El acceso a redes sociales y a celulares con cámaras fotográficas de última tecnología ha desatado el fenómeno del Selfie. Se trata de  millones de personas de todo el mundo, que independientemente de su cultura, lengua, o pensamiento, comparten fotos de ellos mismos en los lugares que visitan, de ellos comiendo, de ellos bailando, de ellos mismos en fiesta, de ellos viajando, etc.Sergio Roncallo, filósofo y magíster en comunicación dijo a Semana.com en una entrevista hecha en agosto de 2016 que “estamos en un ‘espejismo ontológico’, es decir la gente cree que si no está en redes sociales no existe. Es un espejismo porque realmente no tiene que estar en una red social para existir. Pero lo extraño ahora es no pertenecer a una red social”.Puede leer: ¿En qué países mueren más personas por tomarse un "selfie"?“Lo más interesante es que las personas tienen la necesidad de hacer pública su vida. Parece que si no publicas en redes sociales algo es como si no lo hubieras vivido. Si no públicas que viajas es como si nunca hubiera pasado”, dijo en su momento.

Foto: Tomada de Yolocaust.En medio de ese afán por publicar cosas muchos terminan haciéndose fotos que para algunos representan una falta de respeto. Ese es el caso de Shahak Shapira, un artista que emigró de Israel a Alemania con su familia cuando él tenía solo 14 años. Fue víctima de xenofobia y rechazo. La historia de su familia materna está muy ligada a la tragedia del genocidio judío. Solo su abuelo sobrevivió a los campos de concentración.

Foto: Tomada de Yolocaust.Recomendamos: ¿Por qué nos exhibimos en redes sociales?Al ver que un gran número de turistas visitaban el monumento a las víctimas del Holocausto nazi en Berlín decidió usar el humor satírico para mostrar su repudio ante ese comportamiento. A través de fotomontajes Shapira ridiculiza a los turistas que no hacen una lectura básica de los monumentos que visitan y por eso terminan tomándose fotos en las que aparecen posando y sonriendo en un lugar diseñado para la memoria y el recogimiento en torno al exterminio de millones de personas, por ejemplo.‘Yolocaust’, que significa "You Only Live Once" (Solo vives una vez), fue el nombre que Shapira le puso a su serie de fotografías en las que muestra a personas saltando, sonriendo y hasta haciendo maromas en el monumento de Peter Eisenman en Berlín. En el montaje aparecen esas mismas personas, pero detrás de ellos hay una pila de muertos, producto del exterminio del nazismo. Como resultado, una colección de imágenes muy impactantes pero con un mensaje contundente.

Foto: Tomada de Yolocaust.Sugerimos leer: Cómo afectan al cerebro las redes socialesPara el artista es la forma más clara de exigir respeto y valor a este lugar que recuerda un hecho histórico que jamás se debe repetir. Se convirtió en su manera de dar una lección no solo para los protagonistas sino para todos aquellos que le quitan relevancia a la historia y al patrimonio.Shapira toma el material para su obra del perfil en Instagram del Holocaust-Mahnmal o Monumento del holocausto de Berlín. Luego, cuando hace el montaje, los etiqueta.

Foto: Tomada de Yolocaust.Por supuesto el artista no pide permiso a sus autores, pero si alguien le pide que retire una foto lo hace.Con su obra el fotógrafo busca que la gente pueda reflexionar un poco más a la hora de actuar. En una entrevista para la revista alemana Jetzt, el artista dijo: "No voy a decir lo que puede o no hacer a la gente. Todo el mundo tiene que decidir por sí mismo, pero voy a hacerles pensar. Las imágenes muestran cómo puede olvidarse la memoria (histórica). Muchos ven el memorial nada más como un conjunto de objetos y fotos y menos como un lugar para el ejercicio de la memoria cultural."

Foto: Tomada de Yolocaust.*Nota del redactor: Fue agregada la fecha en que se le hizo la entrevista al filósofo Sergio Roncallo.