La oración es vista por los creyentes como una manera de entablar diálogo directo con Dios. Para ello, suelen acudir a pasajes bíblicos o versos redactados en el pasado, los cuales aún perduran dentro de la tradición religiosa.
El libro de los Salmos, por ejemplo, es un conjunto de himnos y oraciones que suelen recitar los devotos religiosos para invocar la presencia del Señor. Tradicionalmente, a cada Salmo se le ha asignado un significado, de manera que se ajustan a prácticamente cualquier situación.
A continuación, el Salmo 27, también conocido como el Salmo de David:
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.
Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.
Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud
A causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.
Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová.
El Salmo 27, al igual que otros Salmos y lecturas bíblicas, ha adquirido un significado especial con el pasar del tiempo. Las vertientes religiosas consideran esta oración como una manera de invocar la fortaleza, acudiendo a la piedad de Dios y llamando sus dones para que orienten el camino de su rebaño, sobre todo, en tiempos de adversidad.