Julián Baquero es un estudiante de 18 años que cursa último año en el Colegio San Jorge de Inglaterra de Bogotá. A finales de 2017, junto con algunos de sus compañeros, participó en la categoría amateur de la concurrida maratón de filminutos Imaginatón, que organiza anualmente el festival Bogoshorts, logrando lo que no se imaginaba, ganar gracias al cortometraje titulado “Permiso” y ser premiado en el marco del Festival de Cine de Cartagena.El origen de esta iniciativa fue provocado por dos situaciones que coincidieron: en la clase de Escrituras Creativas del departamento de español de este colegio, se propuso hacer la escritura de un guión por grupos. El mejor se rodaría en formato de cortometraje y sería el proyecto final de la materia. Por otro lado, una amiga de Julián le pidió ayuda para grabar un video que era requisito para ser voluntaria en Bogoshorts y también lo animó a participar en la Imaginatón. El estudiante averiguó y de inmediato pensó una idea, inspirada en una reciente experiencia amorosa por la que había atravesado.La producción de “Permiso” fue liderada principalmente por Julián Baquero, Juan Pablo Forero y Javier García, todos compañeros de clase, pero participaron alrededor de 48 estudiantes, entre los que estaba también Sofía Mahecha, amiga de los tres chicos y actriz del filminuto, que hizo parte de la logística. El rodaje se hizo un domingo en las instalaciones del colegio durante aproximadamente 4 horas, con el rigor y compromiso dignos de cualquier profesional.“No fue fácil convencer a casi 48 personas de mi promoción a que participaran, pero en ese momento también estábamos buscando dinero para el prom, así que llegamos al acuerdo de que si ganábamos, la mitad del premio que eran $1.500.000 irían para ese fondo”, relata Julián.La posproducción vino después de la mano de Julián y Javier, quienes se encargaron de la edición y la musicalización respectivamente; la edición se llevó a cabo en el computador de Julián y la guitarra que ambienta el cortometraje estuvo a cargo de Javier y se grabó en el sótano de la casa de Julián. El producto final se envió a concurso, pero hasta varios meses después, Carlos Triviño, realizador audiovisual y también uno de los profesores que colaboró con el proyecto, fue quien le dio la primicia a Julián de que su cortometraje era uno de los finalistas en la Imaginatón y luego una de las organizadoras se comunicó con este, confirmándole nuevamente la noticia e invitándolo a la premiación en el FICCI. Julián no lo dudó y su amigo Juan Pablo tampoco, así que en compañía de los padres de Julián viajaron a Cartagena con la misma emoción e ímpetu de siempre, aunque sin muchas expectativas sobre el premio.“Los cortometrajes que estaban en competencia eran muy buenos y el miedo nos tenía consumidos. Teníamos una actitud un poco pesimista, yo pensaba que nos íbamos a devolver a Bogotá sin nada;  cuando anunciaron que éramos los ganadores me demoré un par de segundos en reaccionar”, recuerda Julián, quien también explica que después del triunfo, tuvieron la oportunidad de reflexionar con Juan Pablo sobre la motivación que este premio traía consigo, pero al mismo tiempo hicieron hincapié sobre una mayor exigencia y calidad que debe tener su próximo proyecto audiovisual, independientemente de que obtengan algún premio.El particular interés del San Jorge de Inglaterra en materia audiovisual cobra sentido al conocer a Simón Acosta Wilson, quien no solo es el director administrativo de esta institución, sino que también es animador y realizador audiovisual y fue una de las piezas clave en el proceso de creación y producción del filminuto. “Yo dicté un  par de clases introductorias del tema, y en una de esas, Baquero me contó que participaría en la Imaginatón, a mi me pareció una muy buena idea, le di retroalimentación de su guión y también le presté algunos de equipos de mi productora”. Para este directivo es fundamental darle espacios a los estudiantes para que desarrollen otras habilidades, ya que hoy en día, la llamada Economía Naranja, que son las actividades económicas de los sectores como la arquitectura, las artes visuales y escénicas, artesanías, pasando por el cine, el diseño editorial, la música y la moda, entre otras, representan un crecimiento exponencial para el producto interno bruto del país.Por otro lado, Zulma Carvajalino, madre de Sofía Mahecha afirma que es importante que desde el colegio, la educación se adapte a los nuevos lenguajes y que los contenidos audiovisuales que son los que los niños y jóvenes consumen mayoritariamente, se integren en la educación. Julián, Juan Pablo, Javier y Sofía están muy cerca de graduarse y todos tienen algo en común: no se alejarán del mundo audiovisual y por el contrario, estudiarán cine, artes visuales, diseño en 3D y artes escénicas, respectivamente. Sin lugar a dudas, estos primeros pasos de los estudiantes marcan un precedente, ya que demuestran que el esfuerzo y el trabajo en equipo rinden frutos, cuando existe un apoyo integral entre el colegio y la familia.Vea aquí el filminuto: https://www.youtube.com/watch?v=wX88hSCxtQQ