Una serie sobre hermanas del lado opuesto de la fuerza, sobre maestros Jedi ejerciendo el control, enseñando e instruyendo a nuevas generaciones pero también chocando con los límites de su utopía, The Acolyte aborda un momento bisagra en el universo de Star Wars. Primero, porque tiene lugar en una época de la que se suele hablar pero poco se ha visto reflejada en sus producciones: la “paz”. Segundo, porque lo que ve el espectador son las postrimerías de esta etapa.
Se acerca la oscuridad. La tranquilidad por la que los Jedi han luchado y por la que velan (con sus sables, doctrinas y poderes mentales) comienza a mostrar sus grietas, por cuenta de los golpes de una resistencia forjada en el lado oscuro de la fuerza. Esta amenaza de sable rojo ya se sabe fuerte y ya ha planeado sus pasos lo suficiente como para salir a cambiar las cosas.
The Acolyte llega a las pantallas de Disney + el martes 4 de junio con dos capítulos, y luego estrenará uno semanalmente hasta completar los ocho de esta temporada. No se ha confirmado o descartado una segunda. La gente y Disney tendrán la palabra.
Se trata de una creación de la ultrafan de Star Wars y showrunner Leslye Headland, quien ofrece mucho de lo que hace a esta saga entretenido: intrigas familiares, combates de alto vuelo, sables de luz, naves espaciales, aparatos con cualidades de compañeros fieles, wookies (fuertes, sensibles y bullosos al expresarse), villanos que cortan la respiración y encienden la expectativa, y una creativa fauna de personajes humanos, humanoides, robóticos, galácticos.
Hay una mirada femenina desde muchos de sus personajes principales, y no hay problema con eso, porque en todos los roles y en las múltiples generaciones que refleja, cuenta con talento probado. Del lado más joven y vibrante, hay roles poderosos como los que entrega la protagonista Amadla Stenberg (literalmente, dos roles), a quien se suma una joven actriz de recorrido como Dafne Keen (protagonizó la serie His Dark Materials y fue esencial en la gran película que es Logan). Por su lado, Manny Jacinto y Charlie Barnett suman una carga de un lado y otro de la fuerza.
En lo que implica a actores más adultos, desde la primera escena salta una figura como Carrie Anne-Moss, quien en la piel de una Jedi canaliza a la icónica Trinity que la puso en el mapa en The Matrix. Lee Jung-jae, conocido por El juego del calamar, se le une interpretando al maestro Sol, un Jedi crucial para la trama y la investigación que la atraviesa. También juega un papel importante la imponente y espectacular Jodie Turner-Smith, liderando una raza de magas que no teme decirle las verdades a los Jedi, cuyod poderes y métodos molestan a más de uno.
Detrás de la historia, de las cámaras y de la acción está una directora, productora, guionista y dramaturga ocurrente, quien participó activamente en la ocurrente e inteligente Russian Doll (Netflix), y quien está en completo control de The Acolyte. Con Leslye Headland hablamos sobre el frenesí de sumar a un legado del que por tantos años fue seguidora devota y que ahora le representa estar en el ojo del huracán.
De ahí, su emoción y su pánico. Headland y The Acolyte lucharán contra la fatiga de los superhéroes y de las sagas, contra las críticas exageradas de “inclusión forzada”, sabiendo que a la vez cuentan con millones de seguidores expectantes de un capítulo nuevo que les haga revalidar su devoción.
SEMANA: Al ver estos episodios se ve su nombre por todos los créditos, ¿cómo se siente sumarse al legado de mujeres en ‘Star Wars’ de manera tan notoria?
Leslye Headland: Caramba, es un honor y a la vez es aterrador (ríe). Es maravilloso, un sueño hecho realidad. Aunque confieso que lanzarlo ya al mundo me hace sentir muy vulnerable. Honestamente, también es bizarro, porque luego de trabajar en este proyecto por tanto tiempo, en el que ha acaparado toda mi vida, saber que la gente lo verá al fin se siente extraño y emocionante a la vez. Diría pues que todo esto me provoca un rango amplio de emociones...
SEMANA: Hasta ‘Star Wars’ polariza estos días. Hay mucho amor y admiración y también hay mucho odio. ¿Cuánto cuidado le presta a este hecho? ¿Se blinda de los comentarios?
L.H.: Es curioso esto que mencionas, porque cuando yo digo que soy una fan de Star Wars, lo digo en serio. He visto todo y he visto cada video que sale en YouTube sobre Star Wars. Así que estoy muy al tanto del DISCURSO de Star Wars, así, con mayúsculas.
Yo diría que me sumergí tanto en el material que, sin duda, ahora que estoy del otro lado de las cosas, la experiencia se siente un poco surrealista. Sí tuve que dejar de ver y escuchar tantas cosas como antes, y eso, en el fondo, se siente como algo que yo perdí. Porque todo ese tema era gran parte de mi fandom, de amar ser parte de esto. Me gustaba lo bueno que se decía, me gustaba lo crítico que se decía, y adoraba lo mucho que todos los que participamos de ese DISCURSO sentíamos que Star Wars nos pertenecía.
La verdad es que la única persona a quien Star Wars le pertenece es a George Lucas, y a veces nos hace bien recordarlo. Y volviendo a tu pregunta, definitivamente tuve que reducir ese impacto de los comentarios a cero, pero estoy muy al tanto de lo que se dice, fui parte de esa escena por muchos años.
SEMANA: ¿Qué tanto le atrajo contar esta historia de Star Wars en la que se viven tiempos de paz y la maldad es la resistencia?
L.H.: ¡Es una manera perfecta de ponerlo! Para mí fue demasiado irresistible, jugoso, y no pude resistirme a la idea de invertir esos paradigmas. Y, en el fondo, sigo lo que George planteó, que los Jedi son los guardianes de la paz y la justicia en la galaxia por miles de años, por generaciones enteras. Y sabemos que los Sith existen en este periodo porque en él Sidious y Maul se revelan luego como maestro y aprendiz. Por eso no pude resistirme a la idea de mirar a lo que ellos estaban haciendo. Si no se están revelando aún, ¿qué están planeando como Sith?
SEMANA: Es un proyecto muy importante en su vida, pero hay mucho con lo cual divertirse, con los jedi, los aparatos, las bestias, las luchas, los wookies. ¿Qué disfrutó más?
L.H.: Es muy difícil escoger una cosa entre tantas... pero si me toca, diría que se trata del trabajo de títeres y la actuación del personaje de Basel. Fue un sueño hecho realidad. Ver y vivir en acción a esta criatura diseñada y manejada por Neil Scanlon (*el ‘master of puppets’ de la saga) fue de otro mundo, surrealista. Se sintió como interactuar con elementos clásicos de Star Wars, como con los Ewoks, por ejemplo. Estar en el set con nuestra propia versión de ese tipo de personaje, con este tipo de actuación y hechicería de Neil, fue memorable.