No es muy larga la lista: Janis Joplin, Debbie Harry, Patti Smith, Pat Benatar, Joan Baez, Lita Ford, Grace Slick y Joan Jett, entre otras. Los investigadores que le echan un vistazo a la historia del rock llegan a una conclusión irrefutable: los hombres han dominado este género musical. En contadísimas excepciones los líderes (y miembros) de las grandes bandas no son artistas masculinos. En la mayoría de los casos acaparan la admiración y la leyenda.Y si esa es una realidad en los países anglohablantes, en el mundo roquero de América Latina es aún peor. Pero eso parece estar cambiando y la prueba es que la próxima edición de Rock al Parque, que tendrá lugar en el parque Simón Bolívar entre el 1 y el 3 de julio, tendrá más mujeres sobre el escenario que ninguna de las anteriores. Tanto es así que los organizadores decidieron que el día de cierre una de las tarimas (normalmente el festival cuenta con tres escenarios) quedará en exclusiva para bandas protagonizadas por mujeres.Que eso esté pasando en el festival de rock gratuito más importante de América Latina no es coincidencia. Desde hace unos cinco años las personas que trabajan con la Alcaldía de Bogotá (organizadora del evento) en las convocatorias para escoger a las bandas han visto crecer la presencia de las mujeres, lo que va en el mismo sentido en el continente. “En este momento más mujeres latinoamericanas brillan en el ‘rock’, e incluso en el pop –cuenta José Gandur, director de un programa en Canal Trece sobre las mujeres en la escena musical de Bogotá–. Cada vez hay más proyectos liderados por ellas y ya no se limitan a ser la imagen del afiche”.Le recomendamos: Mujeres de la música ‘contemporánea’Lo cierto es que la música popular tuvo un toque femenino desde sus orígenes. Artistas como Bessie Smith o Billie Holliday fueron claves en los movimientos de jazz y blues que influyeron a los primeros roqueros, pero, con el paso del tiempo, el nuevo género musical se ganó una fama de dureza, rebeldía e irreverencia que iba en contravía de lo que la sociedad esperaba de las mujeres. Lo explica Elsa Riveros, exvocalista de la banda de rock colombiana Pasaporte, una de las más importantes durante los años ochenta: “Muchos esperan que la mujer mantenga un rol de niña buena y juiciosa, y cuando alguna se sale de esos patrones, la ven con malos ojos. Y el ‘rock’, más que nada, es una actitud y un estilo de vida que no va con esos estereotipos”.Eso cambió gracias al legado de los movimientos feministas que pelearon por los derechos de las mujeres durante los años sesenta. Aparecieron figuras como Janis Joplin en el panorama mundial debido, sobre todo, al nuevo papel que las mujeres fueron ganando en la sociedad. En América Latina también hubo un despertar. Hacia los años setenta y ochenta surgieron la chilena Denise Corales (vocalista de la banda Aguaturbia), las argentinas Fabiana Cantillo y Celeste Carballo, la mexicana Rita Guerrero (voz en la Santa Sabina), o las colombianas Elsa Riveros y Andrea Echeverry (de Delia y los Aminoácidos, primero, y de Aterciopelados, después). Incluso, ya en los años noventa, en el país se destacaron Polikarpa y sus Viciosas, una banda de punk conformada por tres mujeres.Pero el fenómeno, que parecía un pequeño nicho dentro de una vasta escena roquera, creció a la par que la mujer aumentó su preponderancia en áreas como la política, los negocios o la academia. “Las pioneras abrieron el campo –cuenta Mariangela Rubinni, directora de la revista Shock–. Gracias a ellas hoy muchas mujeres sobresalen en la escena, y los festivales cada vez les dan más espacio. Este año, por ejemplo, fui jurado de las convocatorias para Rock al Parque y me sorprendió encontrar tantos proyectos de chicas”.Le sugerimos: Los 50 años de ‘All you need is love‘De hecho, el éxito de Carla Morrison, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas (en sus inicios), La Mala Rodríguez o Anita Tijoux es un indicio de que las mujeres roqueras se destacan más que antes. “No solo tienen grandes voces, sino que hacen un trabajo musical de calidad. Si repasa la discografía más reciente de algunas de ellas, aparecen algunos de los mejores álbumes latinoamericanos de los últimos años”, cuenta Chucky García, programador y asesor artístico de Rock al Parque.Las invitadas a esta edición del festival también comprueban ese presente: la chilena Mon Laferte, por ejemplo, lleva dos años destacándose en festivales y escenarios del continente, igual que el trío de metal brasileño Nervosa, conformado solo por mujeres. Y bandas como Catfish, de Francia, o la Santa Cecilia, de México, tienen a chicas como líderes. En cuanto al talento colombiano están las Poker y Sin Pudor, bandas femeninas que hacen metal y punk, o Ismael Ayende y La Vodkanera, que incluyen a varias mujeres en su nómina. “Aunque siempre piensan que somos la cara bonita, hemos demostrado que estamos empoderadas y que estamos cumpliendo nuestro sueño, que es hacer música”, cuenta Camila Prieto Vivas, saxofonista de esa última banda.El fenómeno se extiende a artistas que no van a estar en Rock al Parque. Mónica Moreno, por ejemplo, toca la batería y es una de las voces de I.R.A., una de las bandas de punk más importantes del país; Natalia Villa toca la trompeta de Mojiganga, banda de ska; y Natalia Valencia es la actual tecladista de Estados Alterados, otro grupo de la vieja escuela.Sobre el tipo de música que hacen y los mensajes que dejan en sus letras no hay una respuesta única. Algunas de la primera época, como Las Polikarpa, le apostaban a cantar sobre el feminismo y a reivindicar las luchas de las mujeres. Pero las cosas han cambiado: “Ahora mandan mensajes más generales sobre los derechos de todos –cuenta García–. Y también están contando historias que tienen que ver con su cotidianidad. No por ser una banda ‘punk’, por ejemplo, dejan de hablar del amor o del desamor”. Para Rubinni, casi todas destacan por su activismo y su visión sobre el poder transformador de la música: “No son mujeres pasivas, sino que están empoderadas de su papel de artistas y tratan de mandarle mensajes a la sociedad”. Eso también ha ayudado a que sean más visibles.úede ver: Diez bandas imperdibles en Rock al ParquePor otro lado, Rock al Parque las tuvo en cuenta también por la visión del festival, que desde que nació en 1994 como un intento de la Alcaldía de Bogotá de apropiar el espacio público de la ciudad a punta de música le ha apostado a la inclusión. “Para nosotros es muy importante el respeto a la diferencia y la tolerancia –explica Juliana Restrepo, directora del Instituto Distrital de las Artes (Idartes)–. Así que es una grata coincidencia que esta sea una edición sobre todo de ellas”.Usualmente las bandas con mujeres no pasaban de 8, y este año se presentarán 17. Porque si las mujeres dominan hoy en tantas áreas, era lógico que en Rock al Parque se hicieran oír.