Dos o tres años atrás nombres como Fazilet, Yacing o Selim, palabras como merhaba (hola) o iyi aksamlar (buenas noches), entre muchas otras, o costumbres culturales turcas eran totalmente desconocidas para gran parte de la audiencia televisiva en Colombia y Latinoamérica.Sin embargo, tras la llegada a la región de teleseries como ‘Cesur Ve Güzel‘ (en español: Valiente hermosa), ‘La señora Fazilet y sus hijas‘, o ‘Elif‘, la cultura turca empezó a ser cada vez más conocida. De hecho, las telenovelas turcas hacen parte de la cotidianidad de los aficionados a las telenovelas en varios países latinoamericanos.Un ejemplo de ello es Claudia Valle, una fiel espectadora de estas producciones a la que sus compañeras llaman presidenta del club de fans de Cesur Ve Güzel. Valle creó un grupo en las redes sociales Facebook e Instagram para los seguidores en Colombia de esta serie, y ya hay más de 1.100 personas en cada grupo.Puede leer: Cómo Erdogan se convirtió en el segundo hombre más poderoso en la historia de TurquíaEsta odontóloga barranquillera le contó a la Agencia Anadolu que ha visto más de cinco teleseries turcas en la televisión colombiana: ‘Las mil y una noches’, ‘Kara Para Ask’ (Dinero negro, amor), ‘¿Qué culpa tiene Fatmagul?’; ‘El secreto de Feriha’, ‘Ezel’, ‘Cesur Ve Güzel’ y ‘Alas rotas’.Pero, no conforme con ello, no esperó a que las productoras colombianas las emitieran y empezó a verlas por adelantado a través de canales en internet y en el idioma original. “Ya perdí la cuenta, pero creo que he visto más de diez novelas turcas (…)”, dice.Inclusive, durante una época en la que atravesó problemas de salud (una larga incapacidad por una cirugía y un cáncer de seno), organizaba su agenda y “paralizaba” sus jueves para sintonizarse. De hecho, empezó a estudiar el idioma turco.“Tengo cuaderno de aprender turco, y no sé si te parecerá increíble, pero empezamos con un grupo de chilenos con la curiosidad de aprender. Una chilena creó un grupo en Facebook y contactó a dos profesores”. El grupo se llama ‘Aprendiendo Turkispanish’ y tiene cerca de 14.000 miembros.“Pero es un idioma que no es fácil”, aclara; y termina la frase citando algunas de las palabras que ha aprendido: “Merhaba (hola)” y “tesekkürler (gracias)”.Actualmente Claudia le dedica, al día, unas dos horas a las series, pero aclara que ha estado “desjuiciada”.Por otra parte, tanto Claudia como sus amigas colombianas, argentinas, chilenas, estadounidenses, nicaragüenses y españolas han encontrado una pasión por la cultura y la comida turca.“(Los turcos) tienen unas costumbres tan diferentes que tú no conoces; cuando lo empiezas a ver te gusta. Es interesante ver cuando se quitan los zapatos para rezar, cuando se desean, el rito para las comidas, actos culturales, etc.”, dice con gran emoción, al tiempo que confirma que entre sus metas para el siguiente año está conocer Turquía.El éxito de estas producciones no es gratuito. De acuerdo con Ana Olaya, gerente de programación y promoción de Canal 1 Colombia, el primer canal en Latinoamérica en emitirlas, lo que ha sucedido con las teleseries turcas es todo un “fenómeno”.“Responden un poco a la aceptación que han tenido en un inicio a nivel internacional y después en Colombia y muchos más países”, asegura Olaya.Le puede interesar: El salón de clases que se convirtió en un libro en TurquíaLa gerente le contó a la Agencia Anadolu cuáles son los criterios que tuvieron en cuenta para decidirse por producciones turcas en su parrilla. “Cuando recibes propuestas de programación para el canal en el que trabajas, evalúas muchos elementos: el contenido de la historia, la calidad de la producción y también la aceptación de los televidentes hacia el formato. En este caso, las teleseries turcas responden muy bien a esto”.“Entonces es un producto que agrada al televidente y por ende tiene que estar en nuestra parrilla”, exclamó.En estos momentos Canal 1 emite dos teleseries: ‘La señora Fazilet y sus hijas’ y ‘Alas rotas‘ (Broken Wings, en inglés). “Fueron una apuesta del canal porque fuimos el primer canal en Latinoamérica en emitirlas. Abrimos esa brecha para estas teleseries, son las que tenemos al aire y nos está funcionando muy bien en la sintonía”, confirma.Ana Olaya recalca que la conquista de estos productos radica en que son producciones cuya historia genera mucho interés y su guion “te atrapa”. “Son historias diferentes las que se venden en Turquía, los personajes son reales, la gente los vive como si en verdad fueran ellos. Les agarran cariño u odio dependiendo de sus características”, añade.Clara Inés Jiménez es otra de las tantas mujeres que ha encontrado un gusto y se ha dejado “atrapar” por estas historias que llegan desde la península de Anatolia.“Al ver Elif (otra de las teleseries) uno reflexiona que no debemos ser apegados a los objetos materiales. Me intriga esa lucha que hay en esa familia”, indica esta ama de casa bogotana que señala que le han “causado curiosidad los nombres de los personajes, su vestuario, por qué algunas mujeres se cubren la cabeza y otras no, o sus costumbres, como la forma de comer”.Olaya afirma que las teleseries turcas “están ganando terreno, y mucho”. El que Turquía sea uno de los tres países que más exporta este tipo de género audiovisual en todo el mundo tiene un porqué muy sólido.Mario Morales, analista de televisión, coincide en que la gran recepción que han tenido las producciones turcas se debe a su calidad, pero se aleja de las “historias diferentes” que sugería Olaya. No obstante, según él, esas tramas juegan un papel fundamental: “son de carácter universal en lo que tiene que ver con el melodrama, con la forma dramatúrgica que es común al ser humano”.Le sugerimos: La respuesta de la embajada de Turquía a una columna de Semana.com“La industria turca ha sabido explotar el tradicional apego de las audiencias a narrar historias en ese tono de triángulo amoroso, de melodrama, de lucha de clases, desde la perspectiva de los prejuicios, la superación, el poder económico y las relaciones humanas”, le dijo Morales a la Agencia Anadolu.El analista señala que las historias turcas trabajan el mismo eje dramático mexicano, venezolano y colombiano, “que aprendía la lección de Brasil”, pero con una diferencia: “el cuidado estético de la industria turca es impecable”.Mario Morales puntualiza que la industria televisiva turca cuenta buenas historias, tiene calidad técnica y además buena factura. Por ello su liderazgo representa un reto para la producción audiovisual latinoamericana.*Agencia Anadolu