Título original: Manbiki Kazoku País: Japón Año: 2018 Director: Hirokazu Koreeda Guion: Hirokazu Koreeda Actores: Lily Franky, Jyo Kairi, Kirin Kiki Duración: 121 min. Uno de los grandes temas del japonés Hirokazu Koreeda ha venido a ser la familia, y, como cualquier artista con un tema bien definido, se ha dedicado a retratar sus variaciones terca y delicadamente. En sus exploraciones ha pasado, por ejemplo, por los niños abandonados en Nadie sabe (2004), los bebés cambiados de familia en De tal padre, tal hijo (2013), las hermanas que se conocen tardíamente en Nuestra hermana pequeña (2015) y el padre que intenta reconectarse con su exesposa e hijo en Después de la tormenta (2016), para formar entre todos un caleidoscopio de las relaciones intergeneracionales en Japón. En su más reciente película, ganadora de la Palma de Oro en Cannes, continúa minando ese filón y lo hace, como siempre, evitando lo melodramático, las explosiones emocionales, las posibilidades más telenovelescas del material que, en este caso, en el que se mezclan pequeños robos con asuntos de familia, no son pocas. Le sugerimos: La huella de Van Gogh en el celuloide Las inclinaciones delincuenciales de los protagonistas se establecen en la primera escena, que muestra a Osamu (Lily Franky), un señor mayor, y Shota (Jyo Kairi), un niño de unos 10 años, haciéndose señas en un supermercado para robar cosas de comer. Paquetes de sopa y de dulces caen con disimulo en el morral del niño, en un acto que se retrata elegantemente y sin diálogos, como si fuera un baile largamente ensayado. Eventualmente, vemos que los objetos robados eran la cena del resto de la familia con la que viven en una casa diminuta. Ahí están la abuela (Kirin Kiki); Nobuyo, esposa de Osamu (Sakura Ando), y Aki (Mayu Matsuoka), una hermana universitaria. Parece una familia corriente, cuyos miembros han asumido sin problema la repartición de roles que imponen las edades de la vida: la curiosidad de los niños, la preocupación de los adultos, la melancolía de los ancianos. El desorden de la casa, en la que todas las superficies están atiborradas de papeles y objetos, hace pensar no en el Japón hipermoderno sino en un rezago de otro tiempo, un oasis conectado a una cultura y una forma de vida que a duras penas sobrevive en medio de tanto edificio. Las dinámicas internas tan equilibradas cambian con la llegada de una niña de 4 años que Osamu y Nobuyo encuentran en la calle, obviamente maltratada por su madre, a quien la familia adopta informalmente (las autoridades llamarían a esta adopción secuestro, pero bueno). Acá viene una cantidad de preguntas sobre la naturaleza de las familias en general y esta en particular. “¿Crees que ella nos eligió?”, le dice Nobuyo a la abuela. “Por lo general, no puedes elegir a tus propios padres”, le responde la anciana. “Pero tal vez el vínculo sea más fuerte cuando los eliges tú mismo”. Es extraña la idea de familia pensada desde ahí, como una reunión voluntaria de individuos de distintas generaciones, pero resulta ser reveladora y creíble en manos de Koreeda. Al reemplazar las obligaciones por libertad, la tolerancia obligada por una empatía más fuerte y profunda, la película termina por hacer una celebración de lo necesario y enriquecedor que puede ser el contacto entre personas. Le puede interesar: Spike Lee, la historia negra en espiral Aquí, el trailer de Un asunto de familia.

CARTELERA Los ajenos fútbol club 1½ estrellas Juan Camilo Pinzón (El paseo 3 y 4) reincide en el género de la comedia de recocha y tanga con la historia de tres ancianos que deben ganar un torneo de microfútbol. Noche siniestra 2 estrellas En un viaje de vacaciones a su casa de campo, una muchacha y sus dos hijas se ven asediadas por un sádico enmascarado. Guerra fría 3½ estrellas Drama del director Pawel Pawlikowski que retrata, en elegante blanco y negro, el romance apasionado entre un pianista y una cantante en la Polonia comunista. Green Book 2½ estrellas Retrato esquemático de la amistad entre un pianista afroamericano y un chofer de origen italiano que recorren el sur de Estados Unidos en 1962. Ganadora del Óscar.