterna a García Márquez, que escribió: “La tengo aquí, atravesada como un venablo en la bomba circulatoria, en una terrible cosa entre tiempo y espacio, viento y marea, que no sé si sea amor o muerte. De todos modos, es algo tan tenebroso que no habrá más remedio que disolverlo en una buena pócima matrimonial, con cucharaditas suministradas tres veces al día, hasta la hora de la muerte, amén”. Era tal el amor de García Márquez por Mercedes que en su obra varias veces quedó impreso el testimonio de ese sentimiento. En marzo de 1990 reflexionó sobre el amor como “el tema más importante de la humanidad”. En una columna titulada "María es un texto sagrado", escribió: “El amor es el tema más importante que existe en la historia de la humanidad. Algunos dicen que es la muerte. No creo, porque todo está relacionado con el amor. No hay una historia mía que no tenga un poco de amor, si se lee con cierto cuidado”.
Pero para Gabo, el amor era también “el más terrible, el más maravilloso de todos los demonios” e incluso lo concebía como ideología. En 1995, en el periódico "El Tiempo" escribió: “Conservo el amor: es el motor de mis libros, mi único argumento, mi ideología exclusiva. Creo que el amor es el único discurso en mis libros”. Otra de sus reflexiones tuvo que ver con el miedo a escribir sobre ciertos temas. En la revista "Gente", en julio de 1984, dijo: “No hay que tenerle miedo al melodrama. El amor es una realidad: tú ves a la gente que sufre, que está mal, que se jode por amor. Todos los temas son difíciles, el problema está en escribirlos bien”. Pero Gabo no solo escribió sobre amor. En entrevista con la Revista SEMANA en 1989, año en que fue elegido por este medio como uno de los diez personajes de la década de los 80 en Colombia, el autor de "Cien años de soledad" habló de la crisis del comunismo y consideró que la unidad latinoamericana en realidad debería ser una lucha por más amor. “¿Qué más podemos hacer sino vivir y luchar juntos, aunque sea como perros y gatos? Es el sueño de Bolívar, más actual que nunca: la integración del continente. Para seguir peleando juntos contra la muerte en las trincheras de la felicidad, luchando por ser nosotros mismos, por más paz para siempre, por más tiempo y mejor salud, más comida caliente, más rumbas sabrosas, más de todo lo bueno para todos. En una palabra: más amor”, dijo el escritor en la entrevista titulada "Gabo, ¿otro dinosaurio?".
En otra memorable conversación de Gabo con SEMANA, publicada en octubre de 1989 y resultado de una entrevista con María Elvira Samper, en su casa de Ciudad de México, el nobel repasó su novela "El general en su laberinto" (1989). García Márquez confesó que, entre las cavilaciones del personaje, Simón Bolívar, se colaron también percepciones suyas sobre la vida. Pero una frase memorable de esa entrevista con Samper, titulada "Un libro vengativo", serviría para reflexionar sobre el destino de Gabo y Mercedes Barcha, hoy que se reunieron de nuevo: “Estar enamorado es como tener dos almas y eso es maravilloso”.