Isuzu, uno de los personajes de este libro, escritora de cómics para adolescentes, se autocalifica como retrochic. Creo que ese también sería un acertado calificativo para Hiromi Kawakami, quien reivindica, con encanto, temas y géneros que la literatura parece haber dejado atrás: el amor y el cuento. Ella narra la pasión amorosa con maestría y brevedad. ¿Quién escribe sobre el amor hoy en día? ¿Quién escribe cuentos? Muy pocos autores, en realidad. Los retro son escasos y aún más los chic.
No se trata de amores ideales, sino, como bien lo dice el título, de amores imperfectos, reales, lo que hay. Alguien tiene que aceptar a su amado tal como es: “Muchos de sus gestos tampoco tienen sentido. ¿Por qué llevo tres años saliendo con él? Por mucho que lo piense, no es la clase de hombre que me gusta. Más bien al contrario: los hombres como él no son mi tipo”. Puede leer: “El fenómeno de The Beatles sigue estando cerca de todos”: Manolo Bellón El amor es un misterio. Alguien abandonó a alguien, o lo abandonaron: “Yo he roto con algunos hombres y otras veces me han dejado. Ambas situaciones son igual de desagradables. Cuando te dejan, lo más importante es no odiarte a ti misma”. Alguien encuentra el amor con la persona, el momento y el lugar menos esperados: “Nos miramos sin tener a dónde ir, reflejados en las pupilas del otro como si fueran espejos opuestos. La nieve cae y se acumula en silencio”. El desamor es inexplicable y tal vez una palabra antigua es la que lo describe a la perfección: “Si empiezas a pensar en los motivos y en las circunstancias, te enfadas y el carácter te cambia. Eso es malo para la piel. Así que me limité a repetir: ‘Es el sino, es el sino’, como si fueran unas palabras mágicas. Aunque aquella letanía no me ayudó a calmarme, naturalmente”. Cansadas de no ser unas mujeres ‘espectaculares’, cansadas de esperar esa relación que no llega, cansadas de la inseguridad, de la añoranza, de la zozobra del amor, Eri y Kumi, dos viejas amigas, deciden un día tener un acercamiento erótico: “‘Hay que aprovechar’ ha dicho Eri, y eso es lo que nos ha ayudado a decidirnos. Hay que aprovechar que hemos conocido a un chico. Hay que aprovechar que ha empezado una nueva relación. Hay que aprovechar que hemos hecho el amor”. Le recomendamos: "Tiendo a imaginar que lo peor está por venir": Paula Hawkins Son 23 cuentos, con una gran variedad de personajes, de distintas edades, profesiones, condición social. Su denominador común es el amor, el desamor, el encuentro con la soledad. Que puede darse en una relación matrimonial, adúltera, que puede ser heterosexual u homosexual. Cuentos breves, atmósferas y situaciones distintas que producen una sensación de continuidad por su unidad temática. Y formal: en todas las historias asistimos a un momento cualitativo de la vida de los personajes en el que ellos descubren quiénes son. Eso es lo que importa y no el desenlace que puede parecer ambiguo o inacabado. Pura estética chejoviana, anticlimática, en la que lo sugerido es más importante que lo dicho. Al final, quedan imágenes, resonancias, para que el lector –o la lectora– hagan lo suyo. También hay variedad de registros: melancolía y humor, drama y situaciones cómicas. Predomina el realismo, pero hay toques de fantasía. Son mujeres las protagonistas de estas historias, narradas desde sus puntos de vista. Claramente viven dentro de una cultura machista, tradicionalista, en la que la mujer debe casarse, cuidar de los padres y aceptar relaciones desventajosas: “Los hombres la tenéis fácil –dijo Tsunemi–. ¿Por qué? –Porque las mujeres cuidamos de vosotros”. Una cultura que, no obstante, sufre cambios a causa de la modernidad. Puede leer: Fiesta del libro se prepara para fomentar lectores Sin embargo, a Kawakami no le interesa tomar partido en esa discusión. Los personajes son autónomos de su creadora. Ellos deben mostrar esas tensiones, en sus acciones, en sus pensamientos. Por eso resultan tan convincentes, tan entrañables. Y tan universales. Fanáticos de su comida marina y sus rituales; elegantes y contenidos; no importa: sus dramas y sus anhelos nos parecen harto conocidos. Hiromi Kawakami Amores imperfectos Acantilado, 2016 140 páginas