No se da todos los días que una exhibición revela el manuscrito de una obra que ha dejado huella tan profunda y bella en tantas almas, un libro que ha vendido más de 200 millones de copias en todo el mundo, pero cuyo valor no tiene cifra.

Después de la biblia, el libro más traducido de la historia. Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP. | Foto: AFP or licensors

Es el caso de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, la obra maestra del aviador y escritor francés, que escribió en Nueva York y Long Island, donde estaba exiliado, entre junio y noviembre de 1942. El principito cuenta las aventuras en varios planetas de un niño en apariencia ingenuo pero filósofo, y eso lo convirtió en uno de los mayores éxitos de la literatura mundial. Originalmente de más de 30.000 palabras y difícil de entender, fue reducido a la mitad por un escritor que buscaba la mayor simplicidad de estilo posible.

En la muestra que el Museo de las Artes Decorativas de París le dedica a su creador, Antoine de Saint-Exupéry, a partir de hoy (para los afortunados que estén hasta el 26 de junio o puedan pasar en ese lapso por la ciudad luz), se puede ver el manuscrito por primera vez en Francia, y segunda vez en la historia (Morgan Library & Museum, el dueño de los mismos, los exhibió una vez en 2014).

Una carta enviada en este sobre sin dudas sellaría un amor. Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP. | Foto: AFP or licensors

La exposición se llama Al encuentro del principito, y se compone de multitud de objetos del escritor y aviador: “más de 600 piezas”, incluyendo “acuarelas, bocetos y dibujos -la mayoría inéditos- pero también fotografías, poemas, extractos de periódicos y correspondencias”, precisa el museo.

Tras su publicación en francés y en inglés en Nueva York en 1943, Saint-Exupéry falleció durante una misión en el Mediterráneo en julio de 1944. Así, el autor no supo nada del prodigioso destino de esta obra, que no se publicó en Francia hasta 1946 y que ahora ha sido traducida a más de 300 idiomas. A Francia, el texto solo llegó por cuenta de la editorial Gallimard en 1947, dos años después de la desaparición de su autor.

La exposición "Al encuentro del principito" va hasta junio en el Musée des arts décoratifs de París. Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP. | Foto: AFP or licensors

Cuando, en abril de 1943, Saint-Exupéry se marchó de Estados Unidos para combatir contra las tropas nazis, le dio el manuscrito a su amante, la periodista Sylvia Hamilton, quien se lo vendió a la Morgan Library & Museum de Nueva York 25 años después.

Ese museo ha prestado algunas de las hojas más importantes de ese tesoro literario, incluyendo las acuarelas originales, pintadas por el propio Saint-Exupéry, que representan al asteroide del Principito -que es la cubierta del libro- y otra en la que aparece el Principito con su largo abrigo de forro rojo.

La muestra plasma toda la profundidad de la inspiración que desembocó en esa obra maestra, desde la infancia de Saint-Exupéry y una carta escrita a la que más tarde sería su esposa, Consuelo, en 1930, en la que menciona “un niño que descubrió un tesoro” y “se volvió melancólico”, hasta los bocetos en los que fue dando forma al héroe.

El aviador, desaparecido durante una misión en el mar Mediterráneo en julio de 1944, no vivió para ver el éxito planetario de su obra.

Los matices aventureros del autor. Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP. | Foto: AFP or licensors

Pero, al final de su vida, en la que el libro solo había sido editado en Estados Unidos, en inglés y en francés, “el personaje y el autor acabaron por confundirse”, explicó la comisaria de la exposición, Anne Monier-Vanryb.

Una experiencia de letras, pero también sensorial, visual. Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP. | Foto: AFP or licensors
La exposición "Al encuentro del principito" eva hasta junio en el Musée des arts décoratifs de París. Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP. | Foto: AFP or licensors

*Con información de AFP