Por estos días, varios representantes del sector del libro en Colombia publicaron un comunicado en el que criticaban la aprobación, en la Comisión VI de la Cámara de Representantes, del Proyecto de Ley 427, “Por medio del cual se fortalece el ecosistema del libro en Colombia y se dictan otras disposiciones”. Para ellos —miembros de la Asociación Colombiana de Literatura Infantil y Juvenil, la Asociación de editoriales universitarias de Colombia y la Cámara Colombiana de la Edición Independiente— el mencionado proyecto, presentado por un representante a la Cámara, no refleja los intereses de autores, editoriales, librerías y otros actores.
El tema puso en la discusión pública la posible reforma a la Ley del Libro, que viene de 1993 y que muchos consideran que ya está desactualizada frente a las nuevas realidades del sector. Y también la reforma a la Ley General de Cultura anunciada por el Gobierno y para la cual el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes viene adelantando una serie de reuniones públicas. De hecho, el Gobierno no acompaña la iniciativa que fue aprobada en Cámara de Representantes y pide que todo se tramite a través de la mencionada reforma a la ley general.
A propósito de un tema tan coyuntural como necesario de abordar, charlamos con Adriana Martínez-Villalba, directora de la Biblioteca Nacional de Colombia y responsable del tema de literatura y libro en el Ministerio de las Culturas. Se habló sobre la Ley del Libro, la criticada propuesta de reforma y la actualización que se adelanta de la Ley General de Cultura.
SEMANA: La Ley del Libro actual (la Ley No. 98 de diciembre 22 de 1993) ha sido útil para el sector durante 30 años, pero está desactualizada respecto a la tecnología y al actual ecosistema del sector del libro. ¿Qué se hace desde el Ministerio de las Culturas y la Biblioteca Nacional para atender la situación?
Adriana Martínez-Villalba: El ministro Juan David Correa nos propuso desde su llegada en agosto del año pasado un trabajo organizado y serio alrededor de la reforma a la Ley General de Cultura, que este año cumple 27 años. Buscamos que esa reforma recoja las necesidades y vacíos de los distintos sectores culturales y artísticos del país en una sola ley. En el caso de la Biblioteca Nacional, hemos venido trabajando con el sector del libro en propuestas muy específicas, como las definiciones de los agentes en el ecosistema actual, la reglamentación de los descuentos y algunas otras medidas que protejan, por ejemplo, a las librerías como infraestructuras culturales tan importantes como son los teatros o las bibliotecas.
Con el sector de las bibliotecas públicas y comunitarias también hemos atendido el llamado a actualizar o reglamentar algunos puntos de la Ley de Bibliotecas, que hoy recoge a 1.560 bibliotecas públicas en el país, pero que doce años después de su implementación nos permite seguir soñando con formas de ampliar y fortalecer el ecosistema bibliotecario.
SEMANA: Es decir, ¿no se presentará una reforma a la Ley del Libro?
A.M.: Decidimos que no presentaríamos una reforma a la Ley del Libro, sino un solo proyecto de Ley General desde MinCulturas: un proyecto conjunto, sólido, intersectorial, pero sobre todo que cuente con el aval de los agentes de todos los sectores.
Partimos del entendimiento de que el libro no es un bien de consumo cualquiera, es un bien cultural que, por medio de sus contenidos, nos garantiza un derecho fundamental como es el del acceso a la cultura escrita
En este caso puntual partimos del entendimiento de que el libro no es un bien de consumo cualquiera, es un bien cultural que, por medio de sus contenidos, nos garantiza un derecho fundamental como es el del acceso a la cultura escrita, y que, por eso, es un sector complejo, cuya legislación y reglamentación ameritan una revisión seria y participativa desde nuestra realidad de país.
SEMANA: ¿Cómo se está abordando el sector del libro en esa actualización de la Ley General de Cultura?
A.M.: Desde el año pasado, 2023, MinCulturas y Biblioteca Nacional empezamos a trabajar en un proceso de consulta pública para la reactivación del Consejo Nacional del Libro y la revisión de sus integrantes, como el único y principal órgano asesor en materia de política pública del libro en el país.
El Consejo Nacional del Libro aparece por primera vez en la Ley del Libro y se reglamenta e integra con un decreto en 2022. Sin embargo, la última vez que sesionó fue hace más de 10 años.
SEMANA: ¿Qué tanto ha cambiado el sector de libro en estos años?
A.M.: El sector del libro ha cambiado enormemente en las tres últimas décadas en Colombia. Hoy tenemos dos Cámaras del libro y una de ellas, la Cámara Colombiana de la Edición Independiente, está conformada por 82 editoriales independientes, pequeñas y medianas de toda Colombia. Los otros subsectores también hoy, treinta años después de la ley, se encuentran organizados y agremiados: las editoriales universitarias, los libreros independientes, los creadores y editores de libros para niños y jóvenes, los traductores, etc...
Esa organización permite que los subsectores y todos los agentes puedan, en primer lugar, trabajar juntos y, en segundo lugar, estar representados en ese Consejo, que es el que debe recoger sus voces, construir de manera conjunta las definiciones de qué es un libro colombiano y reglamentar, por ejemplo, los descuentos, como se ha hecho en tantos otros países de fuertes culturas libreras y lectoras como Francia, Argentina, España y Alemania, en los que se han podido establecer leyes que protegen y fortalecen el ecosistema librero.
Imagínense, nada más, lo que significaría que en toda Colombia podamos tener librerías con una oferta diversa, libreros preparados, etcétera. Hoy solo hay librerías en las grandes ciudades. Las librerías construyen comunidades lectoras y ciudadanías críticas, por eso las necesitamos en todo el país.
Imagínense, nada más, lo que significaría tener en toda Colombia librerías con una oferta diversa, libreros preparados, etcétera. Hoy solo hay librerías en las grandes ciudades
SEMANA: ¿Cómo se logra la diversidad de voces y la complejidad del sector del libro en esta nueva legislación?
A.M.: Eso buscamos con la reactivación del Consejo Nacional del Libro, en el que están todos los subsectores del ecosistema de hoy, que, repito, no es el mismo de hace más de treinta años, cuando se hizo la ley del libro.
Por otra parte, la reforma a la ley que proponemos desde MinCulturas ha tenido una amplia socialización. Hemos visitado más de 20 municipios a nivel nacional, nos hemos reunido con los sectores del libro, de las bibliotecas, del cine, entre otros, y desde nuestras especialidades hemos explicado y discutido en qué consisten esos puntos que proponemos en la reforma.
Nuestro compromiso es, sobre todo, con los pequeños y medianos editores, libreros y creadores emergentes del país que deben verse representados y recogidos en la ley.
Nuestro compromiso es, sobre todo, con los pequeños y medianos editores, libreros y creadores emergentes del país que deben verse representados y recogidos en la ley.
SEMANA: Por la Cámara de Representantes cursa otro proyecto de ley estos días. No propuesto por el Ministerio ni la Biblioteca Nacional, este busca “Fortalecer el ecosistema del libro en Colombia”. ¿Qué opina del proyecto, que ha generado resistencia en parte del sector?
A.M.: Queremos presentar un solo proyecto de Ley en este nuevo período legislativo: el de la reforma a la Ley General de Cultura y, como ha insistido el ministro Correa, eso solo lo haremos si contamos con el apoyo de creadores, gestores y agentes de la cultura. Un proyecto en donde recojamos las necesidades todos, entre esas, las del sector del libro.
Por primera vez, el Ministerio de Culturas está dirigido por un editor, alguien que conoce en profundidad el sector del libro en Colombia. Yo misma he trabajado también toda la vida en el sector, por eso, más que nunca, estamos representando a toda la cadena del libro y nos sentimos en capacidad de poder recoger las voces de creadores, editores, libreros, distribuidores, etcétera, para que la ley abra sus campos de acción, los fortalezca en todo el territorio nacional y nos permita a los lectores un acceso democrático a los libros y la lectura.
SEMANA: ¿En qué estado se encuentra el proyecto de reforma a la Ley General de Cultura?
A.M.: El pasado mes de abril nos reunimos con el sector del libro, específicamente, para presentar los puntos de su interés de la reforma a la ley. Asistieron el ministro Correa y el asesor Gonzalo Castellanos. Posterior a esto, hemos tenido reuniones con editores y libreros, y hemos participado de las socializaciones regionales. El texto se compartirá en estas próximas semanas para que, vía web, podamos recibir aportes de los sectores.
En el caso del libro, dada la complejidad del sector, entendemos que, por ejemplo, las definiciones de los agentes se reglamentarán posteriormente, una vez las trabajemos en el Consejo Nacional del Libro con la representación y el aval de los subsectores. No podemos definir qué es un editor sin los editores. No podemos definir, en este punto, que un autor puede ser una inteligencia artificial, cuando hasta el momento no hemos reglamentado la creación en materia de inteligencia artificial en el país.
SEMANA: ¿Y qué se ha definido sobre los descuentos, que tanto inquietan a los libreros pequeños e independientes?
A.M.: Ocurre lo mismo: se trata de uno de los temas que la reforma a la Ley General de Cultura propone, pero que se definirá al momento de reglamentarse, y esto solo es posible con la asesoría del Consejo Nacional del Libro.